La historia de Warhammer Age of Sigmar: Realms of Ruin se ambienta en Ghur, el salvaje Reino de las Bestias. En la campaña para un jugador, las Fuerzas del Orden envían a los campeones celestiales reforjados conocidos como los Stormcast Eternals para recuperar este reino. Tras establecer un precario campamento, su asentamiento se ve seriamente amenazado por los Kruleboyz, una facción Orruk que vive en Ghur. Cuando Sigrun, la líder del destacamento Stormcast, se entera de la existencia de una fuente de poder arcano que puede protegerlos de los Kruleboyz, decide ir a por ella y pone en marcha una historia de supervivencia.
La narrativa ha sido coescrita por Gavin Thorpe, autor de la Biblioteca Negra, y está basada en las Cruzadas del Dawnbringer de la edición más reciente del juego de mesa.
En Warhammer Age of Sigmar: Realms of Ruin los jugadores tienen acceso a cuatro facciones. Son las siguientes:
- Stormcast Eternals: son representados como un ejército de élite que puede dominar cuando despliega una fuerza combinada de atacantes a distancia y combatientes de primera línea. Sin embargo, requieren de cuantiosos recursos y son menos numerosos que los Orruk Kruleboyz.
- Orruk Kruleboyz: las artimañas y las tácticas astutas son la especialidad de los Kruleboyz, un clan de guerra de orruks que no se detendrá para defender Ghur. Ofrecen unidades baratas, ataques sorpresa, fuertes escuadrones defensivos y monstruos.
- Noctánimas: son los siervos de Nagash y los antagonistas de la campaña. Prosperan mediante tácticas de enjambre, aprovechan su fuerza numérica, tienen una gran movilidad e incluso pueden resucitar unidades muertas para seguir luchando.
- Discípulos de Tzeentch: son guerreros sobrenaturales y maestros de las artes místicas. Sus puntos fuertes son las poderosas unidades a distancia y la capacidad de inducir efectos de estado en sus enemigos. Cuentan con el poderoso Señor de la Transformación.
