Al igual que en el resto de entregas de Orcs Must Die!, Deathtrap es un juego en tercera persona que pone a los jugadores en la piel de un mago que, usando armas, habilidades y trampas, debe hacer todo lo posible para sobreponerse a hordas de orcos. Cada mago tiene su propia personalidad y ofrece un estilo de juego diferente. También evolucionará a través de un sistema de progresión roguelite que prmite mejorar sus habilidades a la hora de destripar, incinerar y aniquilar de diferentes maneras a los generosas hordas de orcos. Como ya sabrán los veteranos, se trata de una mezcla entre acción y defensa de torres.
Orcs Must Die! Deathtrap cuenta con un modo solitario y un cooperativo para hasta cuatro jugadores, una novedad si tenemos en cuenta que hasta ahora el multijugador se limitaba a dos participantes. Las dos opciones ofrecen desafíos y recompensas únicas. El juego está diseñado para adaptarse a la cantidad de jugadores, lo que debería garantizar un equilibrio y desafío independientemente de la combinación. También hay que tener en cuenta que los héroes tienen características únicas y se pueden complementar entre ellos.
Los jugadores deberán plantar cara a crecientes oleadas de orcos y otras bestias con buffs y debuffs aleatorios que afectan al personaje, las trampas, las armas, las estadísticas y los niveles. "El entorno, al igual que el clima y el momento del día, también afecta a los rivales y a tus opciones defensivas", explica Robot Entertainment. Cuando los efectos se acumulen, los jugadores tendrán la opción de seguir adelante o volver al castillo y potenciar al personaje, las armas y las trampas, para así enfrentarse a los orcos con más garantías.
Robot Entertainment también promete unos combates mejorados con la combinación de ataques cuerpo a cuerpo, a distancia e instalación de todo tipo de trampas. Por último y como se puede ver en el tráiler, Orcs Must Die! Deathtrap mantiene la estética de las anteriores entregas, así como unas físicas exageradas y típicas de un sistema ragdoll.
