El control no es tosco para nada, lo que pasa es que en algunas situaciones es muy exigente y el menor fallo te penaliza, pero yo lo veo muy bueno.
Y la exigencia del juego forma parte de su encanto. Hay situaciones que se resuelven a base de probarlo todo, porque la idea es dedicarle tiempo al juego, tomar nota de todo, hacerte tus mapas, anotaciones... esa es la manera ideal de afrontarlo. Jugar como se hacía hace años, vamos. Es un juego que demanda mucha implicación, observación y paciencia. El tema es que a día de hoy por circunstancias personales jugar de esa manera me es imposible, y en casos concretos he buscado ayuda. Pero eso no le ha restado disfrute en absoluto y mi opinión del juego no puede ser mejor. Eso si, por lo que he comentado no es juego que recomendaría a cualquiera, pasa como con los Souls.
Para mi, junto con el Spelunky y el Rogue Legacy, es el mejor juego digital que he comprado en la consola.