¿Es usted de esos que se rinden fácilmente antes de dar la pelea? ¿Le sobran las buenas intenciones pero le hace falta firmeza para continuar? ¿Es muy fácil para usted tomar decisiones, pero... qué “difícil” es llevarlas a cabo? Empiece a entrenar su Fuerza de Voluntad.
Sume. ¿Cuántas veces no ha logrado cumplir con esa decisión de adelgazar? ¿Se ha escuchado decir incontables veces “Definitivamente, este es el último cigarrillo que fumo” ? Cuándo fue la última vez que dijo “Este año sí voy a continuar mis estudios” o “Ahora sí es cierto que voy a llegar temprano a mi trabajo”?
¿Por qué es que algunas personas desean conseguir o lograr algo, pero no lo consiguen? Es muy sencillo, porque renuncian muy pronto a sus decisiones. Esto no les hace menos humanos o menos “inteligentes”, pero sí cuestiona su fuerza de voluntad.
Algunos expertos le llaman “bríos”, otros “disposición”. A esa férrea decisión para hacer las cosas, a esa una extraña “facultad” que nos impulsa a cumplir con lo que hemos decidido y alcanzar nuestras metas es lo que llamamos “Fuerza de Voluntad”, y es uno de los aspectos más relevantes del carácter de la persona.
En la aplicación de la Psicología Administrativa, el carácter es una parte esencial del adecuado desarrollo del ser humano y, por supuesto, el buen desarrollo de la empresa.
Para poder “entrenar” eficientemente la Fuerza de Voluntad se debe tener en cuenta tres elementos:
1. El Desear
2. El Esperar
3. El Creer
La fórmula “DEC”, como yo le llamo, es primordial para alcanzar una Fuerza de Voluntad que “desvanecerá” montañas ante usted.
Desear la meta:
Primero, usted debe desear una meta. Ya sabe lo que quiere, qué bien. Muchas personas quieren comer mejor, otros quieren mayores ingresos, algunos más quieren tener una maestría y algunos otros comprar un vehículo nuevo.
Estas personas que saben lo que “quieren”, pero que llegan hasta ahí, lo único seguro que tienen es que siempre van a saber lo que no tienen. Pero el desear va mucho más allá. Es desear con energía, desear con fuego, con el corazón y la mente.
“Quisiera tener un mejor puesto de trabajo y un mejor ingreso salarial, pero por lo pronto voy a descansar un poco antes de ponerme a trabajar”. ¿Ha oído esto antes? Eso no es desear, eso sólo es saber de lo que carece.
Desear es actuar con decisión, con trabajo, con esfuerzo. “Deseo tener un mejor puesto de trabajo y un mejor ingreso salarial; por eso tengo que ponerme a estudiar, a leer más libros, a trabajar con mejor calidad”. Eso es el verdadero “desear”.
Esperar la meta:
El segundo elemento de nuestro “kit de entrenamiento” es el esperar.
Esperar no es sentarse a “ver qué pasa”. Las cosas no caen del cielo. Si espera que eso suceda, posiblemente lo único que le caiga de arriba será lo que los demás ya no necesiten o, con suerte, algo desagradable de un pájaro que vuele sobre usted.
Espere que lo bueno ha de suceder. No sólo lo desea, sino que también espera a que eso suceda y estará preparado para cuando el momento llegue.
Dicen por ahí que la oportunidad sólo llega una vez; sin embargo, las oportunidades están a la vuelta de la esquina.
Muchas personas caminan hasta la esquina, pierden la confianza y se regresan. Sólo unos cuantos deciden dar vuelta a la esquina y buscar la oportunidad. ¿Cómo actúa usted? ¿Busca la oportunidad preparándose para cuando llegue el momento, o sólo espera sentado cómodamente bajo la sombra del árbol de “no hacer nada”?
Creer en la meta:
El tercer y último elemento es la creencia. Creer que llegará el momento, que llegará el triunfo. No importa cuan difícil parece ser, no se rinda. ¡Adelante!
Desear, esperar y creer. Pruébelo y cuénteme una historia de éxito singular.
Entrenar su Fuerza de Voluntad no es un asunto imposible, pero tampoco es como comerse un postre de gelatina. Hay que esforzarse. Hay que luchar.
¿Recuerda usted alguna historia de un personaje exitoso? Siempre encontrará un elemento común entre ellos: La Fuerza de Voluntad. No tiraron la toalla a media pelea, aún cuando las cosas se pusieron difíciles. Siguieron esforzándose hasta el final.
Y ellos no son más que seres humanos, sí, como usted o como yo. Únicamente que ellos entrenaron su Fuerza de Voluntad para lograr sus objetivos. Estos hombres y mujeres exitosos viven, trabajan y se esfuerzan siguiendo las metas y los objetivos que se han planteado.
Al otro extremo están los débiles de voluntad. Quieren todo rápido, todo fácil, “todo ya, pero que no cueste mucho”. A esas personas usted las reconocerá fácilmente porque muy constantemente las verá cambiando de trabajo, de carrera, de amores, de estilo, de pensamiento.
¿Ha visto usted alguna vez un elefante en un circo? Atan su pata al suelo con una pequeña cuerda que podría romper cuando quiera; sin embargo, no lo hace. Sabe por qué?
Cuando los elefantes nacen, los amarran al suelo con enormes cadenas de acero que no pueden romper. Transcurrido algún tiempo, los elefantes se convencen que no podrán romperla. Por eso, al cambiar esa enorme cadena de acero por una débil cuerda de plástico, no intentan romperla. “Saben” que no podrán romperla, porque lo han intentado antes sin lograrlo.
¿Está usted atado al suelo con una pequeña cuerda que no ha intentado romper porque cree que no podrá? Lo han convencido las circunstancias pasadas, algunos conocidos o vecinos o usted mismo que “no se puede hacer nada contra el destino?
Deténgase ahí. Intente romper esas cadenas y levante el vuelo como las águilas. No tenga miedo. Una vez en lo alto, le va a gustar tanto que nunca querrá volver a estar abajo.
¿Sabe cómo deshacerse de esas cadenas? Primero reconozca sus desajustes, identifique sus patrones de malos hábitos que no lo dejan avanzar y comience a extirpar viejos y nocivos comportamientos.
Ahora, defina sus metas. Qué es lo que desea? Cuáles son sus metas? Cuando se enfrente a un obstáculo, no se rinda. Siga esforzándose hasta que llegue a la meta, hasta conquistar la cima. Tenga objetivos claros, concisos, precisos y bien delimitados en el tiempo. Sea estable y constante.
Comprométase con usted mismo, comprométase con verdaderos amigos que lo apoyarán. Y prepárese para cosechar grandes éxitos. Se lo merece: será el fruto de su esfuerzo y su trabajo.
Desde la Universidad de las Ventas le deseo una gran Fuerza de Voluntad; espero que muchas cosas buenas le sucedan y que pronto nos topemos en el camino hacia el éxito.
YO SOLITO LO E ESCRITO
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