Despues de un par de días de retraso, aquí esta el segundo capítulo. Para los que no leyeran el anterior capítulo, o para los que no se acuerden, podeis verlo
AQUI.
Laura y yo nos pusimos a mirar muy atentas la pantalla. Pusieron unos cuantos anuncios. Eran de una tienda de muebles, de un gimnasio… Después empezaron a salir imágenes de más pelis de Disney. Ya estaba deseando que terminaran.
Cuando por fin acabaron, empezó la película. El principio era muy bonito. Te cuentan que había pasado antes como si fuera un cuento y entonces… ¡Ya os pensabais que iba a contaros toda la peli, ¿a que si?! Pues no, ¡si queréis, la veis!
Lo bueno viene ahora, y es que cuando salimos del cine mi mama ¡no estaba! Laura y yo nos sentamos en la puerta y esperamos durante un montón de tiempo, pero no venía.
- Oh, oh, creo que se va a montar un lío padre –dijo ella.
- ¿Un qué? –pregunté.
- Un lío padre.
- Ahm... ¿Y eso qué es?
- No se, es lo que dice mi madre en estos casos.
Después de un par de horas allí sentadas decidimos ir a buscarla nosotras. No era cosa fácil porque el centro comercial era grandísimo. Empezamos por el piso de arriba, donde estaban todas las tiendas de ropa y esas cosas. Entramos en “El mundo vaquero”. Era una tienda muy rara. Toda la ropa era azul. Me acerqué a la chica que atendía. Supe que era ella porque también iba toda de azul.
- ¿Ha visto a mi mama? –le dije.
- No, creo que no. ¿Es que os habéis perdido? –preguntó.
- No, lo que pasa es que no ha venido a recogernos al cine.
- Pues si queréis quedaros aquí mientras digo que la busquen.
- No, no, déjelo –le dije- vamos nosotras a buscarla.
- Mirar, es más fácil que la encontremos nosotros porque la llamamos por los altavoces y le decimos que venga aquí a por vosotras.
- Que no. Ya la encontraremos nosotras (mi madre siempre nos decía que nunca hagamos caso de extraños que nos podían raptar y llevarnos en un saco a que nos coma el coco, y estaba claro que eso es lo que quería la mujer de azul). ¡Vamos Laura!, vamos a buscarla.
Con esas palabras salimos corriendo, pero no llegaríamos muy lejos ya que otra señora de azul (yo creo que es una secta) se puso en la puerta y no nos dejó salir de allí. Nos cogió y nos llevó a una sala que había detrás del mostrador. Yo pensaba que allí nos iban a hacer algo, no se el qué, pero algo; pero por suerte, no se esperaban nuestra visita y no pudieron tener nada preparado, así que teníamos un poco de tiempo para conseguir escapar.
- Quedaros aquí, en seguida llegará vuestra madre. –nos aseguró.
La mujer de azul salió de la habitación, pero se le olvidó cerrar la puerta. Esa sería nuestra salvación. Teníamos que escapar antes de que las de la secta nos hicieran algo.
- Ángela, tengo miedo –me dijo Laura casi llorando.
- No llores ahora. Esté es el momento de ser fuerte y de salir bien de esta. Aguanta Laura, aguanta (por fin encontré utilidad a las pelis que veía mi papa. Eran las frases perfectas para animarla, aunque ella me miró con cara rara). ¡Tenemos que trazar un plan!
Me puse a hacer como si pensara, aunque la verdad, me quedé mirando una pegatina que había puesta en una puerta. Tras unos segundos reaccioné.
- ¡Ya esta! –dije – tenemos que salir sin que nos vean.
- ¿Y para eso has tenido que pensar tanto? – me dijo con tono de enfado – Por tu culpa nos van a matar y vamos a ser comida para cocos.
Ahora si que lloraba de verdad. Como ya dije antes, se asustaba con todo, así que esto le ponía muy nerviosa.
- Mira, tenemos que salir agachadas por la puerta, sin que nos vean las mujeres raras. Una vez ahí, salimos corriendo de la tienda pero sin que se nos oiga mucho, para que tarden todo lo posible en darse cuenta de que escapamos y no puedan reaccionar (me sentía como si fuera la protagonista de una serie de la tres).
- Está bien –me dijo asintiendo con la cabeza- pero si sale mal, quiero que sepas que tienes tu la culpa de todo (¿para que voy a mentir?, eso no me animó demasiado).
Yo me puse la chaqueta y me preparé para salir corriendo.