Y por eso nadie invirtió en Google, porque la idea de buscador no era patentable. Ni en Microsoft porque no es patentable un SO. Ni en Skype, como se va a patentar el teléfono. Ni en cafeteras Nespresso, ni es patentable la cafetera ni vender un producto en cápsulas. Ni en Zara porque no es patentable el hacer tiradas cortas de ropa. Ni en Ikea porque no se puede patentar muebles que te montas tú en casa. Ni en iTunes, ni en YouTube, ni WhatsApp.
Todo empresitas que un día fueron pequeñas, no hace tanto. Sin duda la innovación está parada por faltas de patentes, sobretodo en servicios online, patentes para servicios web ya.