En solitario son peligrosos, juntos forman el equipo de combate definitivo. Original en su puesta en escena, por fin tenemos en nuestras manos Of Orcs and Men. Una más que interesante aventura de rol que nos ha gustado por su trasfondo argumental y su sistema de combate basado en la cooperación, pero a la que le ha faltado más variedad de acción y libertad de movimiento para codearse con las más grandes.
Representados casi siempre como los temibles y bárbaros enemigos a los que abatir en infinidad de videojuegos, los orcos y goblin han tomado el mando en esta esperada aventura rolera que si bien no ha llegado a las cotas de calidad propias de los más grandes del género, sí ofrece un divertimento más que recomendable para aquellos que disfrutan de este tipo de juegos. Y por varias razones, aunque para nosotros una de las más destacadas es la fuerza que desprende el dúo protagonista. Tanto en lo que se refiere a su potencial belicoso, como en lo que respecta a su faceta puramente personal.
“Gameplay: El Poder de la Rabia”
Los pieles verdes se rebelan
Honorables, compasivos, adalides de la justicia y las causas perdidas… ¡basta ya de mentiras! Lejos de la imagen idílica de caballeros andantes con la que hemos crecido, la figura de los humanos en Of Orcs and Men no podía ser más negativa. Son despiadados, tiránicos y codiciosos hasta el extremo. Ansia de poder que les ha llevado a enfrentarse a los pieles verdes, a los que han aniquilado y esclavizado a partes iguales. Afrentas más que suficientes para que uno de los orcos más poderosos y temibles, el irascible Arkail, se haya propuesto acabar con la vida del emperador Damocles con el fin de detener su reinado de terror.
Pero de nada sirve la fuerza bruta frente a un enemigo mucho más numeroso y mejor preparado. Así que por mucho que le duela, este guerrero deberá recurrir a la ayuda del misterioso goblin conocido como Estigio, que destaca por sus magníficas dotes para el sigilo y su letal habilidad con los cuchillos. Por eso, y por ser el único goblin con la capacidad del habla; pero de eso y muchas otras cosas nos enteraremos a lo largo de esta aventura rolera en la que la cooperación entre ambos protagonistas será vital para superar con éxito los enfrentamientos contra los enemigos.
En este sentido, el sistema de combate de Of Orcs and Men está inspirado en el anterior trabajo del equipo francés Cyanide Studios, aunque ciertamente el resultado es bastante mejor que el visto en el discreto Juego de Tronos. Como en este, y a pesar de lo que pueda parecer en sus vídeos promocionales, las batallas se librarán por turnos, siguiendo las mecánicas tradicionales del género en lo que respecta a la elección ordenada de varias habilidades, que serán ejecutadas automáticamente por nuestros guerreros. Pero claro, no todo consistirá en machacar cráneos a golpe de maza. Habrá que hacerlo con cabeza y siempre pensando en las habilidades de ambos personajes. Por eso antes destacábamos la importancia que tiene la cooperación.
Si Arkail pierde los nervios se convertirá en una máquina de matar incontrolable. Uno de los logros del juego consiste en partir el mayor número de columnas vertebrales en este estado de furia.
Arkail es una mole de músculos capaz de aniquilar a varios adversarios a la vez en cuestión de segundos, pero de poco o nada le servirá su descomunal fuerza frente a enemigos más rápidos que puedan interrumpir sus movimientos, o aquellos lo suficientemente protegidos como para resistir sus demoledores ataques. Por eso Estigio resulta tan importante. Puede atacar desde la distancia con sus dagas voladoras, provocar hemorragias o envenenar a los enemigos para que mueran lentamente, o reventar sus defensas con puñaladas certeras. Por separados son mortales, pero juntos pueden llegar a ser imparables. Y eso es la ventaja que debemos explotar al máximo para sobrevivir en los niveles de dificultad más altos -de los cuatro disponibles-.
Para ello, como en Juego de Tronos, se ha incluido la opción de la pausa dinámica, que nos permitirá modificar en cuestión de segundos la cadena de órdenes de cada héroe, pudiendo así planificar nuestras acciones de forma ágil sin detener por ello la acción. En este caso, el menú radial por el que se ha apostado resulta intuitivo tanto con teclado y ratón como usando un controlador, lo que ayuda mucho a sumergirse en la acción de Of Orcs and Men sin demasiadas complicaciones.
Otro detalle interesante es el frenesí asesino en el que puede caer Arkail, convirtiendo al orco en una auténtica máquina de matar a la que no podremos controlar. Algo que en ocasiones muy concretas puede venirnos bien, ya que pulverizará a los enemigos sin compasión, pero que también trae consecuencias negativas en el sentido de que perderemos el control estratégico de la batalla hasta tal punto, que Estigio puede convertirse en uno de los objetivos del orco. Provocar aceleradamente este comportamiento o minimizar los efectos de la ira con habilidades muy concretas será clave para superar algunos de los enfrentamientos más duros del juego.
Aparte de aprender nuevas habilidades, los héroes podrán potenciar las existentes con mejoras permanentes. Habrá que escogerlas sabiamente las que se adapten a nuestro estilo.
Linealidad belicosa
El mayor problema de Of Orcs and Men es que tras superar las primeras horas de juego, comprobaremos cómo la acción no varía ni un ápice a pesar del incremento en la dificultad de los combates. La posibilidad de asesinar a los enemigos de forma sigilosa propia de Estigio tampoco añade esa chispa de variedad necesaria para dotar al juego de un mayor encanto, lo que nos deja con una aventura que destaca negativamente por lo limitada que resulta a nivel de opciones.
Y es que combatir y correr en línea recta serán prácticamente las únicas acciones que acometeremos a lo largo de las más de 15 horas que puede llevarnos completar la aventura. No hay exploración de escenarios, tampoco excesivas charlas con otros personajes -aunque los diálogos sí tienen su peso en la trama-, ni mucho menos ingeniosos rompecabezas que rompan con la monotonía de exterminar a las hordas enemigas. Y eso, a la larga, echa por tierra gran parte del trabajo llevado a cabo.
Las opciones de personalización de nuestros personajes a nivel de equipamiento tampoco son muy amplias; del mismo modo que echamos de menos mayor libertad para relacionarnos con otros personajes del juego. La inclusión de varias misiones secundarias ayuda al menos a generar la sensación de que todas nuestras acciones tienen sus consecuencias, ya que superar estas tareas nos facilitará las cosas, amén de que también nos permitirá conocer algo más del universo en el que se desarrolla la acción. Sin embargo, estas misiones adicionales desaparecen de golpe y porrazo a partir del tercer capítulo del juego, en el que la acción se muestra totalmente lineal hasta el desenlace final.
Las fases de sigilo tienen su gracia, y de verdad nos ayudarán a superar los enfrentamientos más duros, pero Of Orcs and Men está muy limitado a nivel de opciones.
Estamos, por tanto, ante un juego con muchos claroscuros. Es divertido, apasionante por momentos y lo suficientemente atractivo como para mantenernos enganchados; pero a la vez, resulta demasiado limitado y carente de variedad. Su puesta en escena tampoco se libra de esta disparidad, con detalles de gran calidad como el modelado y diseño de orcos, para rápidamente mostrar un resultado totalmente contrario en el diseño de los humanos. El que los escenarios sean tan lineales y, en ocasiones algo repetitivos, tampoco ayuda a que nuestro viaje por el peligroso mundo de Iserian sea una experiencia tan impactante como esperábamos. Al menos, en el caso del PC, su rendimiento es bastante bueno en equipos de gama media con la mayoría de las opciones gráficas en alto.
También nos ha gustado, y mucho, lo bien que se ha llevado la historia del juego. Ciertamente no estamos ante un título prodigioso en lo argumental, y su narrativa tampoco pasará a los anales de la historia; pero al menos sí se nota cierto interés por dotar al juego de personalidad, de que se note la evolución de ambos personajes en su relación con el mundo que les rodea y, en especial, entre ellos mismos. Como decíamos, el tener cierto peso en determinadas decisiones argumentales también nos parece muy acertado.
Del mismo modo, el apartado sonoro de Of Orcs and Men resulta notable en lo musical gracias a una banda sonora bastante inspirada que, al igual que los protagonistas, evolucionará a lo largo de la aventura siguiendo el hilo narrativo. Así, en los compases iniciales, en los que Arkail solo tendrá en mente la venganza, los violonchelos romperán el silencio con melodías cargadas de furia, para progresivamente ganar en color conforme la luz asoma al final del túnel. Un detalle muy bienvenido al que le hubiera sentado de maravilla una mayor variedad de melodías y mejores efectos sonoros.
Valoración de Of Orcs and Men
Su planteamiento argumental, puesta en escena y sistema de combate son lo suficientemente atractivos como para enganchar al jugador de principio a fin, pero Of Orcs and Men cuenta también con algunos defectos que hacen que su propuesta no alcance un nivel más alto. No pasará a la historia como uno de los grandes del género, pero al menos sí proporciona un buen puñado de horas de entretenimiento aderezado por una historia original y con gancho.