Me he quedado hoy así
![confuso :-?](/images/smilies/confused.gif)
al enterarme de que Cristina Cifuentes permitió ayer que la Falange y otros grupos fascistas convocaran
esta manifestación, con el lema "la crisis se llama democracia":
Contra esta manifestación existía un informe policial que le atribuía peligrosidad, diciendo concretamente:
El hecho de haberse programado dos convocatorias de signo contrario en la misma fecha podría coadyuvar a que radicales incontrolados de una u otra tendencia ideológica traten de protagonizar algún tipo de incidente de orden público o intenten atentar contra el normal desarrollo de algunas de ellas, fundamentalmente buscando radicalizar por medio de la violencia una situación, ya de por sí, en términos generales, suficientemente polarizada
Sin embargo Cifuentes ha decidido permitirla, dando
estas razones:
Así, ha indicado que "le espanta" esta protesta y le produce un "rechazo radical" pero que en democracia hay que permitir manifestaciones incluso de personas que están en contra de este sistema político. "Esto, a los demócratas, nos hace superiores moralmente"
Sin embargo la pasada Semana Santa Cifuentes
prohibió una manifestación atea por coincidir con las marchas religiosas, y cuando pudo celebrarse un mes después, dejó claro que si se ofendía a los cristianos
no dudaría en prohibirla de nuevo.
La pregunta que tengo es, en este país, ¿qué criterios se siguen para permitir una manifestación o no?