Gracias por desarchivarlo
Refloto de las profundidades abisales este hilo para comentar un poco mis impresiones sobre el juego, ahora que lo acabo de completar. Ojo, aviso que se trata de un tochopost.
![[+risas]](/images/smilies/nuevos/risa_ani3.gif "más risas")
Así, de primeras, lo que se me viene a la cabeza para resumirlo es algo relativamente habitual en la industria (seguro que todos tenéis más de uno y de dos títulos con características similares) y se concreta en un puñado de buenas ideas que chocan de frente con la cruda realidad de unos medios mucho más modestos para desarrollarlas bien. Vayamos por puntos.
Empecemos con lo más "superficial". Su apartado técnico es muy justito: texturas pobres en su gran mayoría, malas animaciones (y escasas: 2 o 3 que se repiten en bucle en cada cutscene, compitiendo entre ellas para ver cuál vemos más veces), modelados de los humanos que no pasan de lo meramente correcto, escenarios repetitivos y semivacíos... Sólo se salva el modelado de orcos y goblins, mucho más elaborado (especialmente en lo referente a la pareja protagonista), y su iluminación que, pese a no brillar en absoluto, al menos cumple.
Superado este trámite, vayamos a lo que realmente importa, la chicha del juego: su jugabilidad. De entrada decir (porque no lo había comentado antes) que
Of Orcs and Men se enmarca dentro de lo que sería un RPG con combates por turnos, pero debo advertir que la carga RPG, pese a tratarse de una producción occidental, es muy reducida, limitándose a la subida de niveles de experiencia y la asignación de puntos de habilidad en cada una de ellas, dejando el tema de la toma de decisiones como algo muy puntual que afecta poco o nada al desarrollo del juego. Vamos, nada que ver con la libertad de elección de
Fallout, Deus EX o The Witcher 2, por poner solo unos ejemplos más o menos recientes. Todo encaminado a ofrecernos una historia sobre raíles de la que somos meros espectadores.
Y cuando digo sobre raíles, lo digo en serio: es un título casi totalmente lineal. Sí, hay algunas misiones secundarias (muy pocas), pero todo, empezando por los escenarios, la viva imagen del "pasillerismo", es absolutamente lineal y cerrado, sin vías alternativas, ni exploración ni nada. Por no haber, no hay ni coleccionables, lo cual ya es significativo en estos tiempos que corren. Y encima se repiten como el ajo: acabaremos hartos de catacumbas, poblados de chabolas e interiores de castillos. Los breves momentos en que visitemos una montaña nevada o un bosque otoñal serán un soplo de aire fresco al que agarrarse para no caer en el tedio absoluto en este sentido.
Pero como decía, la experiencia del juego se centra sobre todo en sus múltiples combates por turnos. Permitidme que me explaye largo y tendido sobre los mismos pues.
Éstos, funcionan de la siguiente manera: cuando entramos en refriega, podemos ralentizar el curso de la acción (no lo paraliza del todo, pero casi) y asignar en cola hasta 4 habilidades distintas por cada uno de los miembros de la pareja protagonista. Cada uno dispone de habilidades distintas divididas en tres grupos diferentes adaptados a sus características. Así, mientras Estigio -el goblin- vendría a ser el clásico pícaro de todo juego de rol, disponiendo de un grupo de skills dedicadas al combate a distancia y otro al cuerpo a cuerpo orientadas a "putear" al contrario más que en hacer daño (veneno, debilitar armadura...), Arkail -el orco- es el típico bárbaro, con unas habilidades para hacer el máximo daño posible y otras más de tipo defensivo para aguantar en situaciones en las que los enemigos te rodean. Ambos poseen también un tercer grupo de habilidades que en un principio son de tipo más colaborativo (que Arkail utilice al propio Estigio como arma arrojadiza o levantar al compañero caído) y más adelante, llegados a cierto punto de la historia, se añaden otras más específicas a cada clase.
Hay un elemento en el combate que también añade cierta complejidad al mismo, y es el hecho que ambos personajes cuentan con un medidor propio. Arkail tiene una barra de furia que se va llenando a medida que golpea y/o es golpeado. Cuando el medidor se llena del todo, el orco pasa a modo Berserk, en el que gana bonus al ataque, pero perdemos el control sobre él y lo que es peor, no distingue entre amigo y enemigo, golpeando a cualquiera que esté cerca de él, incluido Estigio. Una vez se le pasan los efectos de la furia recobramos el control sobre Arkail, pero previamente se pasa unos segundos aturdido en el que está completamente indefenso, a merced de lo que le puedan hacer los demás. El tema está en que hay algunas habilidades que nos permiten consumir parte de la furia para otras cosas (curación, mayor defensa, mayor ataque...), pero mientras las lleva a cabo no puede hacer otra cosa, así que estamos siempre con el dilema de si salvaguardar la integridad mental de nuestro personaje o aprovechar sus arranques asesinos en nuestro beneficio. Estigio, por su parte, tiene una barra de concentración que se llena con el tiempo pero que se gasta con facilidad al realizar la mayoría de acciones, así que hay que tener cuidado a la hora de decidir qué acciones ejecutar.
Así pues, nos encontramos con un sistema interesante, bastante estratégico, en el que nos convendrá estudiar el patrón de habilidades llevar a cabo en cada momento (no todos los enemigos serán igual de vulnerables a según qué ataques) y en el que deberemos intentar coordinar cierto trabajo de equipo para que las habilidades de debilitación del goblin se combinen en el tiempo con las de fuerza pura del orco, al mismo tiempo que no perdemos ojo de su salud y sus medidores. En otras palabras, hay que andarse con mucho ojo porque en un instante te puedes ver forzado a remodelar tu táctica, ya sea porque ves que has fallado a la hora de intentar aturdir al rival, te han interrumpido en mitad del ataque que estabas preparando o le han pegado un crítico a Arkail que ha hecho que su medidor de furia se ponga a punto de reventar.
Explicado así, todo parecen virtudes (siempre que a uno le gusten los combates por turnos, claro está), pero en la práctica hay alguna cosilla que hace que los engranajes chirríen un poco. Por un lado, está el tema que a partir de cierto nivel, hay pocos combates en los que a uno le obliguen a exprimirse a tope para superarlos. La mayoría de las veces acabamos combatiendo con mobs muy estandarizadas (2 lanceros, un par de soldados pesados, 2-3 ballesteros y un sargento/capataz/jefe), por lo que o estamos enfrentándonos contra un boss especialmente jodido, o con 3 o 4 esquemas prefijados que aprenderemos rápidamente podremos ventilarnos la mayoría de escaramuzas. Quizá en un nivel de dificultad superior la cosa cambie, pero en "normal" así son las cosas. De hecho, incluso lo que vendría a ser el último boss, es de las luchas más sencillas de todo el juego.
Después, ya como opinión más personal, el sistema se revela como muy lento, por lo que estoy convencido que va a haber mucha gente a la que no le vaya a gustar nada de nada. A decir verdad, hay momentos (sobre todo durante las primeras horas) en los que te pasas más tiempo pausando el juego y estudiando las órdenes a dar que combatiendo en sí, y a veces estás tan pendiente de la barra de órdenes que no te das cuenta de nada de lo que ocurre en pantalla hasta que termina el combate. Literalmente.
Aparte de esto, hay otro pilar en la jugabilidad, y es el sigilo. Estigio tiene una habilidad mediante la cual se vuelve invisible y puede acercarse por la espalda de un enemigo que aún no haya entrado en combate contigo y liquidarlo. Bien, aunque en principio la idea pueda estar bien y verdaderamente es útil en algunos puntos del juego, lo cierto es que acaba convirtiéndose en uno de los puntos más vergonzosos de todo el juego. Todo por culpa de la IA enemiga, que en estos momentos pasa a ser un auténtico esperpento. Pero esperpento del tipo matar a un tío y que al cabo de 5 segundos aparezca una patrulla y pase por encima del cadáver como quien pisa un felpudo, sin ni siquiera soltar algún comentario al respecto. O esperpento del tipo matar a uno y que su compañero, mirando en tu dirección, no vea nada si a más de 5 metros de ti. Intentan compensarlo poniendo perros que te detectan por el olfato, por lo que no te puedes esconder de ellos, pero el mal está hecho y es grave.
A nivel de trama diría que es donde el juego está mejor, pero aún así, queda la sensación que se le podría haber sacado mucho más jugo al invento. El hecho de controlar a los tradicionales malos de todo mundo de fantasía medieval oscura, es indudablemente atractivo, y la trama deja suaves pinceladas sobre un mundo terriblemente oscuro, en el que sólo hay malos y "algo-menos-malos" (ni rastro de buena gente), y con bastantes conflictos morales que se intuyen más que se palpan. La pena es que casi siempre es eso, ligeras pinceladas, no se llega a profundizar en nada en especial. Además, el desenlace es muy precipitado y apenas hay un par de giros en el guión, poco sorprendentes ambos. Vamos, que la sensación que queda es que se acababa el tiempo y el presupuesto y se optó por cortar por lo sano.
Por último, a nivel de audio, contamos con un doblaje al inglés correcto (para mi gusto, el mejor el de Estigio, que transmite bastante más que el propio personaje en sí) y música a cargo de Olivier Deriviere, que este año lo hemos podido escuchar en la banda sonora de
Remeber Me. En esta ocasión, firma un trabajo muy minimalista, con aires tribales, dando mucha fuerza a la percusión e instrumentos de cuerda para resaltar los momentos más dramáticos. Digamos que sin poseer temas memorables, ambienta bien una historia donde los orcos son protagonistas, quedando unas composiciones que creo le pega bastante. Hay que destacar del músico francés su afán por alejarse de la grandilocuencia típica e impregnar de un toque distintivo, y hasta cierto punto innovador, en sus obras en materia de videojuegos.
En resumidas cuentas, y como apuntaba al principio, todo se queda en buenas ideas (combate y planteamiento de la trama) pero plasmadas con pocos recursos (es significativa la pantalla de títulos de crédito, que apenas dura un par de minutos cuando lo habitual es muchísimo más, incluso en juegos modestos) y con resultados muy irregulares. Hay demasiado lastre como para que os pueda recomendar el juego: animaciones muy pobres, escenarios tristes y repetitivos, IA en situaciones de sigilo para no echar gota, mucho combate de relleno... Yo lo compré por unos 5€ y si uno quiere darle un tiento a ese precio, pues tampoco va a perder nada, pero hay propuestas mucho mejores a precios similares.
) 
) eso si la historia me parece que es original y poco habitual con todo el rollo de los orcos y no digo mas que spoileo 