En Emilia Romaña, centro de Italia y patria del parmesano, los préstamos bancarios concedidos a los agricultores estarán garantizados por hormas de ese delicioso queso, depositado en los bancos mientras alcanza su madurez.
Este sistema único en el mundo nació en los años 50 y en el siglo XXI todavía es utilizado por cuatro bancos de esa región de Italia: la Banca Agricola Mantovana (MPS), el banco Popolare di Verona, el banco Popolare dell'Emilia Romagna y el Credem (Crédito Emiliano) que albergan más de 400.000 hormas de parmesano.
La horma de parmesano, que pesa unos 40 kilos y vale 300 euros, según sus precios actuales, alcanza su madurez dos años después de su fabricación.
El banco que vendía queso
"Durante esos dos años, los productores deben hacer frente a diversos gastos y seguir pagando a sus proveedores. Para permitirles acceder a la financiación necesaria, los bancos de esta región de vocación agrícola decidieron crear depósitos para parmesano", explicó William Bizzarri, director general de los Magazzini Generali delle Tagliate (MGT), una empresa fundada por el Credem en 1953.
Esos depósitos sirven al mismo tiempo para afinar los quesos. Los pequeños productores los alquilan y al mismo tiempo les sirven de garantía de los créditos que necesitan.
"Se ha convertido en una actividad complementaria del banco que así hace circular la financiación a través de los quesos", resumió el responsable de MGT.
Si el cliente no paga su crédito, el banco recupera el valor vendiendo los quesos que tiene en depósito. Claro que el valor de este producto, muy variable, es reevaluado a menudo. "Si el precio del parmesano depositado baja, pedimos al productor que compense la diferencia, en efectivo o en queso", concluyó Bizzarri.