Si esto es verdad que ha sido así, no se ni para qué coño se le acerca Ortega Cano a decirle nada al hijo de Parra, por muy de buenas que fuera.
El hijo está en todo su derecho de decirle a esta persona a la cara todo el asco que le tiene. Lo que tenía que haber hecho Ortega Cano es cerrar el pico y largarse por donde vino. Demasiado insulto a la memoria de su padre ya es que el chaval tenga ver por la calle al tipejo este, que encima estos días anda de celebración por el bautizo de su hijo.