La guerra por el contenido que se ha instalado en la industria del videojuego ha llevado a Sony y Microsoft a comprar varios estudios de desarrollo y compañías. Nintendo no ha participado de este frenesí ni tiene ninguna intención de hacerlo, según ha confirmado su presidente Shuntaro Furukawa durante la presentación de los últimos resultados de la empresa.
“Nuestra marca se ha construido a base de productos creados con dedicación por nuestros empleados y tener una gran cantidad de personas que no posee el ADN Nintendo en el grupo no sería una ventaja para la empresa”, dice Furukawa cuando le han preguntado sobre la adquisición de compañías. La apuesta de Nintendo por el crecimiento orgánico y la conservación de su cultura creativa no debería extrañar a nadie. Esta estrategia es la que ha permitido a la compañía recuperarse de los malos momentos y alcanzar el éxito.
El compromiso de Nintendo con sus empleados se demuestra ahora, una época muy buena gracias a Switch, pero también lo pudimos apreciar en 2013, cuando gran parte del sector ejecutaba recortes. “Si reducimos el número de trabajadores para mejorar nuestros resultados financieros a corto plazo, la moral de los empleados disminuirá”, dijo Satoru Iwata, presidente de Nintendo, en 2013. “Sinceramente, dudo que los trabajadores puedan desarrollar títulos que impresionen a gente de todo el mundo si temen ser despedidos".
Nintendo prioriza el crecimiento orgánico para conservar su ADN, pero no está en contra de las adquisiciones ni las descarta. Sin embargo, la historia nos dice que no debemos esperar ningún dispendio. La incorporación más reciente de Nintendo fue en 2021, cuando la compañía se hizo con Next Level Games, la second-party responsable de Luigi’s Mansion y Super Mario Strikers. Para encontrar la anterior compra de los japoneses nos tenemos que remontar al 2007, cuando se quedó Monolith Soft, un estudio propiedad de Namco (ahora Bandai Namco).
A las antípodas de Nintendo tenemos a Sony, que durante los últimos meses ha comprado Bungie, Housemarque, Firesprite, Valkyrie Entertainment y Nixxes Software, mientras que Microsoft ha jugado en su propia liga. En 2020 adquirió Bethesda Softworks por 7.500 millones de dólares y hace pocas semanas acordó hacerse con Activision Blizzard a cambio de 68.700 millones de dólares.
“Nuestra marca se ha construido a base de productos creados con dedicación por nuestros empleados y tener una gran cantidad de personas que no posee el ADN Nintendo en el grupo no sería una ventaja para la empresa”, dice Furukawa cuando le han preguntado sobre la adquisición de compañías. La apuesta de Nintendo por el crecimiento orgánico y la conservación de su cultura creativa no debería extrañar a nadie. Esta estrategia es la que ha permitido a la compañía recuperarse de los malos momentos y alcanzar el éxito.
El compromiso de Nintendo con sus empleados se demuestra ahora, una época muy buena gracias a Switch, pero también lo pudimos apreciar en 2013, cuando gran parte del sector ejecutaba recortes. “Si reducimos el número de trabajadores para mejorar nuestros resultados financieros a corto plazo, la moral de los empleados disminuirá”, dijo Satoru Iwata, presidente de Nintendo, en 2013. “Sinceramente, dudo que los trabajadores puedan desarrollar títulos que impresionen a gente de todo el mundo si temen ser despedidos".
Nintendo prioriza el crecimiento orgánico para conservar su ADN, pero no está en contra de las adquisiciones ni las descarta. Sin embargo, la historia nos dice que no debemos esperar ningún dispendio. La incorporación más reciente de Nintendo fue en 2021, cuando la compañía se hizo con Next Level Games, la second-party responsable de Luigi’s Mansion y Super Mario Strikers. Para encontrar la anterior compra de los japoneses nos tenemos que remontar al 2007, cuando se quedó Monolith Soft, un estudio propiedad de Namco (ahora Bandai Namco).
A las antípodas de Nintendo tenemos a Sony, que durante los últimos meses ha comprado Bungie, Housemarque, Firesprite, Valkyrie Entertainment y Nixxes Software, mientras que Microsoft ha jugado en su propia liga. En 2020 adquirió Bethesda Softworks por 7.500 millones de dólares y hace pocas semanas acordó hacerse con Activision Blizzard a cambio de 68.700 millones de dólares.
Lo unico que les pido es que sigan haciendo tratos para localizar y distribuir juegos, que una consola de Nintendo actual sin Level-5 se nota que le falta algo.
Nintendo siempre va a poder vivir de sus IPs, el problema es que pueden pasar periodos de carestia como con la Cube o la Wii U en cuanto a numero de consolas vendidas y por tanto sus numeros seran mucho mucho peores en ventas de software.
Estudios propio.