La "Loveparade", la más multitudinaria fiesta "tecno" del mundo, acabó este sábado en tragedia con al menos 18 muertos y un centenar de heridos, 45 de ellos graves, al desatarse el pánico en un túnel abarrotado de jóvenes, en una edición que había concentrado a más de un millón de personas en Duisburgo.
Según fuentes policiales, las víctimas mortales son nueve mujeres y seis hombres que, sobre las 15.00 GMT, quedaron atrapadas al desatarse el pánico en el interior de un túnel de los años sesenta sin salidas de emergencia, cercano a la antigua estación de mercancías, escenario de la fiesta. El paso subterráneo había quedado colapsado con centenares de jóvenes en su interior, en lo que algunos testigos presenciales describían como "pesadilla anunciada", por previsible. En esos momentos, por las calles de Duisburgo y en el recinto de la estación había concentrados hasta 1,4 millones de aficionados al "tecno" participando en la fiesta.
Los organizadores de la "Loveparade" optaron por dejar que el desfile y la fiesta siguieran, en prevención de nuevos incidentes y visto que, a los primeros intentos de llamar a desconvocarlo, algunos de los concentrados reaccionaron agresivamente. Se trataba de la primera edición de la "Loveparade" en esa ciudad de la Cuenca del Ruhr. Las autoridades de Duisburgo habían dispuesto un contingente de 1.200 agentes por la ciudad para velar por el discurrir de la fiesta.
La policía confirmó que la avalancha se produjo poco después de las 15.00 horas GMT, cuando estaba prevista la llegada del desfile y el cierre de las puertas del recinto del festival. A esa hora cientos de miles de personas ya se encontraban dentro del recinto. Otras miles se quedaron sin poder entrar y, según la segunda cadena de la TV pública alemana, la "ZDF", a la zona seguía fluyendo una multitud desde la cortada autopista A-59 con ganas de entrar.
El desastre se produjo en un estrecho túnel cercano, de unos 10 metros de ancho, en la calle Karl-Lehr. Por causas aún sin aclarar, un ataque de pánico colectivo entre las miles de personas que lo atestaban en ambas direcciones, quienes querían entrar y quienes deseaban salir, desató una avalancha.
A causa del gran número de personas presentes en el recinto del "Loveparade", y en previsión de nuevas avalanchas, la policía y los servicios de emergencia tardaron horas en desalojar la zona en la que se había producido el suceso. La estación central quedó cortada el tráfico ferroviario durante horas ante el gran número de jóvenes en estadio de pánico que cruzaba las vías.
"Loveparade" (el desfile del amor) es la más multitudinaria de las fiestas de música electrónica y nació en 1989 en Berlín. La fiesta arrancó a primera hora de la tarde, con un desfile de quince camiones equipados con poderosos altavoces, sobre los que cientos de personas bailaban al ritmo de los pinchadiscos.
A las 17 horas local (15.00 GMT) el convoy tenía previsto llegar hasta las instalaciones de la antigua estación de mercancías donde la fiesta debía proseguir hasta altas horas de la madrugada. Poco después de partir el convoy que debía recorrer algunas calles de la ciudad bajo el eslogan "El arte del amor", miles de jóvenes formaban ya colas de cientos de metros para acceder a la citada estación, situada en el centro de la ciudad, según informó la policía.
Horas después de la tragedia el ministro del Interior del Estado de Renania del Norte-Westfalia, Ralf Jager, afirmaba en una rueda de prensa estar "espantado y triste porque ha muerto gente que sólo quería ir de fiesta". También el presidente de Alemania, Christian Wulff, expresó su conmoción por la tragedia e instó al total esclarecimiento de las causas que la originaron.
La "Loveparade" arrancó en 1989 en Berlín, entonces como fiesta para un par de centenares de aficionados al "tecno" danzando tras una furgoneta, y creció hasta llegar a reunir en la capital alemana a 1,2 millones de personas, en 2006.
En 2007, la fiesta se trasladó a la Cuenca del Ruhr (oeste) y un año después, en Dortmund, marcó un récord al reunir a 1,6 millones de personas. En 2009 la cita fue en Dortmund y para 2011 está previsto que celebre en la cercana ciudad de Gelsenkirchen.
LD | EFE
Resulta tan irreal imaginar morir aplastado por una avalancha de gente, que verlo debe ser, cuanto menos, escalofriante.
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Dos jóvenes españolas se encuentran entre los 19 muertos en la tragedia de Duisburgo, ocurrida el sábado durante la celebración del "Loveparade".
Las dos jóvenes fallecidas son las estudiantes de 'erasmus' Clara Zapater y Marta Acosta, ambas de Tarragona, según confirmaron fuentes de Exteriores a Europa Press. Las jóvenes cursaban sus estudios en la Universidad de Münster, en Renania del Norte-Westfalia. Las familias de las fallecidas han sido ya avisadas y llegarán a Alemania en las próximas horas, según añadieron fuentes de Exteriores. Allí serán atendidas por el cónsul general en Düsseldorf, Manuel Viturro de la Torre.
Hay al menos otros cuatro extranjeros entre las 19 víctimas mortales de la avalancha humana desencadenada ayer en la multitudinaria "Loveparade" de la ciudad alemana de Duisburgo, informaron hoy fuentes policiales, según las cuales sólo se ha podido identificar hasta ahora a 16 fallecidos.
Se trata de un holandés, un australiano, un italiano y un chino, mientras que no se ha confirmado la nacionalidad de los tres fallecidos aún sin identificar, informó el jefe de la policía de Duisburgo, Detlef von Schmilling, en una rueda de prensa.
El cónsul de España en Dusseldorf, Manuel Viturro de la Torre, se ha trasladado a la ciudad para atender a los afectados españoles, así como lo está haciendo desde España la Unidad de Emergencia Consular, agregó el portavoz.
Al menos 19 personas han muerto y unas 400 han resultado heridas por la estampida que se desató en el túnel por el cual se accedía al recinto del festival, según los medios alemanes.
La tragedia ocurrió sobre las 17.00 horas, después de que la Policía impidiera la entrada de más gente al recinto porque se encontraba abarrotado. Al parecer, varias personas intentaron colarse por una escalera de emergencia en desuso que cayó al suelo y provocó una reacción de pánico que desató la avalancha.
LD | EFE