No creo que lo continue, así que aquí lo dejo:
1.22. Las horas gotean. El vaso que tengo al lado marca surcos para ser recordado en mi bonito tablero adornado con instructivas ilustraciones de la distribución europea. Heaven 17 y su Temptation son lo único que oigo desde hace horas. Lo demás es exterior y ahora mismo no tiene importancia. Ni eso ni nada. Calculo que llevaré unas ingentes horas de más aquí, como siempre. Posiblemente unas ¿5?, ¿6?. Demasiadas. 360 minutos mandados como archivo adjunto al correo del vacío existencial. 21600 segundos agobiantes que se empeñan en mirarme compasivamente para ver si tuerzo mi empeño. Click, click. Y ya no hay más. Hay Temptation, hay ojos rojos, hay muchas preguntas que giran furiosas al son del ventilador. Y no las voy a responder. Estoy volviendo a mirar las mismas webs por décima vez y no hay nada nuevo. Hay mucho silencio, y eso es lo más peligroso en lo que uno puede caer cuando está así. Pones música y todo pasa como más liviano. Sabes que no arregla nada, pero en fin, todo no ha arreglado nada. Está todo en silencio y la ciudad es mucho más bonita desierta. Lástima que mucha gente no se pare a comtemplarlo. Cuando acabas así terminas por contemplar más que por obrar: No hablas, indiferencias, no gesticulas, reprimes, no sonríes, finges, y así en una infinita lista que se amarga, comprime y huye cuando le das al Power.Todo se expande y desaparece de forma cruel cuando le das al Power.
Y la música no para. Tampoco termino yo nunca de mirar el edificio de al lado. Posiblemente podría describirlo perfectamente en pocos minutos, pero nunca he conseguido cansarme de la farola. Insomnio, falta de actividad, falta de motivaciones, exceso de pensamientos, falta de llamadas...Falta tras falta. Aquí es todo más fácil. Me deslizo hacia un archivo, botón derecho y eliminar.
¿Confirma que desea enviar "Insomnio" a la papelera de reciclaje?
Sí.
Y caería contra el suelo posiblemente abriéndome la cabeza, pero dormido. Pero no, eso no existe, y soy el único que desecha la oscuridad a estas alturas. Estoy desorientado y sigo aquí. Antes estaba harto y seguía aquí. Y antes simplemente estaba aquí. Y puedo cerrar ventanas sin mirar pero no puedo mirar a los ojos a una tía. Y sigo cerrando sentimientos, minimizando emociones y apagándome. Como siempre.
Estoy enganchado. Totalmente. Estar enganchado no es ningún juego. Es la puta peor partida donde puedes meterte. Un proceso lento de sinsentido, de emoción, de vacío, de vacío que rebosa y te ahoga. De cambiar progresivamente hasta no poder contestarte ni tú mismo. Dejar de ser. Todo una confusión constante de la que sólo eres consciente cuando más hundido estás. Decepcionar y decepcionar, huir y huir, y todo para no asumir que quizás tomaste una mala decisión. Yo la tomé y la volví a tomar durante muchos años. Y acabé por enterarme de ello un 31 de Diciembre cuando me encontraba tirado en un sofá sin saber muy bien a quién llorarle. No había nadie.
Todo se ennegrece y tú lo ves con los ojos abiertos mientras abres otra pestaña. Indiferencia vital. Esa indiferencia por desgracia o suerte no pasa ajena a los demás, que se preguntan qué fue de aquel de hace tiempo. Y no sabes qué responder. Creo que nadie que conozca ha sabido responder a esa pregunta. ¿ Qué haces ahí? Como mucho contra-preguntas con agresión. Y eso no soluciona nada. Realmente tienes muchísimo que decir, pero pasar delante de un PC unas 12 h diarias tiene como consecuencia una violenta conclusión que acaba por destrozar cualquier mente: no sabes interactuar. Un monigote mudo que puede grabarme un CD.
2.30.