O eso es lo que nos vendió Ppachi en campaña. Y ya se sabe cuál es la medida más imaginativa de todas: ande yo caliente, ríase la gente.
Patxi estaba en Cádiz... de boda
La pregunta del millón del Día de la Hispanidad y de la sesión del Congreso del martes fue "¿dónde está López?". La respuesta está en Cádiz, en una "boda gitana" de cuatro días a la que acudió el PSE en pleno.
LA semana pasada tuvo una significación especial para los vascos, sobre todo para el PSE. Si el lunes el desfile de las Fuerzas Armadas por el Día de la Hispanidad contó por primera vez con representación del Gobierno vasco, el martes el Congreso aprobó la propuesta del Parlamento Vasco para blindar el Concierto Económico. Sin embargo, a tenor de la representación, hubo un tercer acontecimiento aún más especial. Fue el único al que asistió el lehendakari Patxi López, que ni estuvo en el desfile, pese a la importancia que le otorgó el PSE, ni en las Cortes, pese a lo que se jugaban los vascos. Se trata de la boda gitana -literal- de la eurodiputada y nieta de Ramón Rubial Eider Gardiazabal, que se prolongó durante cuatro días, todo el puente del Pilar, en un complejo de lujo en Cádiz.
A tenor de la única declaración pública de los asistentes no lo pasaron mal: "¡Vaya fiestón!", saludaba un tal Paco Atómiko a Patxi López a través de internet para enviarle una foto de la celebración. Dicha imagen, que sirve para ilustrar este texto, se erige en un auténtico álbum del sector del PSE más afín del líder socialista. Desde la izquierda, aparecen el diputado Eduardo Madina, la concejal en Santurtzi Lara Cuevas, la parlamentaria y secretaria de Medio Ambiente y Medio Rural de la Ejecutiva del PSE Natalia Rojo, el propio López con su tocayo Paco Atómiko, el edil en el Ayuntamiento de Bilbao Goyo Zurro y el alcalde de Portugalete y recién nombrado coordinador de Áreas del partido Mikel Torres, pareja de Lara Cuevas.
Mientras todos ellos apuraban la fiesta, Rodolfo Ares seguía con el traje de trabajo y ponía cara de circunstancias en la tribuna de autoridades de la plaza de Lima al paso de los más de 4.200 militares, 209 vehículos y 58 aeronaves. Al día siguiente, la delegación socialista trataba de vender como propio el éxito de la votación en la Cámara baja, pese a que fue posible sólo gracias a la negociación entre PNV y PSOE. López no estuvo presente en ninguno de estos escenarios. Portavoces de su gabinete no respondieron ayer a los requerimientos de DEIA para confirmar en qué ocupó su tiempo. Sí acudieron al Congreso, en cambio, Eduardo Madina y una de las madrinas de la boda, Lentxu Rubial, pese a haber coincidido con él en Cádiz.
apretado programa Eider Gardiazabal contrajo matrimonio el pasado sábado con el gaditano Álex tras nueve años de noviazgo. La hija de Lentxu Rubial y nieta del histórico socialista Ramón Rubial cerró su etapa de cinco años como concejal en Bilbao el 24 de septiembre para incorporarse como europarlamentaria, tras lograr escaño en las pasadas elecciones europeas.
Antes de saltar a Bruselas, donde reside desde junio, celebró su convite de cuatro días entre el pasado viernes, día 9, y el lunes día 12, celebración del Pilar. El mismo tuvo lugar en un envidiable complejo de ocio, el Cortijo Montenmedio, situado en Vejer de la Frontera, en plena zona turística de Cádiz. Se trata de un "alojamiento de lujo" con un ambiente "rústico y señorial" -tal y como aparece en su página web- que asemeja las formas de la propia Feria de Abril, con sus carpas y carruajes tirados por caballos.
Las actividades comenzaron en la misma noche del viernes con la "recepción de bienvenida a los vascos y vascas", según el apretado programa de actos de la boda. Ya el sábado, la ceremonia contó como oficiantes con dos antiguos compañeros de Corporación de Gardiazabal, la esposa del lehendakari Begoña Gil y Goyo Zurro. Los novios llegaron en un carruaje y la barra libre se abrió a las 18.30.
Al día siguiente, la fiesta no decayó con una ruta del tapeo organizada a las nueve de la noche, a la que siguió otra fiesta a las 23.00 horas. El lunes festivo por la mañana fue el momento de las despedidas, tras el último tapeo. Fue una fiesta interactiva. Mikel Torres lanzó su propuesta para el menú musical: "El Gora ta gora, el Himno de la alegría y el Yo soy la cantinerita (niña bonita del regimiento)". Se desconoce si fueron finalmente pinchados.
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