Nuevas filtraciones de los documentos entregados por Edward Snowden revelan que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense está financiando un superordenador cuántico capaz de romper virtualmente cualquier tipo de codificación. El avanzado dispositivo pertenece a un programa de 79,7 millones de dólares denominado "Penetrando Objetivos Difíciles", según informa The Washington Post.
Varios físicos e informáticos consultados por el diario americano aseguran que existen pocas probabilidades de que la NSA haya logrado avanzar en este tipo de tecnología más allá que la comunidad científica, y mucho menos de forma secreta. Según los documentos, la mayor parte del programa de la agencia se está llevando a cabo dentro del laboratorio de física de la Universidad de Maryland bajo contratos clasificados. No se ofrece ningún detalle sobre en qué punto se encuentra el desarrollo del superordenador.
La computación cuántica incrementa de forma radical la capacidad de procesamiento en determinadas tareas de procesado. Compañías como IBM o la propia agencia DARPA llevan investigando esta tecnología varios años, mientras que Google anunció en octubre del año pasado su propio "laboratorio cuántico de inteligencia artificial" dedicado a la optimización de algoritmos para sus productos.
La enorme capacidad de procesamiento de un ordenador cuántico tiene implicaciones en varios campos como medicina, física o matemáticas, pero también permitiría resolver algoritmos de codificación a los que los ordenadores actuales no se pueden enfrentar. Los científicos estiman que romper una de las claves de 1.024 bits que se utiliza habitualmente para transacciones online llevaría alrededor de 2.000 años con ordenadores actuales, aún con miles de sistemas funcionando de forma asociada.
Esta noticia llega al mismo tiempo que el prometido recurso al fallo del juez William H. Pauley que declaraba legales las escuchas de la agencia de seguridad. La unión americana de las libertades civiles (ACLU, en inglés) ha presentado ayer formalmente su disconformidad con la sentencia, alegando que el programa de la NSA viola el derecho estatuario y la Constitución de los Estados Unidos.
Varios físicos e informáticos consultados por el diario americano aseguran que existen pocas probabilidades de que la NSA haya logrado avanzar en este tipo de tecnología más allá que la comunidad científica, y mucho menos de forma secreta. Según los documentos, la mayor parte del programa de la agencia se está llevando a cabo dentro del laboratorio de física de la Universidad de Maryland bajo contratos clasificados. No se ofrece ningún detalle sobre en qué punto se encuentra el desarrollo del superordenador.
La computación cuántica incrementa de forma radical la capacidad de procesamiento en determinadas tareas de procesado. Compañías como IBM o la propia agencia DARPA llevan investigando esta tecnología varios años, mientras que Google anunció en octubre del año pasado su propio "laboratorio cuántico de inteligencia artificial" dedicado a la optimización de algoritmos para sus productos.
La enorme capacidad de procesamiento de un ordenador cuántico tiene implicaciones en varios campos como medicina, física o matemáticas, pero también permitiría resolver algoritmos de codificación a los que los ordenadores actuales no se pueden enfrentar. Los científicos estiman que romper una de las claves de 1.024 bits que se utiliza habitualmente para transacciones online llevaría alrededor de 2.000 años con ordenadores actuales, aún con miles de sistemas funcionando de forma asociada.
Esta noticia llega al mismo tiempo que el prometido recurso al fallo del juez William H. Pauley que declaraba legales las escuchas de la agencia de seguridad. La unión americana de las libertades civiles (ACLU, en inglés) ha presentado ayer formalmente su disconformidad con la sentencia, alegando que el programa de la NSA viola el derecho estatuario y la Constitución de los Estados Unidos.
Seguro que ya lo han logrado.
En vez de utilizar este super-ordenador para investigación,
lo dedican a romper contraseñas. Así avanzamos, jugando a espías.