Esa esperanza de conseguir algún juego en tiendas físicas hace tiempo que la perdí también yo; de hecho, el último juego adquirido en tienda (concretamente, en un GameStop) fue el primer Tony Hawk's Underground en febrero de este mismo año. Pero es que el anterior, el primer Burnout, fue en mayo de 2013.
En mi caso, como los juegos que me restan no son especialmente caros (salvo el Metal Slug Anthology, claro), no creo que tenga problemas para conseguirlos en la franja de precios de 10-15 Eur, pudiendo incluso permitirme el lujo de intentar que algunos de ellos sean precintados.