La deuda alcanzará el 100% del PIB este año con su actual ritmo de crecimiento

Cunde la alarma: tras subir 14 puntos en 2012, el endeudamiento público ha engordado otros 40.000 millones solo en los tres primeros meses del año. El trepidante repunte del pasivo ha llevado la cifra en marzo al 87,8% del PIB, a sólo 3,6 puntos del objetivo oficial 2013.

En millones contantes y sonantes, esto significa que las Administraciones Públicas arrastran hasta marzo un endeudamiento de 923.311 millones de euros, una cifra absolutamente récord, según los últimos datos actualizados por el Banco de España.

Una cifra que, además, hace saltar las alarmas, pues de seguir a ese ritmo de incremento de cuatro puntos de PIB al trimestre, y sin nuevas reformas, el pasivo de las Administraciones Públicas (AAPP) puede encaramarse al 100% del PIB este mismo año, un nivel que en principio no se espera hasta 2016, de acuerdo con las previsiones del Ejecutivo.

Y es que, aunque acumular 16 puntos de PIB en deuda en un solo ejercicio pueda parecer descabellado, no es descartable, habida cuenta del precedente sentado por 2012, cuando el pasivo de las AAPP creció 14 puntos y llegó a la cota récord del 84,2% del PIB. Incluso, aunque el ritmo de incremento del pasivo se modere de aquí a fin de año, los cuatro puntos de deuda amasados entre enero y marzo hacen temer un desbordamiento de las previsiones oficiales.

Superada la media de la UE
Hay varios factores que indican que el pasivo público está fuera de control. En primer lugar, las propias proyecciones del Gobierno, que en su nuevo cuadro macroeconómico descuenta llegar al cien por cien de endeudamiento, aunque desde luego no este año, sino dentro de tres, en 2016. Para este ejercicio, las previsiones del Ejecutivo apuntan al 91,4% del PIB. Pero, teniendo en cuenta que en sólo tres meses ya estamos en el 87,8%, cerrar 2013 en la meta esperada por el Gobierno se antoja una misión casi imposible.

Un segundo dato que habla a las claras del acuciante problema de deuda español es el medio billón de euros que ha crecido el pasivo entre los años 2007 y 2012, es decir, a consecuencia de la crisis. Ni qué decir tiene que, inmersos aún en la recesión, con un elevado déficit público, seis millones de parados y una reforma en profundidad del sector público aún pendiente, las posibilidades de aliviar el peso de la deuda de las AAPP son remotas.

Existe un tercer indicador del acuciante riesgo que corre España con la espiral de deuda en la que ha entrado: los 923.311 millones de pasivo actuales, equivalentes al 87,8 por ciento del PIB, suponen que nuestro país ha batido otro récord -de signo negativo- al superar la media de la Unión Europea, situada en el 85,4 por ciento.

Tradicionalmente, España mantenía ratios de deuda sobre PIB inferiores a la media de la UE y de la eurozona, pero eso está cambiando y, de cumplirse las proyecciones macro del Gobierno, ya en 2014 -pasivo previsto del 96 por ciento-, sobrepasaremos también la media de la eurozona (90,7%). Y aún peor: si, como el Ejecutivo espera, España llega a acumular una deuda del 100 por cien en 2016, estará en un escalón en el que tan sólo se sitúan Grecia, Italia, Portugal o Irlanda, países más expuestos en la diana de los mercados.

Ley de Estabilidad
En ese contexto, cumplir la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (LEP), una de las leyes estrella del Gobierno de Rajoy, parece imposible: la norma establece un tope del 60 por ciento de deuda pública en el año 2020, y acatarla implicaría rebajar el pasivo del 100 por cien en 2016 al 60% en cuatro años. Es decir, la proeza de recortar más de 400.000 millones (40 puntos) a la deuda.

El abultado crecimiento del pasivo entre enero y marzo se explica, en parte, por la mayor actividad emisora del Tesoro Público, que ha aprovechado la relativa calma de los mercados para financiarse. Así, en lo que va de año, el Tesoro ha captado ya 69.119 millones de euros dentro del programa de financiación regular a medio y largo plazo. Esto supone, según el Ministerio de Economía, el 57% de la previsión para todo el ejercicio, unos 121.300 millones de euros.

Las condiciones de esa deuda han sido más favorables, con intereses de los bonos a 10 años en el entorno del 4% y la prima de riesgo por debajo de los 300 puntos básicos. Sin embargo, en las últimas subastas el mercado ya ha exigido intereses más altos.