Un fornido detective y su perro, los peores amigos de los criminales llegan a la next-gen.
La saga Dead to Rights nunca ha sido particularmente popular, pero lo cierto es que la letal mezcla del policía y el perro ha proporcionado extraordinarios réditos en cine, televisión y, porqué no decirlo, videojuegos. El detective Jack Slate vela armas para su primera aventura Next-Gen.
La aguja Dead to Rights se resetea al completo y vuelve a empezar. Kilómetro cero. Namco Bandai y Volatile Games buscan la redención de una franquicia que en los últimos años ha caído progresivamente en el olvido tras algunas entregas algo mediocres. Sus responsables buscan una vuelta de tuerca que vuelva a situar la marca en el mapa de los grandes títulos.
¿Cómo hacerlo? Fundamentalmente quedándose con los elementos más emblemáticos de Dead to Rights –Personaje, figura emblemática del perro, ciudad en la que se ambienta-, pero pasándolos por el tamiz de la nueva generación.
Detective con Perro
De momento poco ha hecho público Namco Bandai y Volatile Games sobre el argumento de Dead to Rights; únicamente que, como ya hemos comentado, repiten protagonistas, concepto general y ciudad en la que se ambienta la acción.
La acción, precisamente, es el componente principal del cóctel Retribution, y es que estamos ante un shooter con abundante combate cuerpo a cuerpo que se desarrolla en tercera persona. El juego comienza con la clásica escena del cine policíaco de los 80, en la que el agente de la ley con problemas con la autoridad debe hacer frente a un incidente con rehenes saltándose la jerarquía de mando.
A partir de entonces disfrutaremos del espectáculo de tiroteos y puñetazos marca de la casa, y en el que con sencillez y de forma muy intuitiva podremos llevar a cabo unos combos verdaderamente espectaculares. Patadas y puñetazos se suceden con extraordinaria cadencia, y los movimientos con los que ajusticiar a los enemigos de un solo golpe son aparatosos y sangrientos.
Sin embargo no todo en el nuevo Dead to Rights será combate con pies y manos, sino que también emplearemos armas de fuego. Jack, nuestro protagonista, puede cargar con dos armas de forma simultánea, y algunos de sus movimientos serán incluso para robarle el arma a los oponentes.
El mejor elemento del arsenal será, no obstante, Shadow; nuestro perro. Aquí la línea buscada por Volatile Games es la de simultanear el control de éste a cargo de la IA con nuestro control directo sobre él, en un conjunto que resulte dinámico, preciso y ágil al mismo tiempo. Cuando el cánido esté dirigido por “la máquina” podremos darle algunas instrucciones rápidas sobre cómo desplazarse o a quién atacar; pero será en los momentos concretos en que seamos nosotros quienes lo encarnemos cuando tengamos plenos poderes sobre el animal.
Por ejemplo, en un momento determinado de la acción, nuestro protagonista está herido, y pasaremos entonces un nivel completo a los mandos del animal. Con Shadow podremos escoger entre dos vertientes, la del sigilo y la del combate agresivo. El perro tiene la capacidad de pasar totalmente inadvertido al caminar por el escenario con cuidado, pero puede tornarse también una despiadada máquina de matar con un solo golpe de stick.
Lo que puede dar de sí el nuevo Dead to Rights es, de momento, una incógnita. Cierto que la saga hasta ahora no estaba dando unos resultados precisamente asombrosos en términos de calidad, pero el “reseteo” de la nueva entrega nos invita a ser optimistas de cara al futuro. El título aparecerá en la recta final del presente año 2009, y lo hará en Xbox 360 y PlayStation 3.