Entro solamente para hacer un discurso demagógico y parcial a favor de regalar flores
Sí, radicalmente sí al ramo de flores. Pero no un ramo cualquiera. ¿Diez rosas? ¡Eso es cutre!. Por lo menos una docena. Y tienen que ser rosas rojas. Nada de medias tintas.
Encárgalo en una floristería de barrio, explícales que quieres un ramo espectacular, que es para tu mujer, y -esto es importante- lo vas a recoger tú y a llevarlo tú en persona. Porque la experiencia de portar un magnífico ramo de rosas rojas recién preparado es impagable... las mujeres de todas las edades se te quedan mirando por la calle. Las niñas te señalan con el dedo y le preguntan a su madre. Nadie queda impasible, ni mucho menos indiferente, ante la contemplación de la mejor metáfora de la naturaleza que demuestra lo impetuoso, irrazonable, incontenible y apasionado del amor que siente el hombre que ha pagado por esa maravilla
Gástate por lo menos 50 euros en el ramo, si hace falta más (tampoco mucho más. Deberían poder darte un ramo muy bonito por ese entorno de precio, pero varía según la época del año y los sitios).
Luego elige el momento adecuado, y ponlo a los pies de tu mujer. Y presta mucha atención a su reacción. Eso son emociones fuertes
¿Que las rosas se marchitan? cierto. ¿Que podrías regalar algo más útil? Quizá. Pero las emociones, los sentimientos, los instantes especiales, los recuerdos emocionantes, bien valen un buen ramo de rosas rojas ardientes, sensuales, que expresen con su efímera belleza lo importante que es para ti ese pequeño momento.
Esta es la verdadera prueba de amor, y no la tontería de la "prueba de la puerta" (véase "Una historia del Bronx"). La prueba de Quintiliano es la que vale