Prólogo
El planeta en verdad parece otro. Nos costó casi dos años retirar todas las naves y vehículos destruidos durante el asalto y reconstruir las ciudades. Había muchas familias refugiadas en las montañas, muchas más de las previstas. El gobierno se ha llevado con dificultad pero con éxito y ahora se puede decir que hemos restablecido la grandeza que una vez tuviera Sía. Los ádahas deportan a todo humano que encuentran en sus sistemas que se rindieron cuando la guerra contra la Federación y que no se someten a su régimen. Como no hay otro lugar nos los envían aquí.. Con las grandes naves llega el contrabando y eso en verdad supone un gran problema pues ahora hay muchos que se enriquecen a costa de los demás y las disputas se originan por pequeñeces. Esto pasa sobre todo en zonas donde nos es difícil mantener un contacto frecuente pues la capital es una ciudad limpia de esas impurezas y en verdad realmente hermosa. Los edificios son inmaculados con grandes torres y pasarelas para los vehículos. En el centro se ha reconstruido el palacio que una vez le hiciéramos a Henry. El comercio lo tenemos muy limitado y consta básicamente de lo que los ádahas quieren o no quieren vendernos. Recibimos numerosas llamadas de socorro de la gente que vive aplastada bajo el yugo del férreo gobierno ádaha. Nos piden que vayamos a ayudarles, que les salvemos o les acojamos.
Los ciudadanos parecen felices y Theis imparte clases de las nuevas enseñanzas a los niños. Ahn vive a las afueras con su hijo lejos de peligro y curiosos. No hemos desvelado a nadie nada acerca del niño, y ahora las preguntas también van dirigidas a él. Hemos formado un consejo gubernativo para decidir grandes asuntos. Ahora se está decidiendo el futuro de los humanos: Si hemos de acatar la imposición de los ádahas de quedarnos aquí según el tratado de paz de Prometeo, o revelarnos e intentar conseguir lo que nos pertenece. La pregunta que más me hago ahora es qué es realmente lo que nos pertenece, y qué es aquello a lo que tenemos derecho. De cualquier formas sí existen dos cosas que debo hacer y para lo que he creado y entrenado a este comando, una contactar con Ellos, pidiéndoles ayuda y otra...vengarme.
Diario de Daev