Yo en un caso así actuaría teniendo en cuenta que esa posibilidad es cierta, pero no cambiaría mi opinión respecto a la relación por ello. Si la relación está acabada, está acabada. Si la otra persona quiere suicidarse, yo no puedo hacer nada. Bueno, podría ceder a sus amenazas, pero esa no es la solución. Si estuviese en esa situación, se lo comunicaría a sus familiares para que estuviesen al tanto, pero dejaría a mi pareja igualmente.
Y si al final se suicida, pues bueno, qué se le va a hacer, no es algo que dependa de mí. Porque no creo que la pareja pueda ayudar mucho en esto, ya que precisamente el problema es la dependencia enfermiza de la otra persona, con lo cual te tendría siempre en un puño amenazando cada vez que no te comportases como tu pareja quiere.