Ántes de cenar, para desahogarme de una tarde un tanto ajetreada, he pegado unos tirillos en mi Pyrrhus del alma.
Como hago casi siempre, nada más entrar (la partida ya estaba empezada) solicito entrar en un pelotón.
Pasa el tiempo y no me aceptan. Bueno, a veces pasa.
Pasa otro ratito y recibo una invitación de otro pelotón. La acepto.
He acabado llamándoles gilipollas en varios idiomas (vamos, en dos).
Los otros 3 miembros del pelotón, todos de franco, en la base Helghast. Sin moverse. Sin hablar. Sin salir.
Coño, para eso para qué quiere la gente formar pelotón? Si de todas formas vas a aparecer allí.
Me cabreo. A veces me cabreo mucho. Yo soy malo, pero leches, me muevo. Si hay que detonar los explosivos en la base enemiga, desde la tuya creo que poco apoyo de francotirador vas a poder dar. Si hay que llevar el altavoz, lo mismo.
Y además... ¿de verdad es divertido quedarse ahí? ¿se lo pasa uno bien?
Despues de tanto tiempo jugando al KZ2, ha sido HOY cuando he descubierto dónde se entrega el altavoz en la base ISA. Vamos, que nunca había llegado. Joer, pues hoy he llegado dos veces. Me han matado 40 veces en el camino, pero seguro que ya no se me olvida dónde es.
Yo sí me lo he pasado bien.
¿Las setas se divierten?
Reflexisaludos.