Perdí la inocencia
(y la ingenuidad)
en el fondo del abismo existencial.
La vida se posó sobre mis hombros
y me intentaba tumbar.
Me abandoné de todo
y me quise borrar.
Sesgué mi pasado
y en mi ciudad
me escondí entre la gente
“seré uno más”.
Pero si vas a intentarlo
llega hasta el final
de lo contrario no empieces
siquiera jamás.
Podrás darlo todo,
perderlo todo
apostar al cero.
Si vas a intentarlo
llega hasta el final
estarás a solas con los dioses
y las solitarias noches arderán en llamas.