Esa es la conclusión lógica que cualquiera puede deducir de lo siguiente. Según comentan en Barrapunto: 'El dueño de la web Esquiclub ha denunciado a través de Kriptópolis que la SGAE ha pretendido cobrarle por incluir enlaces en su web a emisoras de radio por Internet situadas en Estados Unidos y, parece ser, perfectamente al corriente de sus pagos con la RIIA. ¿Eso no es cobrar por la propiedad intelectual de otro? Es decir, piratería; la misma de la que se supone que quiere defenderse tan magna institución... Y digo más, ¿a qué cobrar por enlazar un contenido? ¿Es razonable que te pidan pagar por hablar de un libro o una canción? ¿El que lo hagas incluyendo una url cambia las cosas?'.
Para los interesados en el tema incluimos este enlace a la web Música en internet que incluye varios artículos sin desperdicio.
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La verdad es q esto de la SGAE cada dia va a mas... si un dia de estos, pediran tb por los videojuegos XD
Salu2.
Desde luego, no pasa un dia sin que la SGAE nos "sorprenda" con una de sus aventuritas............
Salu2
PD: CUIDADO!!! Mira detras tuyo antes de dar tu opinion sobre un CD, puede que haya un miembro de SGAE espiando y te quiera cobrar xD..............
Si no que me lo expliquen, un colega que tiene una television por cable local, tenía que poner peliculas que le enviaban en video, se supone que con papeles legales con todos los derechos pagados, pero eran absolutas MIERDAS, no conoce ni la madre que los pario los actores que salen, las productoras de las peliculas ni se sabe, ¿a quién cojones le darían las pelas de los derechos que le cobraban por esas porquerias?.
Pues eso, que lo unico que quieren es pasta, y no de la que anuncia Pavarotti.
¡¡¡¡ Joder !!!!, he puesto el nombre del gran cantante, seguro que ahora tengo que pagarle a la SGAE.
Pero es que quieren controlarlo todo? Lo ultimo será que paguemos por tener la cancioncilla de turno en el movil[buuuaaaa]!!!!
Lei un articulo de hace mazo sobre la SGAE y como 'beneficia' a los musicos(todo hay que decirlo, este articulo fue premiado en el 2000 y se llama 'Pirateen mis canciones') y minetras reciben una miseria de sus derechos de autor, las arcas de la SGAE se llenan hasta rebosar por sus 'impuestos revolucionarios'.
Decia que era preferible para un musico 100000 fans piratas que 10000 con su cd, pues luego eso se ve en los conciertos(donde de verdad es donde se gana dinero) y que los beneficios generados por los cd's vendidos era una miseria(vendieron 10.000 cds y ganó 500000 de ptas, supongo que para todo el grupo).
Si encuentro el articulo lo pongo.
En conclusion: Demasiado afan por recaudar tiene la SGAE que ya se está pasando. No se dan cuenta que los unicos que ganan con la SGAE son los superventas y los demas sufren!!!
"Por favor, ¡pirateen mis canciones!
Soy un músico con suerte. Mi grupo ha vendido, por los pelos, más de 10.000 copias de su primer LP. En un mundo en el que Enrique Iglesias coloca seis millones de CDs cantando así, esta modesta cifra tampoco es para tirar cohetes. Pero si me aplicase tanto como futbolista, jugaría en primera división y, si me dedicase a la medicina con tanto éxito, sería neurocirujano. Durante un par de semanas del mes de abril de 2000, uno de nuestros singles se coló en el número diecisiete de las listas de ventas en España; el número tres, si se contaba únicamente a los artistas nacionales. Cada año salen 32.000 discos nuevos al mercado en todo el mundo y sólo 250 convencen a más de 10.000 compradores. Apenas el 0,7% de los músicos que han presentado disco el año pasado (la gran mayoría no llega siquiera a grabar) es más afortunado que yo.
Se pensarán que nado en dinero. O que, por lo menos, vivo dignamente de mis habilidades musicales. ¿Cuánto cobra el 0,7% con más suerte de su profesión? No les aburriré con cifras pero, tras tres años de esfuerzos hasta conseguir ver mi LP en las tiendas, sólo he ganado poco más de medio millón de pesetas (unos 2.800 US$) por venta de discos y derechos de autor. Apenas 14.000 pesetas al mes es lo que me ha rentado mi afortunada carrera musical. Mi parte alícuota del local de ensayo –la garantía de que mis vecinos no me echarán de casa por ruidoso– me sale por seis mil pesetas al mes. Estas navidades quemé la mitad de mis beneficios en un teclado nuevo, un capricho. Si tuviera un gerente con facultad para vetar mis presupuestos, seguiría tocando con el casiotone que me regalaron los Reyes Magos en 1986.
No culpo a la piratería de mi bancarrota. No a la de "sexo, drogas y rock and roll" que aparece en el anuncio de pésimo gusto con el que la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) intentó concienciar a los melómanos de la necesidad de pasar por su caja. Como la gran mayoría de los chiflados que malgastamos nuestro tiempo en locales de ensayo y nuestro dinero en instrumentos y amplificadores, prefiero la satisfacción personal de saber que alguien se molesta en escuchar mi música a las treinta pesetas que me tocan por cada copia vendida (la cuarta parte si el disco está de oferta o es comprado durante una campaña de televisión).
Si mi gerente, ese imaginario del que les hablaba antes, fuese listo, estaría de acuerdo conmigo. Por cada concierto que doy, gano, dependiendo del aforo y la generosidad del promotor, entre 15.000 y 60.000 pesetas limpias. Prometo que si acuden a alguno de ellos, no les pediré una fotocopia del código de barras del CD para entrar. Como todos los músicos que hayan hecho las cuentas, sé que son más rentables 100.000 fans piratas que llenen mis conciertos a 10.000 originales.
El mp3, Napster o Gnutella tampoco van a acabar con la música. Ni con la mía ni con la de nadie. Les aseguro que, afortunadamente, puedo prescindir de las 14.000 pesetas mensuales que generan mis derechos de autor y mis royalties. A Metallica, y a cualquier grupo superventas, la regla, aunque sus cifras sean mayores, le vale igual. Dan mucho más dinero los conciertos, las camisetas y los anuncios que un grupo de su fama puede grabar, que el royalty (entre el 8 y el 15% del precio de venta a mayorista) que pagan las multinacionales por disco vendido. Es cierto que las compañías discográficas costean la grabación y la promoción de los músicos, pero ¿conocen algún otro negocio en el que el reparto entre los que aportan la idea y la mano de obra y los que ponen el dinero sea tan desigual? Les confieso que no entiendo las razones que movieron a Metallica y compañía a poner la cara por sus patrones. Todo, para que sus fans se la partan, pacte Dios con el Demonio y Napster pase de pirata a corsario. A mí se me habría puesto cara de tonto.
La distribución gratuita de las canciones por Internet no terminará con la creación musical, pero espero que sí lo haga con los abusivos tratos que impone la industria discográfica. Y eso que los 'juntanotas', con el tiempo, hemos mejorado bastante. Si los pobres músicos de blues de los años cuarenta –esos a los que el sello RCA (hoy, propiedad de Bertelsmann, el socio de Napster) pagaba seis dólares y una botella de bourbon por grabar sus canciones– oyesen los lamentos del batería de Metallica, Lars Ulrich...
No puedo alegar que no sabía dónde me metía cuando hace un año y medio firmé mi contrato con Universal Music. En aquella reunión, un alto directivo de la compañía me resumió en una sola frase los nueve folios del acuerdo: "Las discográficas somos un mal necesario". No lo voy a negar. Sin ellas, mi grupo jamás habría vendido 10.000 discos. Aunque estoy seguro de que sí hubiese podido regalarlos.
Ignacio Escolar
Este artículo fue publicado por primera vez hace un año en Baquía.com y ha sido recientemente galardonado con el primer premio de periodismo digital José Manuel Porquet. "