Por el bien de mi salud mental, pienso en euros. Creo que es casi una medida de autodefensa ante el hijodeputa del redondeo. Pensar cosas como que un viaje de ida y vuelta en metro me ha podido costar 450 pesetas me acabarían doliendo demasiado en el bolsillo.
Eso sí, para cantidades grandes, del orden de millones, aún siguen vigentes los "kilos", que si hace falta convierto a euros.