Soy un soldado
me han condenado,
tristeza y pena
llevo en condena.
En mi cuerpo entero
estoy prisionero,
castigo y tortura
siguen sin mesura.
Noche que fraguas
reflejos de luna,
irrumpió en mi celda ,
(duro hasta la una)
lo veo todo oscuro!,
comenzó la hambruna.
Manos con grilletes
cubierto de harapos
y mirando al frente
voy pasando el rato.
En el ventanuco
posose paloma,
no ve los barrotes,
no se siente sola.
Triste y desdichado
estoy en mi celda,
y pasando el rato
los recuerdos vuelan.
Un tablón y paja,
cama improvisada
tela la recubre,
no es colchón ni es nada.
No hay cosa posible
con la que quitarme,
mi mísera vida
por ninguna parte.
Barba de seis días,
olor no deseable,
sucio y con grasina;
y todo es en balde.
Tan sólo una espera,
me devuelve el aire
que pronto la muerte
venga a liberarme …