Dos hermanos, un viaje y un objetivo: salvar a nuestro padre. Starbreeze nos plantea una experiencia diferente, otra rareza más para el mercado digital con Brothers: A Tale of Two Sons. Un videojuego diseñado por un cineasta y creado por un reducido grupo de creativos que buscan emocionar, transmitir sensaciones únicas al usuario en una aventura personal y diferente. Probamos esta independiente propuesta desde Londres.
La actual generación de consolas ha supuesto un salto en términos gráficos, han nacido licencias de indudable calibre y hemos disfrutado con cantidad de videojuegos. Pero ha tenido otros atractivos, como la proliferación de títulos "indie", enmarcados dentro de una filosofía menos comercial y más creativa.
Otro ejemplo lo vamos a tener en Brothers: A Tales of Two Sons, un título de Starbreeze (más conocidos por creaciones como Las Crónicas de Riddick), que parte de una concepción muy independiente. De hecho, el proyecto nació como una idea en la mente de un director de cine, Josef Fares, la cual compartió con un par de estudiantes hace tres años con la finalidad de dar lugar a un nuevo juego. A partir de entonces, se ha necesitado algo más de un año y unos 15 trabajadores para "hacer realidad este sueño", como él mismo lo califica.
Y es que nos hallamos ante un lanzamiento diferente. Hay voces que han llegado a compararlo con el propio Journey, algo a lo que los responsables responden con un "estamos contentos con la comparación porque también intentamos transmitir emociones, aunque son dos obras completamente distintas". En particular, Fares define el videojuego como un reflejo de su pasión por la era de los 16 bits, de los RPG de la época. "He diseñado el juego que me gustaría jugar, no dirigido a un público específico. Creo que es para todos: a los 'hardcore' les parecerá algo inédito; a los nuevos usuarios algo sencillo y fácil de entender", nos explicaba el creativo.
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Un viaje de cooperación
¿Pero qué es realmente Brothers: A Tale of Two Sons? Podría definirse como una experiencia, una de esas que a pesar de sus 3-4 horas de aventura puede generar una poderosa satisfacción en el usuario. El argumento es simple. Dos hermanos deciden iniciar un periplo a través de un paisaje incomparable para hallar el "agua de la vida" y tratar de salvar a su pobre padre. Todo empleando el lenguaje propio del medio, sin diálogos y prescindiendo de largas secuencias de introducción.
Una aventura fantástica que tiene una gran particularidad en el aspecto jugable, ya que controlamos a los dos hermanos (el mayor y el pequeño) mediante los "sticks" analógicos, uno para cada uno. Esto genera cierta confusión durante los primeros minutos, pero pasado un tiempo nos acostumbraremos para comprobar que nos encontramos verdaderamente ante algo muy especial. Por una parte, porque interactuamos con dos personajes de forma simultánea. Por otro lado, porque resuelven situaciones diferentes.
Desarrollado desde una vista aérea -con posibilidad de rotar la cámara- nuestros protagonistas no pueden separarse demasiado, pero sí que tienen un gran poder de interacción con todo lo que presenta el mapa. Habitantes, objetos, obstáculos del terreno... Hay algunos puzles, pero ninguno de ellos implica un desafío elevado. Todo pretende ser placentero, sin frustraciones ni agobios. Un viaje relajado pero repleto de variedad.
La cooperación de los hermanos es clave. Así, si el pequeño no llega a una determinada altura, deberemos auparle con el mayor. Situaciones así no habrá pocas.
Hermanos para todo
Una de las claves para entender Brothers: A Tale of Two Sons es su concepto de cooperación. Los dos hermanos se complementan, y mientras que uno por ejemplo coge una oveja, el otro puede activar un mecanismo que despliega un puente. Situaciones hay muchas, y cantidad de ellas tienen que ver con elementos accesorios, simples interacciones como ayudar a una mujer a barrer la entrada de su casa o quitar el balón a una niña para cruelmente arrojarlo al fondo de un pozo.
Acciones como salvar a un loro o ayudar a un conejo solitario pueden tener implicaciones futuras en nuestro viaje, pero sin ir nunca más allá de los meras anécdotas, esas que combinadas, sin embargo, hacen más atractiva la interactividad del título. Un programa de interesante concepto que es completamente lineal en su recorrido y que sólo requiere de un par de botones para interactuar con el mundo, los gatillos izquierdo y derecho (uno para cada uno de los hermanos).
Un esquema muy fácil de entender. Los saltos son incluso automáticos para borrar de un plumazo cualquier atisbo de complejidad. Pero seguro que os estáis preguntando un aspecto importante. Debido a este concepto de juego, parecía ideal para una experiencia cooperativa de dos jugadores. No obstante, Starbreeze desechó esta característica: "Nunca nos lo planteamos. Resultaba crucial que fuese así, ya que una opción cooperativa habría impedido que el viaje acabase siendo tan único y personal".
La variedad de situaciones promete ser acentuada, con un apartado artístico tan bello como evocador. La sensación de viaje está perfectamente representada.
Otra rareza digital
Para completar el resultado, Brothers: A Tale of Two Sons se nos presenta como un videojuego francamente bello en su concepción artística. No os esperéis modelados perfectamente perfilados ni animaciones fuera de lo normal. El título es discreto en esta faceta, aunque todavía encantador, con formas redondeadas, un estilo "cartoon" bastante acentuado, gran colorido y un sistema de iluminación realmente sólido.
Todos los elementos se ponen de acuerdo para crear paisajes naturales de gran factura, con distancias de dibujado amplias y una banda sonora que nos acompaña de forma eficiente sin querer hacerse protagonista. El alma del juego es tranquila, y todos sus componentes ayudan a hacerlo posible en una aventura que contribuirá a ampliar ese siempre apetecible catálogo de rarezas digitales que no pocos usuarios apoyan.
Durante la próxima primavera (sin fecha establecida aún) podremos comprobar hasta dónde es capaz de llegar la interesante propuesta de Starbreeze y 505 Games, un proyecto diferente, fresco y hasta cierto punto experimental que fusiona la profundidad del cine con la interactividad de los videojuegos. Una experiencia digital que estará disponible por descarga para Xbox 360, PlayStation 3 y PC (siendo para esta última plataforma muy recomendable la posesión de un controlador).