Cuando me miras con complicidad
y con un gesto falto de complejidad
me dices: te quiero,
pienso, la simplicidad es belleza.
Cuando con dulzura agarras mi mano
y dejas escapar de tus labios
suavemente un beso,
pienso, la simplicidad es belleza.
Cuando con tu cuerpo rozas mi piel desnuda
y me haces sentir tu aliento frío
sobre mi pecho,
pienso, la simplicidad es belleza.
Cuando la simplicidad es tan sútil
y versátil como los versos
que profundamente te escribo,
pienso, tú eres la simplicidad de la belleza.