Al final, la retrocompatibilidad sin dejarte meter tu disco es un poco cutre pero bueno, al menos llega de alguna manera. Cierto es que en Xbox por ejemplo no termina de ser nativa puesto que descarga una versión y además es de un catálogo limitado, pero al menos deja meter el disco. En un mundo ideal, cada consola debería ser compatible con los juegos de las anteriores, que aunque parece una tontería para muchos, es una manera de fidelizar clientes más efectiva de lo que parece. Al final hay gente que de 360 pasó a PS4 por el chasco de la presentación y otros de PS4 pasaron a Series X por servicios como Game Pass, a pesar de ser retrocompatible PS5 con su predecesora al 100% prácticamente pero no con las anteriores.
Aún así, una consola al final vende por sus juegos propios pero no podemos negar que una parte de jugadores estarían encantados de tener su biblioteca física siempre activa y no desempolvar viejas máquinas.
Y dicho esto, me muero por ver las mejoras visuales que tendrán los juegos clásicos y si nos llevaremos finalmente una sorpresa positiva o por el contrario serán un pufo. Yo confío.