Finalmente Microsoft ha presentado al mundo y de forma oficial a Windows 11, un sistema operativo con una interfaz rediseñada, aplicaciones de Android, actualización gratuita y un serio compromiso con el gaming. Así queda demostrado con la llegada de tecnologías que ya encontramos en Xbox Series como DirectStorage y Auto HDR, así como una integración mucho más profunda de Xbox Game Pass a través de la aplicación de Xbox. Además, tenemos en camino Xbox Gaming Cloud para Windows.
De todas las novedades destinadas a los jugadores que llegarán con Windows 11 la más notable es DirectStorage, uno de los componentes clave de Xbox Velocity Architecture. Se trata de un nuevo sistema de E/S diseñado específicamente para que los juegos saquen el máximo partido de los cada vez más habituales SSD. Los juegos modernos hacen un uso intensivo de los datos que provoca un gran número de solicitudes al sistema de E/S que el procesador debe gestionar, lo que comporta una sobrecarga y consumo de recursos. Ahí es donde entra esta API.
El objetivo de DirectStorage es ayudar al procesador a lidiar con la carga de trabajo que le da el sistema E/S, liberando así una parte de su potencia. Pero por sí solo DirectStorage no hace nada. Para que este sistema funcione necesita de un SSD NVMe que tenga un rendimiento de E/S similar o superior al de Xbox Series X/S, que puede tramitar 2,4 GB/s (datos sin comprimir) o 4,8 GB/s (datos comprimidos). Gracias a esta tecnología, los jugadores de PC gozarán de tiempos de carga mucho más rápidos y juegos más detallados.
Auto HDR es otra característica sacada de Xbox Series que llega a Windows 11. Como indica su nombre, Auto HDR es una función que por sí sola mejora el color y brillo de los juegos que usan SDR (Standard Dynamic Range) hasta alcanzar una calidad cercana a la del HDR. Este sistema necesita de un monitor con soporte para HDR y permite que el juego ofrezca una imagen más rica, pero también consume algunos recursos de la tarjeta gráfica. Otra opción es que los desarrolladores implanten HDR directamente, algo que cada vez se hace más.
Microsoft promociona Auto HDR como una característica de Windows 11, pero actualmente esta función se encuentra disponible en Windows 10 en formato de vista previa.
Por último tenemos a Xbox Game Pass, un servicio de suscripción en expansión que se encuentra en el centro de la apuesta gaming de Microsoft, así que no es de extrañar que la compañía lo haya mencionado durante la presentación de Windows 11. En este sentido no hay novedades en cuanto a características o juegos, pero sí en integración, ya que la aplicación de Xbox estará unida a Windows 11 y con ella llegará Xbox Game Pass a todos los PC que instalen el nuevo sistema operativo. Pagar o no la suscripción ya dependerá de cada uno.
A día de hoy Xbox Game Pass para PC solo permite descargar los juegos para ejecutarlos de forma local, pero próximamente tendrá soporte para Xbox Cloud Gaming, así que cualquier dispositivo con Windows podrá ejecutar en la nube una gran parte de su catálogo en streaming y con una experiencia comparable a la de usar una Xbox Series X.
De todas las novedades destinadas a los jugadores que llegarán con Windows 11 la más notable es DirectStorage, uno de los componentes clave de Xbox Velocity Architecture. Se trata de un nuevo sistema de E/S diseñado específicamente para que los juegos saquen el máximo partido de los cada vez más habituales SSD. Los juegos modernos hacen un uso intensivo de los datos que provoca un gran número de solicitudes al sistema de E/S que el procesador debe gestionar, lo que comporta una sobrecarga y consumo de recursos. Ahí es donde entra esta API.
El objetivo de DirectStorage es ayudar al procesador a lidiar con la carga de trabajo que le da el sistema E/S, liberando así una parte de su potencia. Pero por sí solo DirectStorage no hace nada. Para que este sistema funcione necesita de un SSD NVMe que tenga un rendimiento de E/S similar o superior al de Xbox Series X/S, que puede tramitar 2,4 GB/s (datos sin comprimir) o 4,8 GB/s (datos comprimidos). Gracias a esta tecnología, los jugadores de PC gozarán de tiempos de carga mucho más rápidos y juegos más detallados.
Auto HDR es otra característica sacada de Xbox Series que llega a Windows 11. Como indica su nombre, Auto HDR es una función que por sí sola mejora el color y brillo de los juegos que usan SDR (Standard Dynamic Range) hasta alcanzar una calidad cercana a la del HDR. Este sistema necesita de un monitor con soporte para HDR y permite que el juego ofrezca una imagen más rica, pero también consume algunos recursos de la tarjeta gráfica. Otra opción es que los desarrolladores implanten HDR directamente, algo que cada vez se hace más.
Microsoft promociona Auto HDR como una característica de Windows 11, pero actualmente esta función se encuentra disponible en Windows 10 en formato de vista previa.
Por último tenemos a Xbox Game Pass, un servicio de suscripción en expansión que se encuentra en el centro de la apuesta gaming de Microsoft, así que no es de extrañar que la compañía lo haya mencionado durante la presentación de Windows 11. En este sentido no hay novedades en cuanto a características o juegos, pero sí en integración, ya que la aplicación de Xbox estará unida a Windows 11 y con ella llegará Xbox Game Pass a todos los PC que instalen el nuevo sistema operativo. Pagar o no la suscripción ya dependerá de cada uno.
A día de hoy Xbox Game Pass para PC solo permite descargar los juegos para ejecutarlos de forma local, pero próximamente tendrá soporte para Xbox Cloud Gaming, así que cualquier dispositivo con Windows podrá ejecutar en la nube una gran parte de su catálogo en streaming y con una experiencia comparable a la de usar una Xbox Series X.
No sólo es desinstalable sino que te puedes programar una historia y rebentarte el direct storage por la cara, ya verás cuando lleguen los virus.