Peter se despertó en el suelo, con la boca reseca y dolor de cabeza. Estaba en el suelo, pero ¿dónde?. La vista se fue aclarando y el cartel de la pared de enfrente le contó lo que no sabía. Marble Arch.. ¡estaba en el Metro!, pero, ¿qué diablos hacía allí?.
Se miró las manos, cubiertas de sangre seca al igual que su traje de presidiario... Es cierto, le llevaron a la cárcel, pero, pero... él no hizo nada...
Unos pasos se oyeron por el pasillo; lentos, regulares. El eco de las galerías los hacían fantasmales. – ¡El guardia de seguridad!.- pensó. Sin dudar, se puso en pié, descubriendo, de la manera más dolorosa, que la sangre que le cubría tenía su origen en una profunda herida en el muslo derecho. Tres cortes muy profundos que no dudaron en volver a sangrar en cuanto sufrieron el peso del cuerpo. Arrastrando la pierna y apretando bien los dientes para no gritar, se encaminó hacia el andén, rogando a Dios que no hubiese nadie allí para delatarle. Sus plegarias parecieron ser oídas, y el andén estaba vacío, pero los pasos sonaban mucho más cerca. No había salida, el guardia llegaría de un momento a otro. Con más dolor que cuidado se sentó al borde del andén, y se dejó caer, evitando apoyar la pierna mala. Perdió el equilibrio y cayó de bruces en las vías. El brazo izquierdo irradiaba un nuevo dolor. Bajo la manga de su traje, apareció un bulto tan desagradable como inconfundible, era un hueso. Se le empezó a nublar la vista, y su cabeza vaciló por un segundo. No podría continuar con aquél dolor, pero tenía que hacerlo, si no el guardia le vería, y le llevaría a la policía, e iría a la cárcel, y él, no hizo nada.. Con pasos muy vacilantes y en una nube de dolor, se encaminó hacia el oscuro túnel, esperando que la oscuridad, le ocultase de aquél horror que se aproximaba.
Se adentró lo que pudo, unos diez o quince metros, y allí dejó caer. Ahogando un nuevo grito de dolor. Allí permaneció a la espera, escuchando aquellos pasos que parecían disfrutar violando el intenso silencio. Sólo cuando éstos cesaron, Peter entendió la verdad. No huía del guardia, no le tenía miedo a la cárcel, tenía miedo porque “aquello” le buscaba.
Miró hacia la entrada del túnel, y en el lienzo de luz apareció una silueta. - ¿Un niño?.- Pensó... La sombra comenzó a andar hacia él, menguando y desapareciendo, hasta que al tercer paso, se fundió con la negrura que le rodeaba. Intentó ponerse en pie, pero no pudo. El pánico le invadió y le hizo sentir que le observaba... estaba cerca, estaba cazando... Notó una respiración pesada en la nuca, y se repitió asimismo: - Ahí detrás no hay nada, ahí detrás no hay nada, ahí detrás no hay nada.- Y lo convirtió en un rezo, y siguió susurrándolo cuando un gruñido le hizo temblar. Cerró los ojos y una lágrima de sangre corrió por su mejilla. El llanto y la oración, tuvieron su final con un corte limpio en el cuello. Tres garras entraron en la base de su espalda, y la laceraron hacia arriba hasta que su cuerpo inerte quedó pendido de ellas. Y allí en lo alto, suspendido por la oscuridad, Peter acompañó el último latido de su corazón, con una frase del credo que dice así:
- Creo en UN solo Dios Padre todopoderoso...
Cuando Sam recibió la noticia de que Peter Sanderson había muerto atropellado por el primer tren de la mañana, la tomó con la satisfacción que dan los problemas que se resuelven solos. A las siete de la mañana y con todo el despliegue policial ya en la estación, llegó a Marble Arch, dónde aún se encontraban retenidas las personas que viajaban en el tren del suceso. Al pasar junto al grupo Sam pudo ver a los sanitarios atendiendo a una mujer, que con gran ansiedad no dejaba de repetir: - Lo sabía, lo sabía, lo sabía....
- Señor, por fin llega. Bueno, según se mire a lo mejor llega pronto porque van a tardar un buen rato en recoger todos los restos del cabrón ese, jaja.
- Billy, cálmate ¿quieres?.
- Lo siento jefe, pero me alegra que los tontos nos ahorren trabajo. El tío pretendía ocultarse en los túneles; parece ser que tropezó, se desmayó, y lo atropellaron.- Billy tuvo que contener de nuevo la risa. – Hay veces que se hace justicia ¿verdad?.
Sam estaba bastante por encima de la justicia divina, y preparó su propia hipótesis, elaborando un fulgurante examen psicológico a Peter en el que le clasificaba de desequilibrado. El resto, es una simple consecuencia.
- Bien, ¿habéis inspeccionado la zona?.
- Si; nada relevante, mucha sangre, mucha suciedad, y .. bueno, esto, lo encontramos aquí en la entrada del túnel, se le habrá caído a algún niño, y me lo guardo para mi sobrino.
Un escalofrío recorrió la columna de Sam, al ver en la mano de Billy una estrella de plástico con la palabra SHERIFF grabada en ella...