En una entrevista concedida al periódico de Hong Kong South China Morning Post, el CEO de la compañía, Bruce Chizen ha anunciado que abandonan la comercialización de software en idioma chino, debido que la piratería en China es tan salavaje que es imposible comercializar allí sus productos.
Según Chizen, traducir sus programas le cuesta a la compañía 750.000 dólares, y actualmente obtienen medio millón en ventas, una cifra a todas luces ridícula.
China, que se desentendió de la piratería (cuando no la favoreció de forma clara) se encuentra en estos momentos entre la espada y la pared. Por un lado, la piratería rampante que domina el mercado interno, ha permitido una rápida informatización en las zonas urbanas, pero al mismo tiempo se ha convertido en un monstruo de Frankenstein, amenazando en su vorágine con acabar también con el software chino.
Según Chizen, traducir sus programas le cuesta a la compañía 750.000 dólares, y actualmente obtienen medio millón en ventas, una cifra a todas luces ridícula.
China, que se desentendió de la piratería (cuando no la favoreció de forma clara) se encuentra en estos momentos entre la espada y la pared. Por un lado, la piratería rampante que domina el mercado interno, ha permitido una rápida informatización en las zonas urbanas, pero al mismo tiempo se ha convertido en un monstruo de Frankenstein, amenazando en su vorágine con acabar también con el software chino.
un saludo