Aquellos que busquen una propuesta diferente en el mundo de los videojuegos quizás deberían echarle un ojo a Despelote, un juego de fútbol en primera persona que trata sobre las personas y que estará disponible en 2024 para PlayStation 5, Xbox Series y PC. El título corre a cargo de los desarrolladores ecuatorianos Julián Cordero y Sebastian Valbuena, mientras que el editor es Panic, la misma compañía que nos descubrió Firewatch y Untitled Goose Game. También es la responsable de la portátil con manivela Playdate.
Panic describe a Despelote como una “aventura costumbrista sobre la niñez y la influencia mágica del fútbol sobre la gente de Quito, Ecuador, en 2001”. “Desde su primera presentación, al instante nos sentimos transportados por la obra de sus creadores, Julián Cordero y Sebastian Valbuena”, añade el editor. “Como historia semiautobiográfica de la infancia de Julián, [Despelote] proporciona una sensación muy auténtica de un determinado momento y lugar, al mismo tiempo que consigue sentirse universal en muchos aspectos, mientras recorres las calles de Quito metiéndote en líos y empapándote de la cultura local”.
Las mecánicas de Despelote se basan en muchas de las palabras que se asocian al fútbol, incluyendo regatear, pasar y chutar. Estos movimientos en el juego se usan para llevar a cabo diferentes interacciones que van más allá de desplazar la pelota o avanzar por el escenario. A medida que se regatea, pasa y chuta el balón, cuyo movimiento está basado en la física, los jugadores de Despelote explorarán en primera persona la ciudad y la historia de Quito. Mientras lo hacen descubrirán el creciente fervor ante la posibilidad de que Ecuador se clasifique por primera vez en su historia para un Mundial de Fútbol (el de Corea del Sur y Japón de 2002).
Más allá de por su propuesta, Despelote destaca por su aspecto, creado en parte a partir de fotos de referencia y texturas reales capturadas en la ciudad de Quito. Para registrar el sonido se ha seguido un proceso similar. Tanto las conversaciones como el ambiente de la ciudad que se escuchan son reales y grabadas por los propios desarrolladores. Esto significa que el juego se ofrecerá totalmente en español con subtítulos.
Panic describe a Despelote como una “aventura costumbrista sobre la niñez y la influencia mágica del fútbol sobre la gente de Quito, Ecuador, en 2001”. “Desde su primera presentación, al instante nos sentimos transportados por la obra de sus creadores, Julián Cordero y Sebastian Valbuena”, añade el editor. “Como historia semiautobiográfica de la infancia de Julián, [Despelote] proporciona una sensación muy auténtica de un determinado momento y lugar, al mismo tiempo que consigue sentirse universal en muchos aspectos, mientras recorres las calles de Quito metiéndote en líos y empapándote de la cultura local”.
Las mecánicas de Despelote se basan en muchas de las palabras que se asocian al fútbol, incluyendo regatear, pasar y chutar. Estos movimientos en el juego se usan para llevar a cabo diferentes interacciones que van más allá de desplazar la pelota o avanzar por el escenario. A medida que se regatea, pasa y chuta el balón, cuyo movimiento está basado en la física, los jugadores de Despelote explorarán en primera persona la ciudad y la historia de Quito. Mientras lo hacen descubrirán el creciente fervor ante la posibilidad de que Ecuador se clasifique por primera vez en su historia para un Mundial de Fútbol (el de Corea del Sur y Japón de 2002).
Más allá de por su propuesta, Despelote destaca por su aspecto, creado en parte a partir de fotos de referencia y texturas reales capturadas en la ciudad de Quito. Para registrar el sonido se ha seguido un proceso similar. Tanto las conversaciones como el ambiente de la ciudad que se escuchan son reales y grabadas por los propios desarrolladores. Esto significa que el juego se ofrecerá totalmente en español con subtítulos.
Gran parte de mi infancia ha quedado impregnada del fútbol, de jugar en cualquier calle o en mitad del campo usando las mochilas o piedras como porterías, de saltar las vallas de algún campo público cerrado para echar un partidillo (que nunca pude entender por qué leche lo tenían cerrado siempre, siendo público y del ayuntamiento), de pasar prácticamente todos los recreos jugando, de embarcar los balones o que los vecinos te quitaran la pelota... y esto parece mostrarse en el juego, junto con la forma de enterarte y entender los problemas y el mundo de los adultos desde los ojos de un niño.