Agonizo cada noche
en mi alcoba repudiado,
con un bostezo incesante
y en mi boca tus pecados.
Con los ojos entreabiertos
el insomnio en mi cabeza
rodeado de palabras
buscando la rima perfecta.
En el reloj son las seis.
Tenue luz, las sombras aleja
que la oscuridad envía
para que ahora me duerma.
Dando vueltas en la noche
acabo abrazado a la almohada,
imaginando que es ella
allí donde solo hay la nada.
Soy la sombra de la rima,
siempre la persigo en sueños
para acabar alcanzándola
y convertirme en su dueño.
Busco la rima sublime
la belleza si palabras,
la que no vean los ojos,
la que solo sienta el alma.