Mientras dormías.

Abro los ojos y siento el olor de tu pelo, se me eriza la piel, suavemente me acerco a ti, te tengo en mis brazos y ahora puedo observar tu cara, tus ojos cerrados en el quinto sueño y tus labios entreabiertos, derramando en mí ondas de deseo...

Acerco mi cara a la tuya y levemente la rozo, rápidamente un espasmo se apodera de mí al sentirte, pura electricidad de amor.

De repente te das la vuelta, estas bocarriba, tus labios se mueven y tu brazo instintivamente se posa en mi pecho, veo tu mano y entrelazo la mía...Dios, te oigo suspirar y no se porque mi corazón late con fuerza...cierro los ojos y los vuelvo abrir y te veo en la misma posición, mi mano en la tuya...no estoy soñando, realmente te tengo a mi vera.

No puedo evitar observar tu precioso cuerpo empezando por esos diminutos pies, seguido de tus piernas, magníficas y exhuberantes que conducen al Edén del placer...otro espasmo me azota...mi mano posa la tuya en mi pecho y va directa a tu barriga, a tu ombligo...noto tu calor corporal y a mi corazón el cúal desea salir de mi cuerpo para sentir tu piel aunque tan solo sea un segundo.

De repente te vuelves a mover y te pones de cara a mí, tiemblo, eres realmente preciosa...noto que un pelo suicida se ha posado en tu mejilla y te lo retiro, pero al tocarte tu cara se mueve al son de mi mano...tus labios entreabiertos rozan la yema de mis dedos y por un momento creo que el mundo se para en ese momento, ese silencio que me da el placer de verte en todo tu explendor y no puedo evitar acercar mi cara a la tuya...no puedo evitar acercar mis labios a los tuyos para que los llenen de vida...pero simplemente los rozo...cierro los ojos y noto que un par de lágrimas recorren mis mejillas...

Mi corazón me amenaza con dejar de latir si no te beso pero no soy capaz, miro al techo y cierro los ojos...y de repente la magia se ha ido...el silencio se transforma en los ruídos cotidianos y tú me das la espalda...

...Mientras dormías.
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