¿Qué pinta un tipo duro como Vin Diesel en una ciudad como Barcelona? Pues eso, le toca repartir su ración de balas, explosiones y giros imposibles en un juego que nos pone en una ciudad abierta con tres bandas de crimen organizado intentándose hacer con el poder, y tú, en medio, poniéndole fin como policía infiltrado.Cuando a Vin Diesel se le pasó por la cabeza prestar su imagen para Las Crónicas de Riddick: La Fuga de Butcher Bay, es posible que no fuese consciente de la magnitud del proyecto. A toro pasado, la cosa salió bien, muy bien, y muy probablemente el hiperciclado actor le encontrase el gustillo a todo aquello. Porque un videojuego no es como una película, y definitivamente meterse por la puerta grande en un sector que mueve y moverá más dinero que cualquier otra forma de ocio siempre es interesante. Seguramente, le entraron hasta ganas de repetir. Normal, a quién no. Y encontró en Midway un papel perfecto para un tipo duro como él.
The Wheelman no pretende enseñarnos nuevas maneras de entender el mundillo del videojuego, ni tampoco explorar cosas anteriormente vistas; tampoco augura una historia elaborada o un intrincado papel de secundarios; ni siquiera promete una ciudad abierta espectacular con mil cosas por hacer. Lo único que nos quiere ofrecer son balas, explosiones, frases chulescas dichas por un actor protagonista en “A Todo Gas”, “xXx” o la saga Riddick, giros de volante inverosímiles y una ciudad patria, Barcelona, de contexto para todo este desmadre. A quien no le guste, puede bajarse del coche si quiere.
A cualquiera se le enciende una chispa en los ojos cuando se usa a nuestro país para cualquier producto audiovisual. No nos valen con los Sphagetti Western: queremos acción en nuestras capitales, menos Londres y más Barcelona. Dicho y hecho. Los chicos de Midway han utilizado este contexto de guitarras españolas y chicas exuberantes para dar a conocer la Sagrada Familia, la Plaza de Cataluña o el Arco del Triunfo, por nombrar unas cuantas localizaciones reconocibles. Por supuesto, probablemente no sea una representación fiel de todos estos elementos. Al menos, la típica ciudad abierta estilo GTA o la saga Need for Speed nos sorprenderá por su estilo Europeo, muy alejado de la típica urbe estadounidense a la que estamos acostumbrados.
Lógicamente, lo que se espera de un título así es una versión del Unreal Engine lo suficientemente sólido como para auspiciar todo el nivel de masacre que provocaremos al volante o a pie. Más a este primero, diríamos, tanto por el nombre del juego como por la estructura de las misiones. Tomaremos el papel de Milo Burik, un agente encubierto que se verá envuelto en la típica lucha de poder entre tres organizaciones del crimen de la ciudad condal. Para ello tomaremos trabajos, usualmente como chófer, aunque también nos tocará lidiar con nuestra ración de balas.
Cada uno de ellos, si bien se valen de un enfoque puramente arcade, pretende ser distinguible y reconocible desde el primer momento en el que pongamos nuestro dedo en el stick. Habrá desde coches de época hasta motocicletas pasando por Monster Trucks, con los que provocaremos el caos más absoluto. Para ofrecernos tal variedad lista para ser disfrutada sin pausas, tendremos la habilidad de saltar de un coche a otro en movimiento. Acción inverosímil, como decíamos, pero terriblemente divertida. También contaremos con una barra de bullet-time para hacer piruetas tales como poder disparar en movimiento, hacer derrapes, o activar el ya mítico turbo.
Pero cada coche tendrá sus puntos débiles, los cuales nos tocará explotar para hacerlos explotar, valga la redundancia. Las ruedas para hacer derrapar al coche, eliminar al conductor de un limpio disparo en la cabeza o acertar en el depósito de combustible será una tarea muy común con mucha precisión de por medio. Ahora, siempre podremos hacer el bestia y directamente embestir a nuestros enemigos usando la opción implementada para ello. Perfecta para sacar a nuestros enemigos de la carretera, pero también para abollar nuestra carrocería y, eventualmente, destrozar nuestro frágil vehículo. Así que saltaremos de un vehículo en llamas a otro menos dañado más a menudo de lo que cabría esperar, y encima en marcha.
Las 24 misiones principales, que desarrollarán una trama más o menos sólida pero muy probablemente con ese puntillo socarrón ya visto en títulos como Just Cause, se adhieren a bastantes encargos secundarios a cumplir por toda la ciudad. Desde disparar a ruedas hasta provocar el mayor caos posible, se nos dará trabajo de sobra. Eso sí, si llamamos la atención más de lo debido, como es lógico, llamaremos la atención de la Policía. No parece ser muy complicada de esquivar, puesto que su función no es tan primaria como en otros títulos del estilo, pero cumplirá su papel.
Pero si nos cansamos de ir de lado a lado de Barcelona, podremos teleportarnos rápidamente gracias a ciertas misiones, denominadas Taxi, las cuales los irán desbloqueando paulatinamente. Tal y como suenan, su mecánica incluye la más que típica contrarreloj de un punto a otro del mapa. Luego, en otro cariz aparecen modos en los que tendremos que jugar al gato y al ratón, algunas veces como uno y algunas como otro. En general, el objetivo del juego queda bastante claro, relegando, repetimos, las misiones a pie a un segundo plano.
Eso sí, los de Midway deben tener cuidado con no dejar ningún apartado de lado en un título de desarrollo abierto como este. De todos modos, los amantes de la acción más exagerada y divertida así como de los arcades de conducción deben echarle un ojo a esta nueva locura de Vin Diesel la cual, esperemos, podría acabar demostrándonos que el actor puede literalmente con lo que le echen. Se espera a finales de febrero para Europa, tanto en PlayStation 3 como en Xbox 360 y PC.