LaserPaint (I – Superviviente)
Ya es la tercera noche consecutiva que vengo. Una divertida alternativa a los estúpidos botellones y ligoteo en discotecas, por mucho que suene extraño viniendo de un joven de 16 años como yo.
El recinto que años atrás fue un LaserCombat y cayó en el más absoluto olvido tras la novedad y quedó otros tantos años cerrado había abierto de nuevo. Dicen que el nuevo dueño compró el local por una mísera cantidad al antiguo propietario.
El decorado del recinto es el mismo que antaño. Un montón de estructuras cúbicas con agujeros, en la zona central y una especie de torreta doble que comunica los dos accesos con un puente colgante.
La iluminación también es la típica de los LaserCombat. Todo a oscuras, uno cuantos neones de luz negra como en las discotecas... de esos que ciertos colores parecen volverse fluorescentes, y unos cuantos flashes que parpadean de vez en cuando.
Lo único que diferencia el nuevo local del antiguo es la sustitución de las armas de luz por distintos modelos de arma tipo paintball. Lo cierto es que queda muy espectacular cuando salpica la pintura al disparar con todo este ambiente y juego de luces.
En teoría yo no debería estar aquí. Está prohibido jugar con este tipo de armas para los de mi edad, pero el tipo de la entrada nos deja entrar sin problemas. De echo prácticamente todos los que entramos somos menores, pero qué importa, tan solo es un juego.
Me he puesto mi equipación. No es que proteja mucho este armazón re-utilizado del LaserCombat cuando te impacta una bola de pintura pero menos es nada. Hoy he vuelto a coger mi arma favorita. Representa un rifle semi-automático.
Suenan las sirenas, se apagan las luces y comienza la partida. Todo está oscuro, con algunas luces de colores eléctricos y los restos de manchas de partidas anteriores que ahora resplandecen bajo los neones de luz negra.
Tengo que llegar a la torreta para tener ventaja, pero para alcanzarla debo cruzar la sala prácticamente de esquina a esquina.
Me oculto tras el primer bloque de hormigón, aparece otro niño y le disparo. Bang! Le doy primero en la rodilla izquierda y luego en el pecho. Él baja su arma y se marcha hacia la zona de salida goteando tinta.
Corro medio agachado hacia la siguiente sección. Me encuentro en una estructura cúbica con una apertura de aproximadamente medio metro de ancho y apenas un palmo de altura que me sirve para poder apuntar al área central de la pista.
-Debo ir con cuidado, si aparece alguien por detrás me va a joder.
Me aseguro que tengo el culo a salvo mirando atrás y a ambos lados y vuelvo a mirar rápidamente por el hueco cuando veo como disparan a otro jugador.
-Wow! Realmente queda impactante la tinta cuando impacta!
A éste le han dado en la cabeza y la tinta ha salpicado por todas partes. El chico se queda estirado en el suelo. Al menos los que han entrado a jugar hoy juegan bien, no como los días anteriores que muchos seguían disparando después de haberles dado.
Aprovecho y avanzo a toda prisa en dirección al tubo situado en el centro y me escondo dentro. Veo los pies de otros jugadores pasar cuando disparan a otro. Otro al suelo! Tengo su cara justo enfrente de mí, en la salida de uno de los extremos del cilindro.
-Te han jodido tío!
…
Qué en serio se lo toman hoy.
Ey, algo no va bien... Un momento, esto no es pintura... Me acerco y veo el rostro de un niño de mi edad con los ojos abiertos de par en par. Tiene un agujero en la cabeza del que no para de brotar sangre.
-Pero que coño?!
Me asomo y fuera solo veo gente corriendo y gritando y cuerpos tirados mire donde mire. Bang! Un disparo. Bang! Otro.
-Tengo miedo, no quiero morir!!
Gateo hasta el centro del cilindro y me cojo con fuerza las piernas dobladas y cierro los ojos como esperando que esa oscuridad total impidiera que me pueda ver quien diablos quiera que fuera que estuviese haciendo eso. Un ligero sollozo y lágrimas incesantes surgen de mis ojos. Mi respiración cada vez es más acelerada... estoy empezando a marearme...
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Unas sirenas y un incremento de luz me hacen recobrar la consciencia, perdida por algunos segundos o minutos.
No hay musica, ni luces de neon, ni flashes, ni gritos, ni disparos... La policía ha llegado, estoy a salvo.