Por JCS
Nombre: Shellshock Nam'67
Desarrolla: Guerrilla
Publica: EIDOS
Plataforma: PlayStation 2
Genero: Acción en tercera persona
Texto: Español
Voces: Español
Calidad de la versión PAL: (Doblaje mejorable respecto a la calidad general de los PAL/ES, trae selector de Hz)
PUNTUACIÓN: 6
Dentro:
- Buenos escenarios
- Variedad de armas y situaciones
- Buena ambientación
- No hay modo multiplayer
- Movimientos del personaje malos
- Inteligencia artificial mala
- Escenarios indestructibles
ANÁLISIS:
La guerra del Vietnam es en el mundo de los videojuegos la gran desconocida puesto que la Segunda Guerra Mundial ha acaparado mayoría de títulos bélicos. Ahora casi 30 años después, empiezan a emerger títulos de está espantosa y sanguinaria guerra, quizás por que el grifo de la “WWII” ya se esté cerrando o porque 30 años después el sector se vea capaz de llevarnos a nuestras casa tal atroz conflicto.
Lo primero que nos sorprende del juego de Guerrilla es la variedad de escenarios; recorreremos diferentes zonas, desde templos budistas a lagos, pasando por campos de arroz y aldeas o ciudades vietnamitas. El entorno más frecuente será la selva, unida a los estrechos túneles construidos por los vietnamitas. Esos entornos están llenos de hierbas y matojos bien recreados, con numerosas rocas que nos permitirán salvaguardarnos de las balas enemigas. Pese a que estos escenarios están bien diseñados y gozan de unos gráficos aceptables, nos encontramos con que son indestructibles; las granadas de mano no surtirán ningún efecto sobre las piedras ni los balcones de los edificios, igualmente nuestro M79 (lanzagranadas) o RPG (lanzacohetes ligero) no derrumbarán ninguna cabaña de las aldeas ni tumbarán un solo árbol. Además, aunque la mayoría de misiones se realizan en espacios abiertos, la orografía del terreno o el propio juego nos impedirán poder ir más allá de unos límites imaginarios usando árboles caídos o, simples subidas donde nuestro soldado incomprensiblemente no podrá acceder, lo que nos impedirá hacer emboscadas a los vietnamitas atrincherados. Aparte de esto, seremos nosotros quienes llevemos el peso de la misión, nuestros compañeros aún siendo de mayor rango, irán a remolque nuestro sin tomar la iniciativa ni elegir el camino a seguir. Los “charlies” y el propio terreno no serán nuestros únicos enemigos, las selvas están llenas de trampas que podremos desactivar (si las localizamos antes de pasar por encima) mediante un pequeño mini juego, el fuego amigo de nuestros compañeros será otra preocupación (que no para ellos, que nunca mueren) ya que nos exponemos al fuego cruzado o que las bombas de napalm acaben nosotros o maten a otros compañeros (ninguno de nuestro grupo).
Los movimientos de nuestro personaje en el entorno parecerán más los de un robot que los de un ser humano, como si tuviera una barra de acero en la espalda que le impidiera mover esa parte del cuerpo tanto al andar como al correr (algo patoso), posiblemente el movimiento de nuestro soldado al lanzar las granadas es de lo mas ridículo que un servidor ha visto. La vista será en tercera persona, tendremos la posibilidad de hacer zoom, la cámara se instalará en el hombro de nuestro soldado y nos permitirá ganar algo de puntería. En los largos y estrechos túneles la cámara se perderá, no sabrá donde ponerse y nos dificultará aún mas la tarea de matar vietnamitas.
Para combatir a los norvietnamitas, contaremos con un completo arsenal de la época: fusiles de asalto del ejercito americano, M14, rifles de precisión, diverso armamento ruso, RPGs y algún lanzallamas (con unos ridículos efectos de fuego y quemado) además de puestos fijos, granadas etc. En distancias largas tener un rifle de largo alcance como la M14 con mirilla podrá ser toda una gozada, dado que pondremos a trabajar al sistema de impactos volando piernas y brazos además de cabezas con todo lujo de detalles y sangre esparcida. Abstenerse de intentar matar enemigos con rifle de asalto o AK74 a larga distancia.
Todo este armamento será aún poco para combatir a la horda de “charlies” que saldrán hasta de debajo las piedras. Veremos como en escenarios surgirán de las montañas grupos de comunistas sin cesar (idénticos en forma y vestidos, solo lograremos distinguir a algún camboyano u laosiano de vez en cuando), como una riada de lemmings armados y hasta que nosotros no avancemos no pararán de salir. Los enemigos, al igual que nosotros, usarán todo tipo de armas, lanzarán misiles y nos dispararán balas desde posiciones ilocalizables, ya que la espesa jungla no nos dejará ver más allá de nuestra nariz. En ocasiones su inteligencia artificial fallará de una forma escandalosa, dejando a los vietnamitas quietos como estatuas mientras nosotros pasamos delante de ellos para matarlos a placer o veremos como los hombres bomba corren sin sentido, ignorándonos aun teniéndonos a su lado. Aparte de estos fallos, nos encontraremos con enemigos extremadamente difíciles de matar, que aguantarán demasiado plomo a no ser que estemos armados con un rifle de francotirador. Por otro lado nuestros compañeros seguirán en la misma línea y no nos serán de gran utilidad ya que su limitada inteligencia no les permitirá hacer las cosas bien, ni cubrirse, ni tomar decisiones por su cuenta, pareciendo un montón de pollos sin cabeza y siendo nosotros los que tendremos que elegir los caminos, decidir si avanzar o no además de tener que realizar la mayoría de acciones y matar el 90% de los enemigos. Por si fuera poco, si en algún momento queremos vagar por la selva eligiendo un camino u otro y esa ruta no es la correcta, nos tacharán de desertores.
Compensando, nuestras misiones serán del todo realistas e irán ligadas entre si por escenas de vídeo (la mayoría de gran violencia) e irán evolucionando con nuestro personaje, que llegará a formar parte de las fuerzas especiales, aunque esta promoción se realice de la noche al día y no haya pasos intermedios entre soldado raso y fuerza de elite.
El juego se divide en 11 misiones, pocas, pero largas, demasiado, ya que estaremos un mínimo de 20 minutos por misión deseando que no nos maten. Durante el transcurso de estas misiones habrá “cheackpoints” donde podremos volver si caemos durante el combate, pero el no poder guardar y apagar la consola durante 20 minutos puede hacernos desistir más de una vez,algo que se unie a un nivel de dificultad un tanto elevado, no por el juego en si, sino por los fallos de del mismo.
Entre misión y misión, volveremos al campamento base donde se nos informará del resultado del trabajo y se nos notificará cual es el siguiente, pero nosotros elegiremos cuando continuar con el juego. En los campos base habrá vida, se oirá música de la época, podremos hablar con otros soldados, ir al campo de tiro o comerciar. Para comprar y vender nos valdremos de insignias y estrellas de combate que recogeremos de los camboyanos, laosianos o vietnamitas muertos y que podremos cambiar por drogas que nos ayuden a ser más ágiles, tranquilizantes para mejorar nuestra puntería con el rifle de largo alcance o fotos eróticas. Además en campos base construidos para la ocasión en un poblado vietnamita nos encontraremos mujeres ligeras de ropa que nos invitarán a hacer el “ñaca ñaca” (literalmente) a cambio de dinero.
Durante nuestras largas misiones iremos siempre con un objetivo, pero éste normalmente se verá truncado por circunstancias que nos harán cambiar de plan; ir a rescatar compañeros en apuros, ayudar a civiles... en todas nuestras tareas viviremos el horror de la guerra. Veremos en los escenarios montones de cadáveres esparcidos o apelotonados unos encima de otros, soldados crucificados, matanzas de vietnamitas que no quieren formar parte de el ejercito, americanos que después de interrogar a un testigo lo matan a sangre fría y a bocajarro, soldados mutilados llenando las calles de sangre o antiguos compañeros atrapados en trampas (que en algunas ocasiones parecerán mas un pedazo de carne que un cuerpo). Realizaremos operaciones de todo tipo, desde ir a por todas armados con una M60 a proteger una base de los vietnamitas suicidas, pasando por misiones de sigilo en plena noche armados con nuestro machete, una M14 con mirilla y silenciador que nos bastarán para superar el reto sin ser detectados (aunque si nos vieran no pasaría nada, ni mas enemigos a nuestro acecho ni mayor dificultad en la misión, todo seguirá igual). Durante las misiones oiremos los quejidos, insultos de los vietcong y de nuestros compañeros, insultos que se nos harán repetitivos hasta la saciedad, en parte por lo mejorable del doblaje. Aunque siempre es de agradecer que un juego venga doblado.
La rejugabilidad de Shellshock es nula como en la mayoría de estos títulos, ya que sigue una línea y de la que no podemos salir, para elegir la misión ni el camino a la hora de realizar nuestros trabajos, lo que convierte a este título en un juego de pocas horas que te lo pasas o lo dejas a la mitad y lo guardas en la estantería donde acumula polvo junto a sus compañeros.
En definitiva, nos encontramos con un título que podría haber sido mucho más de lo que es, donde el equipo de desarrollo no ha sabido recrear bien los movimientos y donde ha fallado en puntos como la inteligencia artificial de enemigos y compañeros, con escenarios limitados de forma incomprensible. Esperemos que Guerrilla mejore en sus próximos títulos y no cometa los mismos errores.