Hay ciertas cosas (demasiadas) que no aguanto. Unas son viscerales, otras más básicas, pero aquí están, porque creo que, si no todas, muchas de ellas las comparten gran parte de la población.
Ahí van.
Odio pedir un bollo en la panadería y me den el más pequeño de la bandeja.
Odio no encontrar las cosas cuando las busco.
Odio quedar con una chica a tomar cañas y que ella pida Coca-Cola.
Odio la cerveza caliente, mal tirada y que no la acompañen con una tapa.
Odio esperar el autobús durante 20 minutos y que el siguiente venga hasta el culo.
Odio todavía más ver cómo se larga el autobús justo cuando estoy llegando a la parada.
Odio que el pan esté quemado.
Odio el olor a tabaco que se me queda en la ropa.
Odio la gente irracional que lo hace todo por cojones sin atender a planteamientos alternativos.
Odio la gente inconsecuente con sus acciones.
Odio atascarme en los videojuegos.
Odio que la gente me cuente sus penas y no comparta sus alegrías.
Odio la incertidumbre de saber quién y donde va a explotar llevándose a tropecientos por delante.
Odio que mi vida no dependa de mi, sino de los yupis gubernamentales que no sufren los atascos ni los pagos de hipoteca.
Odio que la gente que me rodea esté a disgusto, aunque no sea conmigo.
Odio los estereotipos de belleza.
Odio que me corten la Cibeles, Castellana, Gran Vía y medio Madrid, porque un puto equipo de fútbol ha cumplido con los objetivos de su jornada laboral.
Odio entrar en un bar y no poder sentarme porque las mesas están reservadas a los espectadores de la Liga.
Odio el fútbol, no por lo que es sino por lo que representa.
Odio el fanatismo sin razonamiento.
Odio despertarme 3 cuartos de hora antes.
Odio despertarme 3 cuartos de hora después.
Odio que en España internet vaya como el culo y sea tan cara, cuando en Francia la 1024 vale 30 euros.
Odio que "España vaya bien", porque a mí me va como el culo, y pienso que no es mi culpa.
Odio leer faltas de ortografía.
Odio depender del móvil, pero odio más no poder vivir sin él.
Odio no haber dedicado más tiempo a mis cosas por habérselo dedicado al trabajo.
Odio no ganar ni un puto partido del Top Spin.
Odio tener que esperar.
Odio que me hagan esperar.
Odio que me tengan que esperar.
Odio que las niñatas vistan como dice Tommy Hilfiger.
Odio que mi padre me levante un sábado para ponerme a trabajar.
Odio las tareas domésticas los fines de semana.
Odio el puto hilo musical de Telefónica, Cajamadrid, o lo que sea.
Odio intentar hacer reir y que la gente no coja el chiste.
Odio lo que tarda el puto windows en apagarse cuando estoy saliendo del curro.
Odio que me hagan encender el ordenador cuando estoy saliendo del trabajo.
Odio la gente que grita en el transporte público.
Odio la gente que en el cine habla demasiado alto.
Odio tener que salir a mear en medio de una película en el cine.
Odio haber tenido que estudiar literatura cuando leo más que toda mi clase junta, profesor incluido.
Odio la envidia sana que me produce ver que alguien supera sus metas y yo sigo aquí, sin ser capaz de moverme.
Odio tener más pelo en el cepillo que en mi cabeza y los granos de la puta cara que no se extinguen a los 27 y sólo salen cuando tienes alguna cita importante.
Odio no soportar la tentación de mirarme en los espejos de la calle con el único porpósito de saber que sigo ahí.
Odio tener sueño y preferir ocupar el poco tiempo libre que me queda después del trabajo con otras cosas que no sean durmiendo.
Odio que el canal de #sexo del IRC sólo haya tíos haciendose pasar por tías buscando otras tías para hacérselo con ellas "vía chat". Al final, los dos son tíos, con menos semen y más felicidad
Odio que no me dejen solo cuando quiero y estar solo cuando no quiero.
Odio que me cabreen las cosas que se supone que me tienen que alegrar, pero también me alegra que las cosas que me iban a cabrear acaben alegrándome.
Odio a Esperanza Aguirre (este es muy básico, pero es de los más acérrimos que tengo).
Odio la maraña de cables que tengo detrás de la tele, el video, el dvd, el ordenador, las consolas, la lámpara, el escaner, el Dolby, el monitor... que hace que siempre desenchufe lo que no quiero y acabe jodiendo algo.
Odio que el castellano no esté entre los subtítulos de las películas de importación.
Odio tener que hablar inglés.
Odio hacer visitas en los hospitales.
Odio que ser solidario con algo implique arriesgarse a recibir hostias, pasar frío, pisotones, aglomeraciones... que conllevan las manifestaciones.
Odio que me cobren por entrar a las discotecas el precio de una copa cuando sólo bebo cerveza.
Odio tener que salir a tomar una copa a los "bares de moda" para no parecer un reprimido, cuando ni puedes hablar, ni puedes bailar, te dan garrafón, te sablean el monedero, te congestionas los ojos por el humo y te arriesgas a que los borrachos les de por hacerte blanco de su ebriedad y acabes a ostias.
Odio la gente que se salta las normas y luego pide responsabilidades a los demás.
Odio dar sin esperar nada a cambio, y cuando lo esperas, no recibir nada.
Odio que la democracia la manejen entre 4.
Odio tener cosas pendientes que no me dejen dormir.
Odio no saber que hay después de cuando muera.
Odio tener que cumplir con las tradiciones, cuando las tradiciones no cumplen por nadie, salvo para el que las impone.
Odio haber tirado mis juguetes de pequeño y que ahora me claven 25 euros por una figurita de Star Wars de las de entonces.
Odio los intermedios (que no los anuncios, o al menos no todos) de las series de televisión.
Odio que "24" (la serie) tenga menos audiencia que "Cuéntame", "Ana y los 7" o cualquier culebrón para marujas.
Odio ver de nuevo series y películas que me gustaron cuando era pequeño, porque ahora parecen lamentables.
Odio el pelo cardado, las chaquetas de plástico, los tules de gasa en el pelo, la línea pintada de los ojos, los jerseys anchos, los pantalones de pata de elefante, las hombreras, las medias de rejilla, el colorete por kilos, y la purpurina. Y en general, cualquier cosa que me recuerde la moda de los 80.
Odio el sonido a lata de los primeros discos de Sabina.
Odio a la mujer esa que grita en "Noche de Fiesta", aunque, que coño, lo que odio realmente es "Noche de Fiesta".
Odio no encontrar la ropa interior en la maraña de calcetines y calzoncillos que son mis cajones.
Odio el pescado porque tiene espinas, y cuando me siento a la mesa quiero comer, no trabajar.
Odio quedarme en la cama despierto sin hacer nada los fines de semana.
Odio las tradiciones importadas de los yankis, como Halloween o los putos adornos navideños; como si no tuviéramos suficiente con el jodido Belén.
Odio entrar en el foro y ver que nadie contesta a los mensajes.
Odio pagar 3 euros y pico por un DVD virgen por el puto canon como contramedida a la piratería y que la piratería siga siendo delito.
Odio que se me considere racista cuando digo que la inmigración ilegal nos ha traído un aumento de la delincuencia.
Odio no estar al día de la nueva tecnología.
Odio ser tan pijo con mis cacharritos electrónicos.
Odio que no se me ocurra nada más que poner, porque la lista de mis odios es interminable.
Seguiré posteando.
Salu2