Capcom Vancouver cerró en 2018 después de intentar sacar adelante múltiples proyectos que fueron cancelados o no aprobados por su matriz japonesa, según revela el periodista Liam Robertson en el canal Did You Know Gaming de YouTube. El último trabajo que pasó por las manos del equipo canadiense fue Dead Rising 5, pero antes pensaron en revivir Dino Crisis, crear un spin-off de Ghosts ‘n’ Goblins en forma de shooter y dar vida a un par de nuevas propiedades intelectuales (IP).
Según explica Robertson, los problemas en Capcom Vancouver empezaron después del lanzamiento de Dead Rising 2 (2010), se dejaron notar en la concepción de Dead Rising 3 (2013) y provocaron que el desarrollo de Dead Rising 5 se pusiera en marcha junto al de Dead Rising 4. La quinta entrega numerada de la saga nunca llegó a ver la luz, pero estaba en manos de un equipo diferente que introdujo nuevas ideas y decidió apostar por el motor gráfico Unreal Engine en lugar de Forge, el mismo que había sido usado en Dead Rising 2 y 3.
La idea de este nuevo equipo era que Dead Rising 5 fuera un juego más pequeño, con una campaña cooperativa ambientada entre la segunda y tercera entrega de la saga y que permitiera a dos los jugadores jugar como Chuck y Katie Greene. Sin embargo, con el tiempo el título fue cambiando para ir en diferentes direcciones, unos vaivenes que no gustaron en las oficinas de Capcom en Osaka, cuya decisión final fue cerrar el estudio y liquidar todos sus juegos.
Antes de llegar al fatídico momento del cierre Capcom Vancouver recibió luz verde para sacar adelante dos nuevas IP que terminaron canceladas. La primera bautizada bajo el nombre en clave Brazil era un shooter de ciencia ficción que ponía énfasis en la gestión de recursos y la supervivencia; mientras que la segunda conocida internamente como New Frontier también apostaba por la ciencia ficción, pero ha sido descrita por uno de los testimonios de Robertson como “Destiny antes de Destiny”.
El tercer proyecto que recibió el visto bueno de Capcom y llegó a estar en preproducción o desarrollo fue un shooter con elementos paranormales ambientado en los Estados Unidos durante los años 70 y basado en Ghosts ‘n’ Goblins. Capcom Vancouver también llegó a proponer un nuevo juego de la saga Dino Crisis en el que llegó a trabajar algunos meses, un spin-off de la franquicia Resident Evil, una entrega de Mega Man de desplazamiento lateral y un nuevo Onimusha.
A pesar del empeño que le puso Capcom Vancouver, su relación y comunicación con la matriz de Osaka no era demasiado buena. Al final, estudio canadiense se terminó dedicando a la saga Dead Rising hasta el momento de su cierre.
Según explica Robertson, los problemas en Capcom Vancouver empezaron después del lanzamiento de Dead Rising 2 (2010), se dejaron notar en la concepción de Dead Rising 3 (2013) y provocaron que el desarrollo de Dead Rising 5 se pusiera en marcha junto al de Dead Rising 4. La quinta entrega numerada de la saga nunca llegó a ver la luz, pero estaba en manos de un equipo diferente que introdujo nuevas ideas y decidió apostar por el motor gráfico Unreal Engine en lugar de Forge, el mismo que había sido usado en Dead Rising 2 y 3.
La idea de este nuevo equipo era que Dead Rising 5 fuera un juego más pequeño, con una campaña cooperativa ambientada entre la segunda y tercera entrega de la saga y que permitiera a dos los jugadores jugar como Chuck y Katie Greene. Sin embargo, con el tiempo el título fue cambiando para ir en diferentes direcciones, unos vaivenes que no gustaron en las oficinas de Capcom en Osaka, cuya decisión final fue cerrar el estudio y liquidar todos sus juegos.
Antes de llegar al fatídico momento del cierre Capcom Vancouver recibió luz verde para sacar adelante dos nuevas IP que terminaron canceladas. La primera bautizada bajo el nombre en clave Brazil era un shooter de ciencia ficción que ponía énfasis en la gestión de recursos y la supervivencia; mientras que la segunda conocida internamente como New Frontier también apostaba por la ciencia ficción, pero ha sido descrita por uno de los testimonios de Robertson como “Destiny antes de Destiny”.
El tercer proyecto que recibió el visto bueno de Capcom y llegó a estar en preproducción o desarrollo fue un shooter con elementos paranormales ambientado en los Estados Unidos durante los años 70 y basado en Ghosts ‘n’ Goblins. Capcom Vancouver también llegó a proponer un nuevo juego de la saga Dino Crisis en el que llegó a trabajar algunos meses, un spin-off de la franquicia Resident Evil, una entrega de Mega Man de desplazamiento lateral y un nuevo Onimusha.
A pesar del empeño que le puso Capcom Vancouver, su relación y comunicación con la matriz de Osaka no era demasiado buena. Al final, estudio canadiense se terminó dedicando a la saga Dead Rising hasta el momento de su cierre.
De todas formas, igual el problema fue ese, que pensaron en hacer muchas cosas y no hicieron nada.
El dead rising 3 y el 4 son idénticos. Tanto pensar para acabar desarrollando el dead rising 5 que sería calcado al 3 y 4.
Ahora entiendo porque Capcom no lanza nuevos juegos [facepalm]
No seré yo quien defienda a Capcom, que ha tenido muchos años de mierda y de vivir de las rentas (aunque creo que en los últimos años ha enderezado bastante el rumbo en ese sentido, y saca muchos títulos de calidad), pero si hay que juzgar por los trabajos de Capcom Vancouver... DR 3 y 4 se puede decir que fueron entretenidos, pero en lugar de consolidar la IP terminaron por hacerla muy mediocre. Hay muchos detalles que en los primeros dead rising estaban mucho más currados que en los dos últimos...
Espero que dentro de un tiempo Capcom se anima a lanzar un DR5 a la altura de lo que supusieron los primeros en la gen anterior.