III
El dueño de la voz era uno de ellos. Uno de los miles de seres contra los que la Federación había luchado. Se trataba de un ser también bípedo, relativamente antropomorfo. Constaba también de extremidades y de una cabeza. La cabeza parecía no tener apéndices como los humanos. No disponía de orejas, ni de nariz, ni de pelo. Solo unos diminutos ojos y una pequeña boca. Todo el cuerpo se cubría de una piel dura, de color broncíneo, se trataba en efecto, de su esqueleto. Tenía así la misma composición que las langostas, con la carne por dentro pero recubierto de esa piel dura. Lo que más tarde se preguntaría Daev es como se mantenían de pie, si tenían columna por dentro o tampoco. No llevaba vestido alguno pues tampoco debía de esconder nada como los humanos.
-Siéntese Daev
Se sentó
-¿Cómo han hecho lo del sueño? ¿y por qué?
-Hemos entrado en su mente, la mente de los humanos es muy fácil de abrir. Así es como los ádahas se comunican entre ellos, y a veces con ustedes. Es por eso que nosotros escuchamos lo que se dicen, porque estamos en un nivel intelectualmente superior. Le hemos traído solo porque solo accedemos a hablar con usted.
-¿Porqué solo conmigo?
-Por que después de él, eres el indicado.
-Él es Henry, verdad
-Sí, desde el mismo momento en que conocimos los planes de la Federación y de los ádahas de crear en conjunto un ser lo suficientemente listo como nosotros, y lo suficientemente entrenado como para matarnos, nuestra población entró en verdadera alerta. Pero la ambición humana es algo extraordinario, y se llamen ádahas o federativos su corazón sigue los mismos patrones. En el mismo momento en que lo pensaron conocimos los planes de los ádahas para traicionar a la Federación y hacerse con el monopolio de Henry. Cuando comenzó vuestra guerra la Federación dejó de atacarnos por primera vez en varias décadas. Nunca podríais ganarnos porque sabemos como pensáis. Nos entristeció mucho cuando la Federación nos atacó. Desde que el proyecto Tierra nació nunca creímos que llegarías a tener la civilización suficiente como para llegar a nuestros dominios, y cuando así sucedió, cuando decidisteis acercar vuestros cargueros aquí el sistema de alerta disparó. Entonces intentasteis defenderos atacando durante demasiado tiempo a un simple puesto de vigilancia. ¿Entiende lo que digo Daev? Durante todos los años que la Federación estuvo atacando solo a un puesto avanzado.
-Por eso necesito su ayuda, por lo poderosos que son.
-No debemos involucrarnos. Dijimos que no. Sois demasiado torpes. Pero ahora están ellos...
-¿Quiénes?
-Henry, su hijo, su esposa y todos los alumnos de esa tal Theis. Por fin están entendiendo como van las cosas, dentro de ellos crece la sensación de los que sois en realidad, y en sus mentes se abre la consciencia de lo que podéis ser.
-Henry está muerto
El ser se dio unos golpecitos en la sien señalando la mente. Daev comprendió
-¿Qué es lo que somos?
-Sois el proyecto Tierra. Nuestra civilización tiene varios miles de años más que la vuestra. Hacia la mitad de nuestra existencia tuvimos también nuestras guerras, y hubo otras civilizaciones. Le voy a mostrar una cosa ahora que hemos llegado.
Daev ni siquiera notó el aterrizaje. La puerta volvió a abrirse y cuando salió casi muere de la impresión. Delante de él se extendía una kilométrica ciudad con millones de edificios de formas geométricas impensables, de materiales extraordinarios, de belleza sin igual. Se encontraban en la planta superior del edificio más alto. Bajó él Daev veía miles de ciudadanos iguales al ser con el que había estado hablando. Lloró ante la grandeza de aquella raza, de aquella ciudad.
-Verá, Daev- El ser se acercó también a la ventana por la que miraba Daev- Como ya le dije somos mucho más civilizados que ustedes, y mucho más antiguos. Una vez como ya le comenté también entramos en guerra con otra civilización. Era demasiado poderosa. Y cierta noche, uno de nuestros líderes, de esto hace varios miles de años, se fue en una nave con el enemigo el cual, le explicó lo siguiente. “Verás Garg, que era como se llamaba, ustedes son el producto de lo que una vez denominamos proyecto Ad, que es como se llama nuestro primer planeta. Nos explicó que a ellos les habían hecho lo mismo otra vez. Nos dijo que habían tomado el relevo y que el Proyecto Ad se basó en repetir una acción que ya había sido aplicada antes con ellos, y antes aún con los anteriores, y así sucesivamente. En Ad, colocaron una primera forma de vida, diminuta, pequeña, de la cual, y tras numerosos cambio genéticos y adaptaciones nacimos nosotros, que nos desarrollamos y nos civilizamos. Cuando la otra especie desapareció nos tocó el turno. Y decidimos hacer el Proyecto Tierra, tras descubrir un planeta recién formado que había más allá de los anillos exteriores y que era habitable.
Daev empezó a llorar tras comprender lo que quería decir. El alien prosiguió
-Pero algo salió mal. Se separaron en dos sexos. Hasta ahora, todos nosotros, y nuestras anteriores civilizaciones éramos lo que ustedes denominan hermafroditas. Yo mismo soy hembra y macho. Pero ustedes se separaron, y evolucionaron de forma diferente a como lo hicimos nosotros. Salisteis agresivos, os matabais entre vosotros, hacías guerras y tardasteis en descubrirnos. Cuando os disparamos reaccionasteis de la misma forma que lo hicimos nosotros, y obtuvisteis el mismo resultado. Era hora de empezar a ver cuando os lo contábamos para daros el relevo. Pero ha pasado algo...
-¿Qué es?
-Pasó que vosotros ya habéis empezado vuestro proyecto.
-¿Sía?
-Sí. Tras crear ha Henry genéticamente, creasteis dentro de su cabeza la semilla de esa nueva civilización que ahora germina en Sía gracias a Theis y a Ahn. Una civilización que nos supera por fin en inteligencia. Y lo más extraño de todo, es que está empezando antes de tiempo, a la par que vosotros. Cuando aún existimos. Y lo peor está por llegar.
-¿Peor?
-No podemos leer las mentes de Yoé, ni de Ahn, ni por supuesto la de Henry. Pero sí la de Theis, y tras uno de sus miedos se esconde la verdadera nueva raza. La que puede que consiga el equilibrio que os falta entre los humanos, los ádahas y los habitantes de Sía.
-¿Otra civilización?
-Sí, un nuevo ser capaz de entender el universo en su forma más sencilla, de poner orden en todo ese caos que habéis creado, y de dejar a cada una de las civilizaciones que están tras los anillos en el lugar en que corresponde.
-¿Cuándo nacerá?
-Ya ha nacido, solo como idea, pero ha nacido. Pronto vendrá Daev, y lo que veremos será algo maravilloso.