-Uno de los efectos de la crisis es un mayor divorcio entre ciudadanos y políticos. Estos días hemos visto un Congreso fortificado, con medidas excepcionales de protección. ¿Eso no aleja aún más a los ciudadanos?
-Hay una separación evidente entre ciudadanos y políticos, es una de las cosas que más me preocupan. Es uno de los problemas graves que tiene la democracia. Yendo a la pregunta, le transmití al ministro del Interior algo que está en las leyes, que el Congreso es inviolable, y no puede deliberarse bajo la presión de manifestaciones, porque iría contra su independencia. El ministro del Interior, que es el responsable, puso los controles para evitar incidentes. Es un poco triste hacerlo, pero se ha hecho lo que se tenía que hacer.
-¿A qué atribuye el desprestigio de los políticos?
-Cuando hay una crisis de este tipo, el ciudadano se da cuenta de que es más pobre y tiene más dificultades, y lógicamente echa la culpa a los que mandan, que son los políticos. Luego hay motivos concretos, que son malos comportamientos y malos ejemplos.
-¿Los diputados son unos privilegiados?
-No lo creo en absoluto, desde todos los puntos de vista, incluso el económico: se les rebajó el sueldo un 7,5 por ciento, lo han tenido congelado cuatro años, yo he suprimido la aportación al plan de pensiones y ahora vamos a quitar una paga, el 8 por ciento de su sueldo. Privilegios no tienen ninguno.
-¿Están bien pagados?
-Están mal pagados en general, comparados con diputados de la Unión Europea. Comparados con la situación española, están suficientemente pagados. Lo que cobran es perfectamente defendible en cualquier ámbito.
-¿Por qué el Congreso tiene que pagar un iPad y un iPhone a cada uno?
-Se les está dando para que trabajen como diputados. Es un instrumento útil de trabajo, que el Congreso les provee dado su nivel de retribución.
-Esa fama de que trabajan poco, ¿se corresponde con la realidad?
-Como en todo colectivo humano, hay gente que trabaja muchísimo y gente que trabaja menos. El conjunto de los diputados de todos los partidos trabaja bastante. Eso sí, todo el mundo conocerá a algún diputado que no trabaja, y a lo mejor lleva razón.
-Usted conocerá a más de uno.
-También conozco alguno, sí. Pero son una minoría. La mayoría trabaja y duro.
-El famoso «que se jodan» no ayuda mucho a mejorar su imagen.
-Fue un error. El incidente está saldado, amonesté verbalmente a la diputada y ella me entregó una carta en la que pedía disculpas al grupo socialista y a los demás grupos. Actuaciones como esta dañan objetivamente a la Cámara, mi esperanza y mi confianza es que no se repitan en el futuro.
-¿Sobran diputados en el Congreso?
-La Constitución establece entre 300 y 400. Siempre se habló de aumentar el número, nunca de bajar. En Soria, éramos tres, y ahora somos dos. Si se reduce, solo habrá un partido con representante. Los que somos de provincia pequeñas no vemos con buenos ojos una disminución.
-En el Grupo Popular algunos le critican por ser demasiado «bueno» con los grupos de la oposición.
-Me enorgullezco de tener una relación excelente con la dirección del grupo y con la mayoría de los diputados, sobre todo los que son veteranos. Sé que hay algunos, y algún amigo mío, que consideran que mi actitud es demasiado permisiva, que debería ser más duro. Pero llevo 18 años en el Congreso, me conocen perfectamente y saben que soy como he sido siempre.
-Y no va a cambiar...
-Y no pienso cambiar.