Eso por no hablar de que el sector privado sanitario español, que es muy importante, debido a la competencia del sector público, tiene que ajustar precios, costes, dar servicio de calidad, etc. . Vamos, que les obliga a lo que la competencia debe obligar: a mejorar día a día.
Y ojo, aún así, un tratamiento en el sector privado sanitario español, en un hospital de renombre y con un equipo médico de calidad contrastada, cuesta mucho dinero (pero no tanto como en otros países sin la competencia del sector público) (y esto, no lo cuento de oídas), cometen equivocaciones graves también (y esto, no lo cuento de oídas), y según qué especialidades tienen lista de espera que puede ir de un par de semanas a un par de meses.
También las compañías de seguros médicos privados tratan de ofrecer en España precios muy ajustados por prestaciones decentes.
Vamos, que la competencia del sector público, es muy buena, y debería ser tenida en cuenta en otros sectores básicos totalmente privatizados donde la competencia de facto es casi inexistente, y los políticos con responsabilidades no hacen nada de nada más que ser colocados en esas empresas al concluir sus mandatos, en agradecimiento a no haber hecho nada de nada.
