Análisis: Transformers

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TRANSFORMERS
por STH


Nombre: Transformers
Desarrolla: Melbourne House
Publica: Atari
Plataforma: PlayStation 2
Genero: Acción
Texto: Español
Voces: Español
Recomendación: Compra acertada
Conversión PAL:




PUNTUACIÓN: 8,3


ANÁLISIS:

Autobots, ¡transfórmense y avancen! Quien no recuerda esa mítica frase de Optimus Prime, líder de los Autobots, en su lucha a muerte contra su eterno rival, Megatron. La pegadiza melodía de la presentación de la serie todavía resuena en nuestra cabeza, cuando se cumple su veinte aniversario. En España el fenómeno de los Transformers llegó con varios años de retraso pero logró enganchar a muchos adolescentes de la época, que alucinábamos con los enfrentamientos épicos entre Autobots y Decepticons e incluso hoy en día seguimos considerándola una obra de culto, pese a su intención descaradamente comercial como apoyo a la línea de juguetes de Hasbro.

A la serie original le siguieron otras adaptaciones que no vimos por estas tierras, salvo alguna excepción como la que nos ocupa. El pasado verano tuvimos la oportunidad de recordar de nuevo los viejos tiempos con la emisión de Transformers Armada, la penúltima entrega de la saga, por ahora, que viene a ser una nueva versión de la historia original, añadiendo una nueva raza de máquinas, los diminutos Mini-con. Estos tienen la capacidad de poder combinarse con los demás Transformers y aumentar sus habilidades de combate.

Hace un millón de años los Autobots y los Decepticons se enfrentan en una interminable batalla que asola su planeta Cybertron. Los Mini-con deciden construir un arca y abandonar su hogar antes de que sea demasiado tarde. Tras un largo viaje chocan con un asteroide que daña los sistemas de navegación de la nave, estrellándose finalmente contra la Luna. Parte de sus tripulantes, encerrados en paneles de animación suspendida, caen a nuestro planeta. Un millón de años más tarde, un pequeño grupo de ellos son despertados, mandando una señal de socorro a su mundo natal.
Conociendo la importancia de los pequeños robots, Autobots y Decepticons viajan a la Tierra en su búsqueda; el que logre encontrarlos puede tener la batalla ganada.

Pese a introducir novedades interesantes y sobretodo adaptar el universo Transformers a nuestros tiempos, Armada no puede rivalizar con la serie original, pero la idea de los Mini-con resulta perfecta para un videojuego. Y es aquí cuando Atari y Melbourne House entran en acción, trasladando la historia de Armada a PS2.
¿Habrán logrado hacernos olvidar los mediocres juegos anteriores basados en la franquicia y estaremos ante algo más que un producto meramente comercial?

Desde el primer momento en que empezamos el juego y accedemos al Cuartel General (CG) de los Autobots tenemos la sensación de encontrarnos realmente sumergidos en el mundo de Optimus y compañía, gracias a una magnífica atención al detalle, donde incluso aspectos tan sencillos como el elegir personaje están cuidados.
Una vez comencemos a recorrer los enormes escenarios nos encontraremos con una red de portales repartidos por el mapa, que sirven tanto para guardar nuestra situación como para poder volver a nuestro CG para cambiar de robot o modificar sus habilidades y volver de nuevo a la fase. Es en aquel momento cuando comprendemos el magnífico diseño que esconde el título de Melbourne House, donde todo se encuentra intercomunicado a través del nexo común del CG, pudiendo ir a cualquier punto del juego cuando lo necesitemos, y lo más importante, permitiéndonos volver a nuestra base para equiparnos de forma estratégica.

Transformers es un juego de acción en tercera persona que conforme avancemos se hará cada vez más frenético, siendo las últimas fases auténticas batallas campales, gracias al aumento del número y tipo de enemigos y a la mejora de nuestras armas y habilidades. Esta progresión de destrucción masiva es paralela a la diversión que nos ofrece, siendo una nueva fase siempre mejor que la anterior.

Pero no todo será disparar sin descanso, por extraño que parezca el juego cuenta con un interesante componente estratégico que responde al nombre de Mini-con. Nuestra misión será recuperar estos pequeños robots esparcidos por los escenarios. No se trata simplemente de coleccionarlos sino que cada uno de ellos nos ofrece una nueva mejora, ya sea de ataque o defensa e incluso nuevas habilidades como la capacidad de volar, pudiendo equiparnos con cuatro a la vez, que utilizaremos respectivamente con los botones L1, L2, R1 y R2, quedando perfectamente vinculados con el pad. La estrategia hace acto de presencia al descubrir que cada uno de los Mini-con consume cierta cantidad de energía y dependiendo de nuestro personaje podremos soportar un mayor o menor consumo, teniendo que combinarlos para lograr un equilibrio. Pero esto es sólo la punta del iceberg, los Mini-con son de distintos colores, pudiendo crear equipos entre los del mismo color o incluso realizar combinaciones de colores. De esta manera, según la cantidad que logremos enlazar, mejoraremos nuestro nivel de energía, la duración del Powerlink, del que hablaremos más adelante, o el tiempo de recarga de los Mini-con, ya que no podremos utilizarlos de forma constante. Si a los equipos les añadimos el hecho de vigilar el consumo de estos y a su vez el saber elegirlos según la situación, sobretodo al hacer frente a los enemigos finales, tenemos un juego en el que tanto nuestros reflejos como la toma de decisiones son igual de importantes.

Vistas las posibilidades de los Mini-con, pasaremos a analizar las habilidades de nuestros Autobots. Disponemos de tres de ellos para elegir, Hot Rod, Red Alert y obviamente Optimus Prime. A parte del mencionado handicap del consumo, las habilidades de todos ellos se pueden reforzar con los Mini-con, así que en la práctica, y salvo en contadas ocasiones, no tendremos que preocuparnos por cambiar de personaje, siendo la utilización de uno u otro totalmente a nuestro antojo, pese a que puedan resultar más indicados para según que situación. Otro de los aspectos que no se ha visto lo suficientemente explotado es nuestra capacidad innata de transformarnos en vehículo, resultando una simple excusa para avanzar más rápidamente por los escenarios, aunque la combinación de acelerar y seguidamente transformarnos nuevamente en robot nos permitirá saltar ciertos obstáculos. Echamos de menos alguna fase en la que tuviéramos que permanecer en modo vehículo para superarla, por ejemplo.
Otra de nuestras habilidades consiste en el citado Powerlink, que vendría a ser un "modo berserk" en el que causamos mayor daño al mismo tiempo que consumimos nuestra energía. Puede ayudarnos si nos encontramos en apuros pero en ningún caso es totalmente necesario, más bien prescindible.
Por último cabe mencionar los ataques cuerpo a cuerpo, pudiendo realizar incluso combos y potenciarlos una vez más con el uso de los Mini-con, una característica realmente útil que se realiza de forma automática si pulsamos el botón de disparo al encontrarnos pegados al enemigo.
Todas nuestras habilidades las controlaremos a la perfección con el pad, tan sólo el desplazamiento del Autobot puede resultar algo complicado al principio ya que estamos acostumbrados a mover el personaje con un stick mientras que con el otro nos encargamos de la cámara. En Transformers el stick analógico derecho lo utilizaremos para girar el personaje y mirar arriba y abajo, es decir siempre observaremos lo que sucede en nuestro campo de visión, una solución sencilla y efectiva que hará olvidarnos de los típicos problemas de cámara presentes en otros juegos. Además contamos con una vista en primera persona que utilizaremos para realizar disparos precisos, sobretodo al conseguir la habilidad de francotirador.

Para poner a prueba nuestras capacidades disponemos de apenas ocho niveles. Es cierto que nos encontramos ante mapas enormes con total libertad de exploración, pero si seguimos los objetivos marcados e incluso entreteniéndonos un poco recolectando Mini-con y discos Data-con su duración es escasa. Una vez logremos la habilidad de volar podremos volver y acceder a sitios antes inaccesibles para encontrar nuevos Mini-con y Data-con, pero no nos resultará demasiado complicado hacernos con todos. Por suerte al regresar a un escenario ya explorado, aparecerán nuevos enemigos que nos ofrecerán más resistencia. Debemos destacar la excelente IA de la que hace gala el juego, pudiendo observar a robots esquivando nuestros misiles, huyendo o buscando refuerzos, poniéndose en alerta al escuchar disparos y recorreriendo grandes distancias para darnos caza o incluso saltando plataformas.
En cuanto a los mencionados Data-con, nos servirán para desbloquear una gran cantidad de extras relacionados con la franquicia, ya sean galerías de juguetes, comic-books, arte conceptual, impagables anuncios de televisión, etc, etc. Lástima que no hayan incluido los openings de las series :P
Un detalle interesante que presenta el juego, y que podría haberse explotado para alargar algo más su duración, lo encontramos en la última fase. Se trata de búnkeres que dan acceso a pequeñas habitaciones en las que deberemos hacer frente a un número determinado de enemigos para lograr un Data-con, recordándonos a las típicas mazmorras de un action-RPG.

Técnicamente Transformers brilla con luz propia, siendo uno de los títulos más espectaculares que podemos encontrar en el catálogo de PS2. Empezando por los frondosos paisajes del Amazonas o las montañas de Alaska, todos ellos con una profundidad de visión absoluta, pudiendo localizar el haz de luz que emiten los Mini-con y los Data-con desde cualquier distancia. Esto conlleva algunas bajadas de frames puntuales que en ningún caso afectan al desarrollo del juego. El único punto negativo es el abuso en la utilización del clima tropical, encontrándonos con tres escenarios bastante parecidos entre si.
Otro aspecto a destacar es la implementación de las físicas en las colisiones de nuestro Autobot con los escenarios, pudiendo caer montaña abajo, estrellarnos contra una roca y quedar en la más ridícula de las posiciones o salir despedidos tras una explosión y restar aturdidos en el suelo. En todas las ocasiones las animaciones y la interacción con el entorno serán de lo más natural.
El destello de los rayos solares que harán brillar nuestra armadura o las sombras que proyectan las naves de transporte de los Decepticons al sobrevolar la zona son algunos de los cuidados detalles gráficos que encontraremos, junto con los efectos de luz de nuestras armas o las enormes explosiones, que al luchar contra varios enemigos simultáneos pueden ralentizar un poco la acción.
Los tiempos de carga previos a los escenarios son realmente rápidos, el problema es al viajar a nuestro CG y volver a la fase, deberemos esperar a que ésta vuelva a cargarse. Apenas son unos segundos pero puede resultar algo molesto al principio.

El apartado sonoro cumple con su cometido, melodías progresivas según la tensión del momento y efectos sonoros correctos, junto con un doblaje algo descafeinado, aunque siempre es de agradecer, al igual que la opción de 60Hz, un buen detalle por parte de Atari.

Sin duda alguna nos encontramos ante el mejor juego de Transformers hasta la fecha, que satisfará con creces a todos los fans desde el primer momento. Un título realmente bien acabado al que no le falta de nada y que cuenta con una puesta en escena lo más fiel posible a la serie. Una mayor duración habría sido lo ideal, aunque ello no es excusa para perderse un excelente juego de acción que además cuenta con una interesante dosis de estrategia. Un buen ejemplo de como debe realizarse un título basado en una licencia comercial sin caer en los tópicos de siempre.















1 comentario
  1. CONTRA-ANÁLISIS
    Por JPL


    ¿Transformers? Si, claro... Transformers, se transformarán (con voz metálica, de robot). Si tenéis una cierta edad, no sólo es probable que vierais los dibujos animados, sino que hasta tuvisteis uno, original de Hasbro o una de las múltiples “derivaciones” que surgieron al calor de su éxito. Tras unos cuantos intentos previos, parece que por fin, y de la mano de los australianos de Melbourne House tenemos un juego que hace justicia a la serie. Eso, o por lo menos el soniquete de la transformación está realmente conseguido.

    Al juego. Controlamos un Transformer Autobot, de entre tres seleccionables. La sensación de enorme peso de los mismos está plasmada de una forma realmente conseguida: Optimus Prime es un gigante, enorme y pesado, y se nota. Cada uno de estos Transformers tiene las típicas diferencias en cuanto a una serie de parámetros, léase velocidad, resistencia, capacidad para portar Mini-cones... ¿Mini-con? Si, para los abueletes (como yo) que no siguen este mundo Transformer al minuto los Mini-cones son la novedad del juego en cuanto al universo Transfomer. Resumiendo, se trata de pequeños Transformers que tras ser encontrados, algunos más escondidos que otros, otorgan distintas características especiales al Transformer que llevemos con nosotros. Lo cierto es que se puede llegar a producir un efecto Pokémon al intentar hacerse con todos ellos para ver todas las distintas habilidades y efectos de las combinaciones. No sólo eso, sino que hay varios tipos de Mini-con y las interacciones que se producen entre ellos alteran su comportamiento durante el juego.

    Una vez estamos jugando, podemos avanzar en forma de robot, con nuestras armas y puños prestos para machacar todo Decepticon (enemigos naturales de nuestros bienamados Autobots) que se nos ponga por delante en tercera persona. Y se nos ponen muchos. Como en otros juegos, los enemigos aparecen en grupos en los que hay un líder que coordina a sus subordinados, acabad con él y los de menor rango aparecerán perdidos y serán mas sencillos de eliminar. El juego permite acceder a una vista en primera persona con una obvia mayor precisión en nuestros ataques, que cambia el ritmo de la acción haciéndola más lenta (bastante más pausada que la que caracterizaba al Jefe Maestro). Tan lenta que podemos decir que llega a parecer un juego de infiltración. No-sé-cuántas toneladas de metal no es que sean especialmente silenciosas, pero bueno, uno puede pasar un muy buen rato con un rifle de francotirador y con el sensor de energón (arma y habilidad obtenidas tras encontrar a los correspondientes Mini-cones) deshaciéndose de incómodos Decepticons . Y presionando triángulo... ñi-ñi-ñi-ñi (para los neófitos en el mundo Transformer, es el soniquete de la transformación), pasaremos, conseguidísima animación mediante, a la forma de vehículo. Y nuevo cambio de ritmo. Podremos avanzar a toda velocidad por el nivel, atropellar, mejor dicho, pasar por encima de nuestros enemigos a toda velocidad. Por cierto, y para dejaros la miel en los labios, se puede planear, que no volar activamente. ¿Cómo? Encontrad el Mini-con.

    Técnicamente Transformers no tiene apenas pegas en cuanto al apartado técnico. De hecho, creo que tenemos un nuevo hito en cuanto a lo exprimida que ha quedado la negra de Sony. Gráficos que en ocasiones hacen pensar que no se trata de un juego de PS2, escenarios cuidados al detalle (mención especial a los niveles amazónicos: enormes, con una gama cromática impresionante...); si es que hasta el normalmente abusado “lens flare” está perfectamente utilizado. Como juego de nuestro tiempo, tiene su propio tiempo bala “matrixiano” (¿o nosotros, como jugadores, tenemos que decir “maxpaynesco”?), muy agradable y no sobrecargado, con movimiento de la cámara circular en torno a nosotros, desenfoque y cambio de paleta. El juego se entrecorta únicamente cuando estamos rodeados por una gran cantidad de enemigos Y todo empieza a explotar (de una manera ciertamente vistosa, bonitas explosiones estas, si).

    Si el juego destaca en cuanto a su factura técnica y posibilidades de afrontar el juego con toques de diversos géneros, lo más destacable es el grado de pulido y mimo que destila, por todas partes. Podríamos decir que está bien diseñado: videos que podemos saltarnos para entrar directamente en acción, múltiples puntos de guardado por nivel fácilmente identificables desde la distancia (aparecen como cañones de luz azul que apuntan hacia el cielo), que hacen además las veces de acceso a nuestra base para poder cambiar no sólo de personaje, sino de Mini-cones para así poder afrontar una sección del juego según nos interese. Si hasta la pantalla de carga –no demasiada larga tampoco- es agradable...

    En fin, que tenemos un juego que se nota hecho con cariño, técnicamente intachable, con una suave amalgama de estilos de juego perfectamente integrados que le permite amoldarse a los gustos de cada jugador.


    PUNTUACIÓN: 8
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