El Páramo de Sía-Capítulo 14

XIV


Empezó a descender por el camino. En realidad era angosto, muy pedregoso, tallado sin duda algun en el saliente de la montaña, pero de forma rápida y tosca. Serpeaba haciendo zig-zag para descender siempre pegado a la pared de la montaña. A simple vista, desde arriba pasaba desapercibido. Con la mano derecha empuñó el cuchillo mientras con la izquierda palpaba la pared. Apenas había sitio para una persona. En numerosas ocasiones Henry estuvo a punto de perder el equilibrio y caerse al vacío. Tardó casi tres horas en descenderlo todo, en las que hizo pequeñas paradas para descansar y beber el poco agua que había llevado consigo.
Al fin llegó abajo del todo, y lo que vió lo dejó sin aliento. Aquello era un microecosistema donde habían ido a para decenas de especies diferentes. Delante de él avanzaba majestuoso un gigantesco río, con pequeños islotes en el centro. Sin duda alguna era el río más caudaloso que jamás habría podido imaginar Henry. Sobre el río volaban los majestuoso pájaros Tiud. Eran de grandes como un caballo, sin plumas, con una piel escamada blanca y muy brillante. Tenían un pico gigantesco. Estos eran tres veces más grandes que los que anidaban en la parte alta del acantilado. A la derecha se encontraba el bosque, desde abajo se veía todavía mayor, con árboles que alcanzaban facilmente los cincuenta metros de altura. Caminó por la margen del río, hacia el bosque. Dentro se escuchaban los gritos de los Dai-haabs. Allí deberían vivir seguramente más de diez manadas, todas organizadas. Por lo que había podido averiguar Henry los Dai-haabs eran unos seres bastante desarrollados. Todo se movía en torno a la figura de un macho, de gran tamaño que se reproducía con las demás hembras y las protegía. Pero eso era lo único que hacía. En ocasiones veía como las hembras le reprimían una acción. Cuando algún macho podía hacer mejor papel que el que ya tenían, todas las hembras sin excepción se iban con él, y dejaban al antiguo solo. Si se oponía, le mataban. Nunca había visto una cría macho. Eso le extrañaba. Un cúmulo de piedras dispuestas artificialmente unían la margen del río con el bosque.

Cuando iba a cruzar salió del agua por su derecha un enorme animal de cuatro patas y piel lisa, sin pelo. Era grisáceo y doblaba en tamaño a Henry. La parte alta de la cabeza la coronaba una especie de cuerno también gris. Tenía una barba larga y una boca muy grande, extremadamente grande con tan solo cuatro dientes y cuatro colmillos. Abrió la boca al máximo como si estuviera bostezando y rugió con una fuerza tal que Henry hubo de dar un paso hacia atrás. La boca ocupaba desde la cintura de Henry hasta su cabeza. Cerró la boca y bufó por los grandes orificios de la nariz salpicando al joven. El enorme animal se sacudió el agua y se alejó pacificamente. Era muy gordo y su paso era lento. Debería pesar más de trescientos kilos estimó Henry.

Siguió por el paso de piedras y llegó al bosque.Se internó y dentro vió que en realidad era como una burbuja natural Los únicos árboles que había eran los de alrededor tan altos y curvados que hacían de cubierta, pero en el centro estaba despejado. Ni un solo árbol. La tierra era firme y en el centro justo la acumulación de agua por el paso subterráneo del río en ese punto había dejado una especie de charca muy grande que renovaba constantemente sus aguas. Allí iban a beber en paz todos los animales. Y en verdad había más de los que Henry imaginaba. Vió a todos los Dai-haabs dando brincos por la ramas que hacían de cubierta. Dentro había varios ejemplares del animal que acababa de ver salir del agua, había algunos parecidos a cocodrilos, pero más grandes. También había algunos de los animales que él había denominado como Greku, que según el idioma ádahas significaba “Cerdo tonto”. También había pequeños ejemplares parecidos a gatos que se movían veloces, con dos alrgos colmillos asomando del labio superior y prolongándose bastante por dejano incluso del nivel de la barbilla. Pero el más monstruoso era tan grande casi como una nave, se internaba ahora por la parte derecha del bosque. Era gordo también, con un largo cuello y una cebeza pequeña con unas formaciones óseas en los laterales. Henry había estudiado mucho, y conocía casi toda la historia de la tierra. Sabía perfectamente a qué recordaban estos animales. Eran dinosaurios, no iguales a los de la época de la tierra cuando los hubo, pero dinosaurios al fin y al cabo. Las lágrimas le asomaban a los ojos al ver el compás que parecían seguir los rugidos de los animales, sus pequeñas peleas, sus juegos. Fuera los gigantescos Tiud gritaban volando en círculos.

Los animales que reparaban en él parecían hacer caso omiso y seguir bebiendo. Henry se acercó a la charca y también bebió. Mientras bebía podía ver bajo el agua nadar con la corriente a gigantescos animales parecidos a ballenas, a cocodrilos o nada que Henry ya conociera. Estuviera donde estuviera, le gustó. Empezó a llover de nuevo. El agua casi no traspasaba el follaje y decidió dormitar entre algunas ramas grandes. El sueño fue plácido y en ningún momento se preocupó de ser atacado.

Allí se quedó casi dos meses, en los que se dedicó a estudiar a fondo aquellas maravillosas criaturas. Conocía sus habitos de caza, de cría, de crecimiento de varas especies. Puso nombre a todas y aprendió mucho de ellas. Tenía estudiado el sistema y la época de apareo de casi todas las especies. Ya paseaba entre ellas sin que ninguna se molestara y se obligó a seguir un ciclo de caza que mantuviera la cadena lo más ordenada posible. Ahora se había construido también un arco, con el que no era del todo diestro, pero se esforzaba y practicaba a menudo. Echaba de menos los rifles boot, las naves, conducir ejércitos. Se acordó de Prometeo, y de su cometido. Se odió por haber pasado mas de medio año vagando por el planeta mientras los acontecimientos seguían su curso una vez más lejos de su propósito. Volvió a sentirse solo. Se acordó que ese día era su cumpleaños, que ya cumplía veinticinco años, y que seguía sintiéndose solo. Luego pensó mejor e intentó consolarse con que había sido imposible salir de allí, pues no tenía con qué, y seguía sin tenerlo. Pero nunca había ido tan lejos al suroeste como para descubrir aquello, y para descubrir el camino, y lo que eso significara. Su corazón latía con fuerza ante la idea de encontrarse realmente en Sía, y poder ser descubierto en cualquier momento. Agarró los nuevos instrumentos que se había creado, y siguió su marcha por la margen del río. En un momento la gigantesca grieta por la que caminaba giraba directamente hacia el oeste. Y así caminaba enfilado hacia el sol, cada vez más anaranjado por el atardecer. Se detuvo un momento y lo observó. Se le veía gigantesco, como mirándole e invitándole a seguir hacia delante. El río reflejaba parte del sol en un semidisco tortuoso y escurridizo que se movía con el ritmo del agua. Siguió con fuerzas renovadas dejando atrás los magnánimos rugidos de los dinosaurios de cuello largo que parecían decirle adiós con llanto y dolor.

Henry caminaba dando saltos sobre las rocas y las grandes raíces de los árboles que de forma espóradica e intermitente crecían como pequeños mechones de pelo a los pies de las montañas. Antes de seguir Henry se giró y miró por última vez hacia la burbuja de árboles. Los enormes pájaros sobrevolaban el bosque, los de cuello largo asomaban las cabezas de vez en cuando. Los Dai-haabs saltaban por encima de los árboles para volver a caer hacia dentro y el sol iluminaba todo aquello como intencionadamente, dándole un color y una sensación romántica. Pero lo que más resaltaba desde allí, como en letras de fuego, era la inscripición que Henry había hecho al irse sobre la pared más lisa de una de las montañas. Sonrió, se giró y corrió siguiéndo el rio que ahora parecía bajo la luz naranja que llevaba lava en lugar de agua.
Genial.... debió ser una época maravillosa para Henry.... me ha encantado, es como si hubiese estado allí según lo estaba leyendo.... y lo mejor de todo, es que el sitio me ha encantado.

Solo un fallo.... no has descrito ningún animal pequeño.... ha dado la sensación como si solo hubiese animales grandes.... tenías que haber metido un par de especies más pequelñas para que no diese esa sensación, pero es el único fallo que le veo a un capítulo sensacional de descripción pura y dura que me ha maravillado.... por la facilidad de palabra y haciendo de lo dificil lo fácil ;)

Ahora queda el siguiente ;)
La verdad es que empeze a leerme la historia el otro dia, y esta muy bien [ok]...¿de verdad que lo estas escribiendo tu? [flipa] es broma[burla2]

Me esta gustando mucho, de verdad...por cierto, ¿Que hace "Daev" mientras henry esta por alli perdido?...quiero saberlo ya!!!, asi que ya esta poniendo el siguiente capitulo [carcajad]¡es broma, no me vayas a pegar!

[bye]
Originalmente enviado por Donyla
¿Que hace "Daev" mientras henry esta por alli perdido?...quiero saberlo ya!!!, asi que ya esta poniendo el siguiente capitulo [carcajad]

¡es broma, no me vayas a pegar! [bye]


Por qué será que Daev le gusta tanto a mi chica?? ein? ein? XDXDXDXD

Bueno, sobre este capítulo, sólo decir que no cuentas nada aparentemente útil para la historia, pero que es un capítulo sensacional, de verdad... eso sí, me ha recordado a una peli de dibujos... En Busca del Valle Encantado :P:PXD, sobre todo por el paisaje...

Bueno, no me alargo más.

Un saludamiento.
Muchas gracias...se que no es nada relevante...peroquería dedicarme un capítulo así...para descanso vuestro y para realización personal...siempre quise crear un sitio así...y me ha encantado escribirlo...si hay animales pequeños...solo que no lohe especificado...hay unos "gatos" (no te enfades alex [666]) los de los colmillos y tal que son pequeños...pero no lo puse!!!ouch...

Bueno, creo que es el capítulo que más me ha gustado escribir...el siguiente ya está asi que le doy un tiempo a este y pongo el otro...Para contentar a Donyla...que yo tampoco se porqué le gusta tanto Daev...[poraki]
QUE YO SOLO LO DECIA PARA SABER COMO VA LA GUERRA!

De todos modos ese tal "Daev", como que me recuerda a alguien ¬_¬ ...
Que bueno demiurgo, se puede decir que mis sensaciones son parecidas a lo que ha dicho vadin, una descripcion magnífica y nada recargada que te sumerge dentro de tu mundo. :)

Yo sólo veo un pero, y es que deberias hacer una especie de resumen ultra corto, porque se me olvidan esos detalles para conectar unos capítulos con otros.

Enga!, se el pionero en esto de los resumenes, podras decir que fuiste tú quien creo la moda.

:)Taluego sargento Fidas. ;)
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