Manuel , no soportó el hecho de que alguien hubiese podido entrar a su casa cuando ésta estaba completamente cerrada, y además no podía explicar el frío que sentía, ni la luz cegante, y mucho menos la presencia de esa muchacha que hasta le parecía muerta.
No soportó la idea, e intento creerse él mismo que todo era producto de su imaginación, subió casi corriendo las escaleras y se acostó en su cama, para luego quedarse dormido.
Esto no funcionó de nada, porque todas las noches él convivía con la presencia extraña de esa joven.
Así que una noche, decidió ver qué era lo que esa imágen quería;
y a la noche, tomando coraje, bajó las escaleras, y esperó a que ella apareciera.
Cuando lo hizo, Manuel, se quedó parado sin moverse, no por voluntad propia sino por el miedo que lo paralizaba.
La jovencita, comenzó a acercarse a él, como si flotara.
Manuel dudó un momento si salir corriendo, o esperar y ver qué era lo que la chica buscaba.
Pero antes de que pudiera pensar, la chica pasó por su lado, sin hacerle nada. El todavía no entiende por qué, pero algo hizo que la siguiera.
Ella lo condujo hacia el sótano, y se detuvo frente a una pared, a la que no le sacaba los ojos llenos de lágrimas de encima.
Manuel entendió que éso tenía algo que ver, y empezó a mirar detenidamente la pared, tocando los ladrillos, cuando de repente uno de ellos se salió, así pudo darse cuenta de que ese sector de la pared era hueco.
Cansado de tener que convivir con la imagen de la chica, con el frío que lo helaba, y ese miedo profundo y constante, con desesperación siguió sacando los demás ladrillos; Así se encontró con lo que buscaba la chica, su propio cadáver.
Desde entonces Manuel, cree que no estamos solos, que todavía hay en el mundo almas que buscan que su muerte tenga venganza, y sea aclarada.
FIN
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