Matador_ está baneado del subforo por "Troll"
Acribillan a un viejo asesino y a otras dos personas a las puertas de El Dueso
Lunes, 9.40 de la mañana. Una furgoneta blanca, con los cristales tintados, aparcada a unos metros de los muros del penal de El Dueso (Santoña). Dos hombres y una mujer dentro parece que esperan algo o a alguien. Una ventanilla, la del conductor, que se baja y una mano que vacía el cargador entero de su pistola en el interior del vehículo. Remata la tarea y huye a bordo de un Audi granate (A4 o A6), acompañado por otro individuo barbudo. En la Renault Traffic quedan los cadáveres de Tomás Ruiz Fernández, alias «Tomasín», de 55 años; Isidoro Cuerno Luceño, de 43, y María Jesús Fernández Parcha, de 45, los tres vecinos de Santander.
«Tomasín» era sobre todo vecino de prisión; en varias de ellas ha pasado los últimos 23 años de su vida y ayer tenía que haber estado entre las rejas de El Dueso en lugar de en la furgoneta que se convirtió en su tumba. Le quedaba sólo un año de condena; salió de permiso el pasado día 13 y debía haber vuelto el 16. No lo hizo, aunque no se descarta que su intención ayer antes de que le vaciaran el cargador de una pistola fuera la de regresar; por eso estaba a 150 metros de la puerta.
Salió para matar y morir
Isidoro Cuerno contaba con un antecedente por un robo en los años 80 y la mujer, supuesta novia de uno de ellos, no estaba fichada. «Tomasín», en cambio, tenía tantos enemigos fuera que cualquiera ha podido liquidarlo. Paradojas de la vida, lo han matado en un permiso penitenciario alargado más de la cuenta. Hace 23 años «aprovechó» otro permiso carcelario de siete días, que también quebrantó, para asesinar a cinco personas. Ya para entonces, Tomás Ruiz había sido inquilino de cárceles durante ocho años por robos y otros delitos y sólo había pagado la mitad de la pena.
Salió de permiso de El Dueso un 19 de diciembre de 1985 y en los dos meses siguientes gastó las suelas en arreglar viejos asuntos con facinerosos como él. El 2 de febrero mató a tiros cerca de Cueto (Cantabria) a Sixto Franco y a Violeta Puente, dos camellos con antecedentes; treinta y seis horas después, cerca del cementerio de Mogro, hacía lo mismo con otros dos individuos: Pedro Grande y su cuñado Miguel Moreno; fueron apaleados y les prendieron fuego en una furgoneta. No pasó ni un mes cuando cayó la quinta víctima, Guillermo Castillo, de 72 años, dueño de un club de Santander.
En 1989, «Tomasín» fue condenado junto a un compinche, Francisco Hidalgo García, alias «el Butati», a 182 años de prisión por los cuatro primeros crímenes. Dos de las víctimas eran de etnia gitana y la Guardia Civil sospecha que la balacera junto al penal guarda relación con una venganza rumiada durante más de veinte años.
Hasta ahora Tomás Ruiz no había salido prácticamente de permiso y muy pocos debían saber que estaba en la calle, menos aún que quizá pensaba regresar a El Dueso. No se descarta que le tendieran una trampa y el antiguo atracador cayera en ella. Nada se sabe de sus últimos y anónimos días en libertad. Ahora el esfuerzo se concentra en un Audi granate, al que quizá ya se haya tragado la tierra, y en una difusa barba del conductor de ese coche. Parece que las cámaras de El Dueso no captaron nada porque la Renault estaba fuera del perímetro, informa Rocío F. Ortiz. Se ha ordenado el secreto de sumario.
Horas después del triple crimen de Santander, otros dos hermanos de nacionalidad protuguesa murieron asesinados a balazos durante un tiroteo en el polígono tecnológico de Ogíjares (Granada). El autor de los disparos, un granadino que ya está detenido, resultó también herido de bala, aunque su vida no corre peligro. Algunas fuentes señalaron que la discusión comenzó tras un enfrentamiento previo entre las mujeres de los implicados.