La generación NET pierde el tren

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La generación NET pierde el tren

La fuerte crisis económica que se está abatiendo sobre España puede acabar con las expectativas de la llamada ‘generación Net’ o ‘generación Y’, los jóvenes mejor formados de la historia, justo en el momento en el que se preparaban para caer victoriosamente sobre el mercado de trabajo. El resultado puede ser una frustración colectiva de dimensiones desconocidas.

Felipe, de San Sebastián de los Reyes (Madrid), empieza a preocuparse. Hijo de un ingeniero y una funcionaria de Hacienda, tiene 26 años, terminó la carrera de Empresariales a los 22, pasó un año en Wharton (EE UU) haciendo un máster, domina el inglés, de lo tecnológico, mejor ni hablar, y… sin embargo, a su vuelta a España, con 24 años, se encontró con un panorama poco atractivo: después de unos meses en una consultora británica no llegó siquiera a convertir su empleo temporal en fijo, la empresa optó por no renovarle el contrato. Ahora pasa varias horas al día conectado a las ofertas laborales en Internet, ha mandado más de 40 currículos y ha ido a cuatro o cinco entrevistas.

Digamos que Felipe aún mantiene alta la moral, pero empieza a hacerse la pregunta de si ha valido la pena tanto esfuerzo para este resultado. La justificación ahora es la crisis, pero entre sus amigos hay alguno (que no fue a Wharton ni a ninguna escuela de negocios) que ha tenido 3 o 4 empleos temporales. Y unos cuantos, entre ellos un licenciado en Informática, que llevan 2 o 3 años ganando sueldos en torno a los 1.200 o 1.300 euros e incluso otro que no ha logrado pasar de los 900. La idea de comprarse un piso está aparcada. La perspectiva de quedarse en casa de sus padres, con los que se lleva bastante bien y que, además, no quieren que se vaya, no le resulta estimulante, pero parece inevitable.

Felipe es el típico joven de la “generación Net” o “generación Y”, según se quiera: gente nacida en los años 80 y primeros 90, un colectivo de cerca de 9 millones de personas (el 25% de la población española), que han empezado a llegar al mercado de trabajo en los últimos 7 u 8 años (dependiendo de su nivel de formación). Son la última pasión de los sociólogos, publicitarios, teóricos de los Recursos Humanos y profesores de Organización en las escuelas de negocios. Considerados por estos profesionales como la generación mejor preparada de la historia, han obtenido tanta atención en EE UU, donde sí han vivido unos años gloriosos (que no hemos podido replicar en España), que son objeto de estudio en todas las universidades y consultoras. Y no sólo eso. Los también llamados Millenials o Guay (por aquello de que la Y en inglés se lee uai) han tenido el honor de convertirse en objeto de negocio para consultoras noveles que se han especializado en la tarea de explicar a las empresas cómo integrar a estos jóvenes con sus adversarios de la “generación X” (la de los yuppies y de los JASP, ¿se acuerdan?) y los de la añada de los “Baby Boomers”, a punto de coger su jubilación. Por lo visto no resulta fácil la convivencia entre unos y otros.

1. La generación más preparada

Con todas las reservas que merecen los estudios de los sociólogos, consultores y profesores de las business schools, a los que les encanta trasplantar la pasión clasificadora de los estadounidenses y lo que ahí está aconteciendo a nuestro país, sí que parece indudable que los jóvenes de la generación Net –hasta los 29 años– están mejor preparados que nunca. Otra cosa es que experimenten aquí los niveles de valoración y aceptación habituales en EE UU, un país en el que hasta 2008 las cifras de paro no superaban el 5% o 5,5%, integradas básicamente por trabajadores poco cualificados.

Un reciente estudio del IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) ponía de manifiesto que tan sólo el 28% de los jóvenes españoles en edad de trabajar tienen estudios primarios, casi un 40% tienen un título de Bachillerato o BUP y cerca del 23% están en posesión de títulos superiores (diplomado, licenciado o máster). Tampoco quedan mal en las comparaciones internacionales. Los datos de Eurostat muestran que en España hay 1,8 millones de jóvenes en el nivel de enseñanza terciaria; Alemania, con más del doble de la población, tiene 2,3 millones, y Reino Unido, 2,2 millones.

Y además, al contrario de lo que se dice, también estudian carreras técnicas. El porcentaje de estudiantes españoles en carreras de Ingeniería y similares es del 17,6%; en Alemania es del 15,7%. Tenemos un 12,2% de nuestros estudiantes en carreras de Ciencias, Matemáticas e Informática; en Alemania son el 15% y en el Reino Unido el 14%. Esto, además de que las grandes escuelas de negocios españolas, desde el IESE al Instituto de Empresa o el Esade, aparecen en los rankings entre las primeras del mundo. Y todo esto pese a que España es uno de los primeros países de Europa en abandono escolar, un 30% frente al 14% de Alemania o al 13% de Francia.

La familiaridad de los jóvenes españoles de la generación Net con las nuevas tecnologías –ordenadores, videoconsolas, Internet…– está a la par del resto de Europa, con diferencias de matiz. El 63% de los jóvenes españoles de Primaria y Secundaria entran habitualmente en Internet, un ratio que sube al 89% en el caso de los que estudian carreras medias y al 95% para los que estudian carreras superiores. Según el Observatorio de las Telecomunicaciones, en 2007, el 58% de los hogares españoles tenían un ordenador, el 51% una cámara digital, el 28% una videoconsola. Unos ratios también muy similares a los europeos.

Todo se conjugaba para que el éxito estuviera a su alcance. La amplia y cada vez mejor formación académica de los menores de 29 años, su mayor uso del inglés (que entienden y leen aunque no lo hablen) y una psicología ya perfectamente adaptada a las nuevas tecnologías les debía haber puesto en la pista de despegue para lograr las maravillas que están consiguiendo sus colegas de EE UU, Japón, Corea y algunos países de Europa. Sin embargo, no ha sido así.

2. Insuficientemente utilizados

No hay más que entrar en un foro de empleo como TrabajoBasura.Info para darse de bruces con la realidad de la situación de estos jóvenes, mal pagados y en buena parte en situación precaria. El estudio de una consultora, Sales Hunter, según el cual los jóvenes licenciados en Telecomunicaciones empezaban su carrera cobrando una media anual de 30.000 euros provocó en uno de estos foros reacciones acaloradas: “Llevo 12 años trabajando en el sector de las telecomunicaciones y ni por casualidad he encontrado los salarios y condiciones laborales que se mencionan en este artículo”, exclamaba un forero.

La realidad es más bien la contraria. Según la Asociación de los Técnicos de Hacienda, en España hay aproximadamente 11 millones de asalariados que ganan menos de 13.400 euros brutos anuales. Los jóvenes de menos de 29 años están en su casi totalidad integrados en esta categoría. La situación es especialmente abusiva en algunos sectores. Por ejemplo, en las llamadas cárnicas, las firmas de outsourcing informático que proveen a las grandes compañías de jóvenes profesionales de la informática a precios de saldo, a veces hasta de 600 euros al mes.

Todo ello explica que en España se reciban con cierto escepticismo las informaciones sacadas de la prensa estadounidense sobre la fuerte capacidad negociadora de los jóvenes de la generación Net, que llegan a los despachos de los jefes de RRHH exigiendo condiciones de trabajo flexibles, conciliación, promoción rápida, incentivos y sueldos de ensueño. Algo que no ha ocurrido ni por asomo en España. Ni en los mejores años del boom económico. La falta en España de una masa crítica de grandes empresas –en la industria o las nuevas tecnologías– que demande este tipo de profesionales y la estructura organizativa de la empresa española, jerarquizada, han reducido las posibilidades de incorporación y ascenso de esta nueva generación.

Precariedad laboral

En España, el paro entre los jóvenes de 20 a 24 años alcanzaba a finales de 2008 el 24,8% de los trabajadores activos en este tramo de edad. Aunque baja en el caso de los universitarios de ese tramo de edad, éste se mantiene en España, según la OCDE, en torno al 14%. Y esto no es todo. Según un estudio del Ivie, el 79,4% del primer trabajo que consiguen los jóvenes es contrato laboral o incluso un puesto sin contrato (18,2%). Una situación que se mantiene a lo largo de los años. Pese a que la tasa de temporalidad está en España en torno al 32% (la más alta de Europa), en el caso de los jóvenes de 20 a 24 años no baja del 55% y en los jóvenes de 25 a 29 años tampoco baja del 45%.

Este estado extendido de precariedad es la principal explicación de que los jóvenes de la generación Net sigan en casa de sus padres, incluso a edades más altas que los de la anterior, la X, algo que no deja de ser un mal síntoma. Pese a que entre 2000 y 2008, según el Informe de la Juventud en España, el porcentaje de jóvenes de 29 años (varones) que vive con sus padres bajó del 49% al 34,4%, estas cifras siguen resultando anormales cuando se comparan con ratios del 20% o 25% en el norte de Europa. Y este porcentaje, en España, llega a alcanzar el 43% en los jóvenes de 27 años y el 59% en los de 24.

Lo peor es el deterioro económico en ciernes. Si la situación de estos jóvenes ya mostraba bastantes sombras, la llegada de la crisis puede agravar el estatus y las perspectivas de futuro de los ‘Net’, que venían con la intención de arrasar. La única salida, para los mejor preparados y que sean bilingües, será la de buscarse la vida en otros países de Europa o en EE UU, una situación que han conocido miles de jóvenes franceses a finales de los 90 y primeros años de la actual década, que entonces se lanzaron a la conquista del Reino Unido. ¿Será que estamos, pues, ante una nueva generación perdida.

Hijos de internet y la globalización: Así son los jóvenes de la nueva generación Net en España

La generación Net, o Y, está haciendo correr ríos de tinta. Un estudio del IESE con recomendaciones a las empresas sobre cómo tratar con ellos, Motivaciones y Valores de la Generación Y, dice que representan una auténtica revolución, no ya frente a los “Baby Boomers”, ahora en los 55 o 60, sino incluso frente a los de la X, de los que les separan 20 años.

Se trata, en España, de jóvenes nacidos en democracia, que no han conocido ningún otro sistema y a los que las historias sobre la Transición les parecen batallitas lejanas. Han vivido en la abundancia, saben del paro de oídas. Fueron niños muy deseados, nacidos en matrimonios relativamente tardíos, con los dos padres trabajando, bajo el concepto de la paternidad responsable y normalmente con un solo hermano. Muy protegidos y bastante consentidos, lo que está marcando sus valores y psicología y su entrada en la edad adulta. El que los padres tuvieran horarios muy largos les obligó a pasar mucho tiempo solos. Han tenido que rellenar su tiempo con mucha televisión, informática y videojuegos. Se han acostumbrado a manejarse solos, lo que les ha venido bien.

Son, como se sabe, techies consumados. Han vivido la llegada de sucesivas olas tecnológicas, que han cambiado a velocidad de vértigo. Internet, las descargas, los chats, los SMS, las redes sociales, los ordenadores, las consolas, los videojuegos, Nintendo o los móviles son como su segunda naturaleza. Nada extraño que haya que aprender. No tienen ningún problema con la tecnología. El 92% de los jóvenes de 16 a 24 años son usuarios de Internet. Casi la mitad se pasa, al menos, 20 horas a la semana conectado. Es tal su simbiosis con la tecnología que, según señalan en el estudio del IESE, “no pueden entender cómo la generación anterior ha podido vivir sólo con dos cadenas de televisión y teléfonos clavados a la pared”.
Su fácil manejo de consolas y teclados de móviles, su exposición durante varias horas al día al zapping televisivo y a los bombardeos de imágenes de los videojuegos han conformado en ellos una psicología muy especial. Lo suyo es la información inmediata y visual. No les gusta leer, ya que un libro requiere horas y están habituados a obtener la información en minutos. Tienen poca paciencia. Saben que las informaciones y las novedades se agotan rápidamente. Se aburren fácilmente y necesitan estímulos continuos. Son un grupo fragmentado, disperso por tribus diseminadas (a veces en distintos países) que se descargan ficheros (con música, películas, productos…) por Internet o móvil. En materia de productos, gustos y modas apuestan por la diversidad. Frente a sus padres, que recibían mensajes uniformes y apostaban de por vida por unas mismas marcas o procedimientos, ellos van siempre detrás de lo último.
Tampoco han conocido otra cosa que la globalización. Han viajado más, de vacaciones o para estudiar. Son la generación de los viajes low cost y las reservas de avión por Internet, se manejan en inglés en la Red, donde chatean o se introducen en grupos con componentes de varios países. Han crecido en un país más diverso y aceptan esa diversidad sin sorpresa ni asombro. Sus gustos y modas vienen de fuera y no vacilan en ir a informarse al punto de origen.

Como apenas han conocido el paro masivo y la pobreza, tienen escaso miedo al futuro y son bastante confiados. Han vivido en un estado de bonanza económica continua. Sus padres no les han negado nada. O casi nada. Éstos, al contrario de los de la generación tradicional, han dado (incluso en las clases trabajadoras) una enorme importancia al valor de la formación y han mostrado disponibilidad total para invertir en estos temas: buenos colegios, clases especiales, vacaciones en Inglaterra, MBAs, etc.
Ahora bien, no parecen muy dispuestos a pasar por los mismos sacrificios vitales que observaron en sus padres, a los que han visto trabajar a los dos y pasar la mayor parte del día en la empresa. Lo que explica que den mucha importancia a eso de mantener espacios al margen del trabajo, como si se apuntaran al dicho de que “no se vive para trabajar, sino que se trabaja para vivir”. Buscan la flexibilidad horaria y valoran la conciliación. Pese a que han asimilado una cierta ética del trabajo, muestran una actitud más crítica con las organizaciones y el sistema. También son jóvenes durante más tiempo, en algunos casos siguen siendo adolescentes después de los 25.

…Y así son en el trabajo

La gran pregunta que se hacen los sociólogos y especialistas en RRHH es qué pueden aportar de nuevo estos jóvenes al mundo de la empresa, unos jóvenes que, según el consultor Jeroen Boschma, autor del libro la Generación Einstein, son la generación “más rápida, más lista y más sociable de la historia”.

La tecnología es una de las claves. “Esta generación –afirma el informe del IESE– es la primera que ha convivido siempre con las nuevas tecnologías de la información”. Otro punto fuerte es su disponibilidad para actuar decididamente cuando se les motiva. Pese a que se les acusa con frecuencia de ser menos activos que sus padres, y mostrar cierta propensión a la inactividad, sí son capaces de moverse si se les incentiva.

Se dice que pueden ser más rápidos que sus antecesores. También aquí juega el factor tecnológico. Un experto explica que “las personas duchas en utilizar los videojuegos son capaces de procesar información visual compleja más rápidamente y mejores a las hora de desarrollar varias tareas al mismo tiempo, lo que las hace más adecuadas para los tiempos que corren”. Otro factor es que, debido a las condiciones en que han vivido, tienen más capacidad para resolver problemas. Su respuesta ante los desafíos suele ser positiva. También son más sociables y funcionan mejor en entornos creativos.

Acostumbrados a la inmediatez y a los resultados rápidos, sin embargo no les gustan las tareas largas, meticulosas y de gran laboriosidad. Les interesan poco, explica el estudio del IESE, los procesos. Trabajan conforme a resultados. Más que dedicarse a una tarea por sí misma, se preguntan qué objetivo hay que conseguir y van a por él, en el menor espacio de tiempo posible.

Les motiva escalar posiciones. No tanto por lo que representan de rango, afirman los expertos, o poder, sino porque implican su reconocimiento. Quieren trabajar por objetivos, vinculando su salario al logro de éstos. Además, porque eso les da independencia para mantener su espacio personal y conciliar su vida profesional con la personal. Estos chicos, que no tienen la necesidad de trabajar “porque en casa lo tienen todo”, odian las jornadas interminables, porque quieren controlar su tiempo y no perderse todas esas actividades con las que disfrutan.

Su mente abierta al mundo, mayor facilidad y conocimiento de los idiomas (que utilizan en Internet), mayor familiaridad con el exterior y mayor aceptación de la diversidad y la diferencia, junto con la edad, les hace interesantes para las empresas que están en proceso de expansión exterior y necesitan enviar gente al extranjero. Además, porque tienen menos compromisos de tipo familiar.

Según parece, el gran problema es que tienen cierta dificultad para integrarse en estructuras jerárquicas rígidas. Entre otras razones porque sus padres (al igual que la sociedad en general) han sido bastante permisivos.


link: http://www.negocios.com/negocios/05-02- ... 8,68,46427



Yo soy de los que piensa que mi generación directamente no tuvo ni tren y miedo me da de los que vienen por detrás mia (soy del 81).
Yo hago una analogía con la esperanza de vida. Históricamente se ha ido mejorando y alargando, hasta que ahora los niños son gordos y tienen mil enfermedades más que las que tuvieron sus padres a pesar de tener unas condiciones infinitamente mejores, por lo que hoy los niños tienen menos esperanza de vida que los padres, bien triste es.

Soy del 83

Saludos
Yo también soy del 81 y estoy totalmente de acuerdo con este articulo. Soy Ingeniero Tecnico informatico y estoy trabajando en uan consultora por 1000€ al mes, al menos es cerca de mi casa (que no en mi casa, sino a 90Km de carretera normal o 130km en autovía). Estoy en Extremadura y por aquí 1000€ no es un mal sueldo, pero me da rabia que luego algunos que dejaron de estudiar en el instituto estén cobrando mas que yo por hacer algo que no exige ningún tipo de preparación para el puesto. Suerte supongo...

Saludos
Yo soy del 80 y no termine la carrera por motivos que no vienen al caso, pero bueno digamos que me puse a trabajar con 21 años. Tengo 28 ahora. En estos 7 años he pasado por todo y por todo tipo de curros, he ganado de todo, desde 600€ a 3000€ y he trabajado en muchas empresas. He sido desde jefe de grupo a comercial. Ahora estoy trabajando en Rotterdam y gano más de 3000€ al mes, y no tengo la carrera terminada(si, lo adivinais bien, Ing Tec de Sistemas), pero no he parado de moverme en estos 7 años.

¿Porque vengo con este rollo? Pues porque conozco mucha gente de mi generación(amigos) que con carrera terminada, se sientan en el sillón a que les llamen, o echan Cv por internet, sin salir de casa. Tienen miedo de irse a otra ciudad y ya ni hablemos de a otro pais. Por mucha preparación que se tenga, hay que saber "moverse" y utilizarla.
NaN escribió:Yo soy del 80 y no termine la carrera por motivos que no vienen al caso, pero bueno digamos que me puse a trabajar con 21 años. Tengo 28 ahora. En estos 7 años he pasado por todo y por todo tipo de curros, he ganado de todo, desde 600€ a 3000€ y he trabajado en muchas empresas. He sido desde jefe de grupo a comercial. Ahora estoy trabajando en Rotterdam y gano más de 3000€ al mes, y no tengo la carrera terminada(si, lo adivinais bien, Ing Tec de Sistemas), pero no he parado de moverme en estos 7 años.

¿Porque vengo con este rollo? Pues porque conozco mucha gente de mi generación(amigos) que con carrera terminada, se sientan en el sillón a que les llamen, o echan Cv por internet, sin salir de casa. Tienen miedo de irse a otra ciudad y ya ni hablemos de a otro pais. Por mucha preparación que se tenga, hay que saber "moverse" y utilizarla.


Pues basicamente coincido hasta en el año, bueno no Rotterdam, pero si el resto.

El problema no es tanto de la crisis como de la avalncha de universitarios y no de formaciones profesional. Aqui un puente lo diseñan 50 y lo construyen 50, pero unos ingenieros y los otros peones, no hay termino medio en tecnicos o especialista.

Aparte de que todo el mundo estudia la misma carrera, y eso no es una generacion preparada, es un caos.
NaN escribió:¿Porque vengo con este rollo? Pues porque conozco mucha gente de mi generación(amigos) que con carrera terminada, se sientan en el sillón a que les llamen, o echan Cv por internet, sin salir de casa. Tienen miedo de irse a otra ciudad y ya ni hablemos de a otro pais. Por mucha preparación que se tenga, hay que saber "moverse" y utilizarla.



+1

yo estoy mas o menos como tu, la diferencia es que en casa tenemos varias empresas ( compra/venta + transporte ) y desde que acabe el bachiller ( ahora faltan 18 dias para que haga los 24 ) me puse a trabajar con ellos, mientras, otros amigos estaban acabando carreras, masters y yo viajando por europa para compra/vender camiones...

es moverse, si, puede que lo he tenido ya masticado, pero el hecho de que fuese el hijo del jefe no quiere decir que pase, es mas, es peor, porque tienes ya desde el primer día más responsabilidad ocupandote de todo, las 24h del dia ( la de domingos por la tarde que he ido a la oficina para preparar cosas, o acabar faenas )

Ahora que, luego, si te lo trabajas, te puedes permitir el lujo de comprar 2 Hummers H2 para vender, y mientras, darte una vuelta por Lleida ciudad...
Estudiar una carrera está bien, tienes buena formación (aunque no como se debería, pero eso es otro tema) y un título. El problema es que no hay sitio para tanto licenciado/diplomado, porque hace años los que estudiaban carrera eran muchísimos menos y por tanto si podían repartirse un buen trozo del pastel. ¿Y ahora? ahora ya se lo han repartido todo y quedan las migajas, las cuales por supuesto, un universitario no suele estar dispuesto a aceptar y mucho menos uno de la generación Net esa...

Se han cargado el sistema. Estudiar una carrera es pesado, aburrido y en la mayoría de casos no se está preparado para el mercado laboral. El sistema de enseñanza está anticuadísimo. Mucho de lo que se enseña no es útil, porque el mundo va tan rápido que lo que se enseña cambia a ritmos estratosféricos y si hace 5 años ya estaba anticuado, imaginaos ahora o dentro de 10.

Bolonia? Es el mismo perro con distinto collar. Ir a la universidad es como trasladarse a los 80-90. Luego sales al mundo y te sientes como tu Abuelo manejando el ordenador.

Estudies lo que estudies, uno se siente como si todo lo que hace no valiera para nada porque al fín y al cabo, obtiene la misma mierda que uno que no ha estudiado en su vida y lamentablemente en algunos casos, estos últimos obtienen cosas mejores que los supuestamente mejor preparados.

No hay nada mas que pasarse por una facultad de empresariales. A ver donde leches se van a meter 300 diplomados con conocimientos del pleistoceno. A mi me daba risa ir a clases de marketing. Te enseñaban cosas que para el profe eran la repanocha cuando tu llevas viendo ese mundo desde que naciste.

Lo dicen esos artículos y lo sabe la gente, esta generación está infinitamente mejor preparada para estos tiempos y en cambio, tiene que aceptar que este sistema sea 'trabajado' por otros peor preparados.
La verda es que el articulo es impresionante, en parte es que claro, todos queremos un sueldazo, tiempo libre etc.., y por eso se llena la universidad de gente, estudiando lo que sea, aunque no sean buenos en esto simplemente por que les dijeron que tiene "salida" y por que parece que asi son listo, y luego esto desemboca a que por la facultad te ecuenrtas a gente que supuestamente va a acabar la carrera y son incultos totales..,
El ejemplo que pone de el muchacho que tiene un master en otro pais, y no encuentra trabajo es increible..., yo estoy en ing de telecos y me estoy partiendo el culo estudiando, Luego me voy a encontrar un panorama desolador al salir, y es bastante triste la verdad... (y eso que quiero irme a suiza a currar un tiempo).
raul_sanchez1 escribió:Yo también soy del 81 y estoy totalmente de acuerdo con este articulo. Soy Ingeniero Tecnico informatico y estoy trabajando en uan consultora por 1000€ al mes, al menos es cerca de mi casa (que no en mi casa, sino a 90Km de carretera normal o 130km en autovía). Estoy en Extremadura y por aquí 1000€ no es un mal sueldo, pero me da rabia que luego algunos que dejaron de estudiar en el instituto estén cobrando mas que yo por hacer algo que no exige ningún tipo de preparación para el puesto. Suerte supongo...

Saludos

No me he leído el artículo porque es un tochazo de la hostia. Anyways, te informo de que hay otras opciones mucho mejores fuera de España. Un amigo mío que estaba estudiando Informática (la superior) estaba trabajando aquí para una empresa de programador, cobrando algo más de 3000€ brutos al mes (2000 y algo netos). Y eso sin tener ningún título. Si no hubiese dejao la empresa, al acabar la carrera habría pasao a cobrar unos 4500€ al mes.
Este era el futuro que nos vendían a los que ibamos para informáticos hace unos años "la profesión del futuro, ganaréis mucho dinero". Lo mismo vamos XD

Luego se extrañan que las clases de informática se estén quedando vacías...
nevat escribió:Este era el futuro que nos vendían a los que ibamos para informáticos hace unos años "la profesión del futuro, ganaréis mucho dinero". Lo mismo vamos XD

Luego se extrañan que las clases de informática se estén quedando vacías...

El problema es que una carrera JAMÁS debe venderse.

Si el que la escoge no lo hace por vocación, está jodido, sea ésta la carrera que sea. Así pues, yo tengo compañeros que acaban su jornada laboral y no se sientan delante de un PC para nada más que el messenger, yo acabo de trabajar y me pongo a trastear con Linux, a programar, a leer cosas sobre seguridad de sistemas y análisis de redes...
Lo he enfocado a la informática porque es lo mío, pero creo que cualquier carrera (y más las de este tipo que avanzan tan rápido) requiere un aprendizaje continuo.

A la informática además sumale que se mete a estudiarla cualquiera que le gusten los videojuegos, perder el tiempo en internet, etc , y luego la acaban y les produce un gran ascazo.
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