Esto es tan viejo como la película de Matrix, que fue la que puso de moda estas pajas mentales. De hecho, yo mismo abrí un hilo lleno de palabras malsonantes hace ocho añazos sobre el mismo asunto:
¿ Vivimos en Matrix ?
El astrofísico Martin Rees y el matemático John Barrow anunciaron una teoría revolucionaria sobre la naturaleza del universo, al proponer que habitamos en un universo simulado por una megasupercomputadora construida por una civilización más avanzada.
La extraordinaria hipótesis parte de la idea de que lo que llamamos universo es en realidad una ínfima parte de un multiverso, una simulación virtual creada para estudiar la evolución de la conciencia en diferentes regiones de él, así como el intento de seres inteligentes por comunicarse entre sí y eventualmente cuestionarse si un gran diseñador inteligente podría intervenir para modificar las leyes del cosmos.
Estas ideas, que parecen sacadas de la ciencia ficción en las que se basan películas como Matrix, cuentan en realidad con el apoyo de otros prestigiados físicos como Paul Davies.
Este científico hace notar que para esta hipótesis existen datos inquietantes que podrían confirmarla, al referirse al descubrimiento realizado en 1998 por el astrónomo John Webb cuando estudiaba quasares ubicados a 6 mil millones luz de distancia.
Webb descubrió, al analizar los espectros de la luz, que su velocidad era ligeramente menor a lo esperado siguiendo las leyes de la relatividad de Einstein.
Para Davies, a estas distancias la realidad virtual simulada de nuestro universo deja de ser perfecta y se manifiesta por una variación de las constantes físicas.
La idea ha sido tomada también muy en serio por filósofos de la ciencia como Nick Bostrom de la Universidad de Oxford quien ha llevado al terreno de la lógica la propuesta de los astrofísicos en un ensayo titulado ¿Vivimos en un universo simulado?, en donde postula tres principios básicos de esta hipótesis:
1) La probabilidad de que una especie con nuestro nivel actual de desarrollo pueda evitar extinguirse antes de convertirse en tecnológicamente madura es insignificantemente pequeña.
2) Casi ninguna civilización tecnológicamente madura está interesada en correr simulaciones de computadora de mentes como las nuestras.
3) Usted está casi con seguridad en una simulación.
Las conclusiones a las que llega Bostrom parecen sugerir que es más probable que la existencia del universo, y por lo tanto la nuestra, esté transcurriendo en una simulación.
El filósofo incluso ha inventado una ecuación en la que cada uno de los factores representa aspectos tales como el número de civilizaciones que han sobrevivido a estados de posthumanos, números de civilizaciones creadoras de simulaciones, así como el número de individuos que han vivido antes del surgimiento de una civilización posthumana.
Al final Bostrom se pregunta: "Si estamos en una simulación, ¿es posible saberlo con certeza? Si los simuladores no quieren que los descubramos, probablemente jamás lo haremos. Pero si escogen mostrarse a sí mismos, podrían hacerlo ciertamente". Quizá en una ventana, informándole del hecho, aparecería enfrente de usted, o quizá le "cargarían" en su mundo.
Otro acontecimiento que nos permitiría concluir con un alto grado de confianza que estamos en una simulación es si llegamos algún día al punto de crear nuestras propias simulaciones.
"Si comenzamos a correr simulaciones, sería una evidencia fuerte en contra de los primeros dos argumentos. Lo que nos dejaría al tercero solamente".